El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7 condenó a 18 años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de una joven de 18 años y además le robó. El hecho sucedió en noviembre de 2015, en el barrio de Caballito. El fiscal Oscar Ciruzzi había pedido 19 años de cárcel. Los fundamentos se conocerán el próximo 4 de octubre.

César Ibarra, de 37 años, fue condenado por los jueces Gustavo Rofrano, Gabriel Vega y Gustavo Valle por los delitos de “robo agravado por el uso de un arma de utilería” en concurso real con “abuso sexual con acceso carnal”. El hombre fue declarado reincidente y ya se encuentra detenido. La pena que le impusieron vencerá en febrero de 2034.

El 11 de noviembre de 2015, cerca de las 2.40, la víctima se subió a un colectivo de la línea 141 en Palermo. Se dirigía hacia la casa de su tía, en el barrio de Caballito. Bajó del transporte público en la avenida Rivadavia y Emilio Mitre, alrededor de las 3.00. Comenzó a caminar en dirección a la avenida Juan Bautista Alberdi. Cuando llegaba a esta calle en la intersección con Valle, fue abordada por el acusado, quien la empujó, le apuntó con el arma y le robó su celular, dinero y unos auriculares.

En ese momento, Ibarra la obligó a caminar varias cuadras hasta una cochera de la calle Hualfin al 900. Le ató las manos, le tapó la boca con una cinta de embalar y comenzó a manosearla por abajo del vestido y el short que tenía puestos. En ese momento, se le cayó de su mochila un cuchillo “tipo carnicero”, que volvió a guardar.

En esa situación, le desabrochó y le bajó su pantalón y comenzó a abusar de ella sin protección alguna durante unos cinco minutos. Ante el paso de un auto, Ibarra interrumpió la situación y se fue en dirección a la calle Del Barco Centenera: “Quedate tranquila que no me vas a ver más la cara”, le dijo a su víctima. La joven esperó unos minutos y luego tomó su short para irse, con las manos atadas, hasta la casa de su tía, quien se comunicó con el 911 para denunciar lo vivido por su sobrina.

En su alegato, el fiscal había tenido en cuenta las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona que fueron coincidentes con lo relatado por la víctima, así como los peritajes que se hicieron sobre las prendas de la joven, la cinta de embalar y una mancha de sangre hallada en el lugar. Todos coincidieron con la muestra de ADN que le fue extraída a Ibarra. Ciruzzi consideró que Ibarra se comportó “como un animal que sale a buscar a la presa”.