Los jueces Martín Vazquez Acuña, Luis Roberto Salas y Alberto Huarte Petite consideraron que Juan Marcos Bobba, Juan Matías Scozzino, Federico Javier Valiño y Julián Alejandro Suárez son culpables por el delito de robo agravado por el uso de armas de fuego. La fiscal Mónica Cuñarro había solicitado en su alegato que fueran sentenciados a más de 13 años de prisión. Los fundamentos del veredicto se esperan para dentro de una semana.

Scozzino fue condenado a nueve años de prisión por ser coautor de robo “agravado por su comisión con arma de fuego en concurso real con portación ilegal de arma de fuego de guerra”. La misma pena le fijaron a Suarez, aunque fue condenado por la portación de arma de “uso civil”. Bobba deberá afrontar siete años de prisión por el robo con armas y la tenencia de arma de guerra. Por último, Valiño también fue condenado a siete años de prisión pero su pena fue unificada con otra, por lo que deberá purgar doce años y medio de cárcel.

Todos los condenados están detenidos desde el día de los hechos y deberán afrontar también las costas del proceso. Los cuatro pertenecen a familias de clase media y alta, con acceso a colegios privados y a la universidad. Estos elementos en conjunto con la violencia desplegada sobre las víctimas, fueron valorados como un agravante en las penas solicitadas por la fiscalía, ya que todos tenían acceso a otros medios de vida y, de todas maneras, eligieron realizar este tipo de hechos.

Durante el debate, fueron fundamentales y contundentes los relatos de las víctimas: “Tenemos un descreimiento de las instituciones”, expresaron. Además de la custodia policial dispuesta para ellos, la representante del Ministerio Público dio intervención a la Dirección de Orientación, Acompañamiento y Protección a las Víctimas (DOVIC) para asistir al matrimonio antes, durante y después del proceso oral.

El hecho

El 6 de mayo de 2014, Suárez y Scozzino ingresaron a un edificio en la calle Remedios de Escalada de San Martín, en Caballito y obligaron, armas en mano, a una de las víctimas a subir a su departamento. Una vez que estaban adentro, y con el matrimonio ya reducido, los “precintaron”, golpearon y los tuvieron privados de su libertad durante una hora.

En ese tiempo, revolvieron todo el departamento y, luego de poner fuera de servicio las cámaras de seguridad, con los otros dos acusados sacaron las pertenencias por el ascensor. Fueron detenidos ese mismo día, cuando intentaron evadir un control policial vehicular en la zona de Villa Lugano.