El Tribunal Oral Federal Nº 2 de Córdoba condenó a trece años de prisión al líder de una banda por el secuestro extorsivo de un hombre, agravado por el número de intervinientes y robo calificado por el uso de armas de fuego. Por el mismo delito, los jueces le impusieron a otros tres imputados penas de once años y diez años y seis meses de prisión, respectivamente. Las penas fueron en línea con lo solicitado por la Fiscalía General Nº2 ante los TOF de esa jurisdicción, representada por su titular Carlos Gonella y el auxiliar fiscal Facundo Trotta, quienes tuvieron por acreditado  los hechos investigados.

Los ahora condenados fueron encontrados responsables de haber secuestrado, el 15 de septiembre de 2016, a un hombre mientras se encontraba en un galpón ubicado en el Barrio Villa Azalais de la ciudad de Córdoba, donde desarrollaba su actividad laboral. Luego de varios golpes y con una pistola apuntándole a la cabeza, la víctima se arrojó al piso, la inmovilizaron con esposas y cinta, la encapucharon y luego le ordenaron subir a la parte trasera de un automóvil Pegueot 308 color negro, que luego se determinó tenía pedido de secuestro.  En ese momento, integrantes de la banda se apoderaron del vehículo de la víctima  -una camioneta Toyota Hilux-.

Los secuestradores negociaron el pago de un rescate que ascendió a la suma de 220 mil pesos y más de mil  dólares. Una vez entregado el dinero, la víctima fue liberada en un descampado luego de ser amenazada por los captores.

Por esos hechos, el Ministerio Público Fiscal había solicitado en sus alegatos penas de catorce años de prisión para Mariano Gigena, líder de la banda, y doce años para el resto de los acusados -Darío Pedraza, Lucas, Darío Pipino y Juan Manuel Castelli-, todos por el delito de secuestro extorsivo doblemente agravado por haber cobrado el rescate y por el número de intervinientes. Entre los elementos de prueba analizados, la Fiscalía valoró especialmente las intervenciones telefónicas que permitieron dilucidar la participación de los imputados en el secuestro.

La investigación

La División Antisecuestro de la policía de la provincia de Córdoba elaboró un informe a raíz del cruce de llamados y escuchas de conversaciones telefónicas que permitió comprobar, por un lado, la responsabilidad de los cuatro imputados en los hechos  y por otro lado, que Pipino era el líder de la banda que dirigió los actos delictivos llevados a cabo. La Fiscalía advirtió que el imputado “se dirigía a sus cómplices” dando directivas para saber los movimientos y organizar el cobro del rescate, entre otras tareas.

El resultado de la mencionada pericia “debe valorarse con los demás elementos de prueba, que de manera indiciaria, le permitieron sostener al MPF la intervención de los imputados en los hechos ilícitos de gravedad. Se advierte una coordinación, confianza y armonía entre los integrantes de la banda que los llevaba a conformar un grupo cohesionado”, explicaron los fiscales en el juicio.

La Fiscalía General, al momento de solicitar las penas, consideró como un elemento agravante la extensión del daño causado, evidenciado en los testimonios volcados por la víctima, quien recordó el daño que sufrió. Como así también la naturaleza de la acción y los medios empleados para cometer el hecho, evidenciado en la forma organizada y coordinada en la que se llevó a cabo, que evaluó como "una modalidad grave de comisión". En ese sentido, se destacó la utilización de distintos vehículos y de celulares que luego del hecho fueron dados de baja.