Un ciudadano chileno que hace dos semanas había sido detenido tras entrar a robar en una casa del barrio porteño de Saavedra, fue imputado, condenado por tentativa de robo calificado y expulsado ayer del país en un trámite de flagrancia que duró tan solo doce días, a partir de una investigación impulsada por la Fiscalía de Distrito de los Barrios de Saavedra y Núñez, cuyo titular es el fiscal José María Campagnoli.
La decisión fue adoptada ayer, en la audiencia de clausura del proceso, por el juez Luis Alberto Schelgel, interinamente a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°31, en línea con lo acordado en un juicio abreviado por el auxiliar fiscal Agustín Serra, de la mencionada fiscalía, y por la defensa del imputado.
El magistrado resolvió condenar a Aaron Gustavo Parra Pino (19) como autor penalmente responsable del delito de robo calificado por haber sido cometido mediante el uso de llave verdadera previamente sustraída, en grado de tentativa, a la pena de un año y seis meses de prisión de ejecución condicional, con el pago de costas. También se le impusieron pautas de conductas pedidas por el representante del MPF.
Pero en la misma resolución, Schelgel ordenó ayer mismo el traslado de Parra Pino -previo paso por el consulado Chile para tramitar documentación-, al aeroparque porteño Jorge Newbery para efectivizar su expulsión del país, en un vuelo que por la noche partió rumbo a la ciudad de Santiago de Chile.
De la audiencia participó un abogado de la Dirección Nacional de Migraciones que había informado que con Parra Pino se había adoptado la disposición administrativa de su expulsión del país, luego de corroborarse, tal como postuló el representante del MPF, que el ciudadano chileno había ingresado de manera irregular al país, y no contaba con documentación.
Parra Pino manifestó ante el juez que reconocía su coautoría en el hecho y que prestaba conformidad a los términos del acuerdo arribado.
La audiencia inicial multipropósito del trámite de flagrancia se hizo el 21 de septiembre pasado, también con la participación del auxiliar fiscal Serra, y donde el juez Schelgel dispuso abrir el legajo de investigación y convertir en detención formal la aprehensión del acusado. Cuatro días más tarde fue la condena y la expulsión de Parra Pino.
Desde la fiscalía conducida por el fiscal Campagnoli se destacó que los doce días que duró todo el proceso son un plazo propio del procedimiento de flagrancia, pero que en este caso se logró una resolución anticipada y se evitó llegar a un juicio oral, lo que también permitió cumplir con la expulsión en forma anticipada y el mismo día en el que se dictó la sentencia.
El caso
Según la acusación del MPF, el hecho ocurrió el 13 de septiembre pasado, alrededor de las 15, cuando una mujer y su hijo regresaron a su casa de la calle Besares al 4500 y advirtieron que de la propiedad estaba saliendo un hombre hablando por teléfono.
El hombre corrió al sospechoso y mediante señas pudo avisarle a los efectivos de un patrullero de la Comisaría Vecinal 12A de la Policía de la Ciudad que se encontraba en el cruce de las calles Ruiz Huidobro y Miller, que lo detengan.
La rápida intervención policial hizo que el acusado, luego identificado como Parra Pino, fuera detenido cerca de la intersección de las calles Correa y Miller, donde se corroboró que en su poder tenía once tarjetas bancarias y una tarjeta SUBE a nombre de la dueña de la casa y algo de dinero en efectivo. El imputado no tenía documentación pero aportó su identidad que luego fue corroborada con Interpol y con el consulado de Chile.
Con el aporte de las víctimas, se pudo reconstruir que Parra Pino había logrado ingresar a la vivienda en Saavedra, con las llaves que previamente había robado de un vehículo de las víctimas.
Según reconstruyó la investigación de la Fiscalía de Distrito de Saavedra y Núñez, a las 13.50 de esa misma tarde, la mujer y su hijo habían estacionado su camioneta Jeep Renegade sobre la avenida Honorio Pueyrredón al 1100, en el barrio porteño de Villa Crespo.
Allí, utilizando un inhibidor de señal, accedieron al interior del vehículo y sustrajeron un juego de llaves de la casa y una factura de la empresa de servicios Metrogas donde se consignaba la dirección de la misma.
La imputación sostiene que Parra Pino llegó a la casa y con ese juego de llaves abrió primero la puerta de reja y luego la del acceso principal y que, mientras mantenía comunicación con otras personas aún no individualizadas a través de un teléfono celular, revolvió los distintos ambientes del hogar y dañó parte del mobiliario en búsqueda de elementos de valor. Así, se apoderó de las tarjetas bancarias y de dinero en efectivo.
En poder del joven chileno, se secuestró un teléfono celular que, al margen de la expulsión del país de Parra Pino, quedó por orden del juez a disposición de la fiscalía, para su eventual apertura con el fin de continuar con la investigación y con la eventual identificación de otros coautores.