En el marco de la investigación desarrollada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°42, a cargo de Carlos Arturo Velarde, y por orden del juez Manuel de Campos, personal de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 2 de la Policía de la Ciudad detuvo el 29 de diciembre pasado, a una sospechosa de ingresar a la vivienda de mujer de 83 años y robarle más de 15.000 dólares.

El caso

En la noche de 31 de octubre pasado, la mujer llegó al departamento del barrio porteño de Recoleta, a bordo de un Renault Logan. La agresora conocía los movimientos de su víctima dado que, meses antes, había trabajado para la familia, pero luego fue desvinculada. Con la excusa de que venía de una empresa de medicina prepaga e iba a efectuarle un control médico, logró que la víctima le flanqueara el acceso.

Una vez en el interior, redujo a la mujer, le ató las manos y la golpeó. Luego revisó sus pertenencias y le sustrajo 15.500 dólares y otros objetos de valor, tras lo cual se retiró de la vivienda, en el mismo vehículo en el que había llegado.

Oportunamente, la fiscalía dispuso una serie de medidas de investigación a fin de dar con la responsable del hecho. Así, el análisis de las cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) de la Policía de la Ciudad y de los dispositivos ubicados en el edificio, permitieron individualizar a la falsa enfermera y el trayecto que efectuó, tras el hecho, hasta un hotel del barrio porteño de Constitución.

En dicho contexto, y a pedido de la fiscalía, el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°5, dispuso la detención de la mujer de 51 años, que se materializó el 29 de diciembre pasado. Al momento de su aprehensión la mujer vestía un ambo azul y tenía en su poder el dinero de la víctima, un celular y el vehículo en el que circulaba.

La detenida quedó a disposición del juez De Campos y fue indagada en orden a los delitos de privación ilegítima de la libertad, robo y lesiones. Oportunamente, su defensa solicitó la excarcelación, que fue denegada por el magistrado.

En tal sentido, el juez valoró la brutalidad desplegada y el haber engañado a una persona de extrema vulnerabilidad. Además, consideró el plan criminal desarrollado, el cual consistió en generar la confianza de la víctima -a través de la entrega de un obsequio-, brindarle atención médica y “una vez dentro de su domicilio, ejercer contra ella, un grado de violencia atroz, reduciéndola a un estado de una clara vulnerabilidad a fin de apoderarse de sus bienes”.