En línea con el dictamen de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°39, a cargo de María Paula Asaro y la auxiliar fiscal Mariela Hermida, el responsable del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional, Diego Slupski, dispuso que el psiquiatra que atendía a Rodrigo Facundo Roza, el hombre que asesinó el pasado 28 de septiembre al inspector del Cuerpo de Policía Montada Juan Pablo Roldán en la esquina del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), sea enjuiciado como autor de los delitos de abandono de persona seguido de muerte, en concurso real con homicidio culposo.
El pedido de enjuiciamiento ocurre luego de que el juez rechazara el pedido de sobreseimiento solicitado por la defensa del imputado, cuyo procesamiento fue recientemente confirmado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.
El caso
En la tarde del 28 de septiembre de 2020, luego de amenazar con un cuchillo a distintos oficiales que estaban en los puestos de seguridad del predio que el Cuerpo de la Policía Montada tiene sobre la Avenida Figueroa Alcorta, Roza caminaba por esa avenida gritando y acercándose bruscamente a las personas que transitaban la zona .
Así, seguido por el inspector Juan Pablo Roldán y otro compañero, Roza llegó a un restaurant que se encuentra en la esquina de la calle San Martín de Tours y la Avenida Figueroa Alcorta, donde empezó a hablarle a dos hombres que estaban sentados en la vereda del ex Museo Renault. En virtud de ello, Roldán y su compañero, junto a una tercera oficial de la Comisaría Vecinal 14C que llegó al lugar, se acercaron a Roza, quien seguía gritando frases al cielo y hacia el Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) -que se encuentra en la esquina- para luego insultar y agredir a los oficiales.
Roza se atendía con su psiquiatra desde noviembre de 2014. El diagnóstico era “trastorno esquizofrénico de tipo paranoide continuo” con “incapacidad psíquica de más del 90% casi total y permanente, desde el inicio del tratamiento”.
En ese contexto, Roza extrajo un cuchillo y trató de apuñalarlos, ante lo cual los oficiales intentaron reducirlo, pero el hombre se abalanzó sobre Roldán y lo hirió en el tórax. Ante ello, Roldán extrajo su arma reglamentaría y disparó contra su agresor. Toda la secuencia quedó registrada por las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano de la Policía de la Ciudad y las de los edificios de la zona.
Roldán fue trasladado al Sanatorio Mater Dei, donde falleció horas después del ataque, producto de una hemorragia interna y externa. Por su parte, Roza fue internado en el Hospital General de Agudos “Dr. Juan A. Fernández”, donde murió en la madrugada del 29 de septiembre.
La imputación de la fiscalía
Según se determinó, Roza comenzó a atenderse con su psiquiatra en noviembre de 2014, quien lo diagnosticó con “trastorno esquizofrénico de tipo paranoide continuo” con “incapacidad psíquica de más del 90% casi total y permanente, desde el inicio del tratamiento”. A raíz de ello, en febrero de 2015 el médico le recetó medicación. A principios de 2020 el paciente discontinuó su consulta médica.
Días antes del crimen, los hermanos de Roza le avisaron al psiquiatra que el paciente había dejado de tomar la medicación y que, como consecuencia, había comenzado a hablar raro, realizar movimientos extraños y tener delirios persecutorios. Tras hablar con su paciente, el psiquiatra indicó el ajuste de la medicación y pautó que lo vería en octubre. Sin embargo, días después y ante la ocurrencia de varios episodios que evidenciaban la desmejora en la salud del paciente, sus familiares le pidieron al médico que colaborara con los trámites para internar a Roza, pero éste les dijo que hablaría con ellos al día siguiente, fecha en la que el hombre asesinó al inspector Roldán en medio de un episodio delirante.
La fiscalía consideró que el profesional "dejó a Roza a su suerte y en una situación de desamparo sin realizar acciones positivas que evitaran los resultados y garantizaran el cuidado de la salud psicofísica y la seguridad" del paciente.
Conforme las pruebas recabadas por la fiscalía, entre el 18 y el 28 de septiembre el psiquiatra de Roza actuó negligentemente y no cumplió con sus obligaciones al omitir “los controles urgentes, necesarios y adecuados que el paciente requería, efectuar el seguimiento de su estado de salud psicológico-psiquiátrico, controlar el dosaje y administración de la medicación prescripta y adoptar las medidas urgentes que el caso requería".
La fiscalía indicó que, de tal forma, el profesional “dejó a Roza a su suerte y en una situación de desamparo sin realizar acciones positivas que evitaran los resultados y garantizaran el cuidado de la salud psicofísica y la seguridad del nombrado, ni neutralizara o contuviera el riesgo. Todo ello implicó el abandono de su paciente que derivó en su fallecimiento”.
Asimismo, las representantes del Ministerio Público Fiscal le imputó también “el haber omitido, mediante negligencia e incumplimiento de los deberes a su cargo, en especial aquellos derivados de la Ley de Salud Mental N°26.657, los deberes objetivos de cuidado que por su condición de médico psiquiatra de Rodrigo Facundo Roza le correspondían”. Esta acusación, de explicó en el dictamen, tiene razón en que el profesional no adoptó las medidas tales como el adecuado diagnóstico e internación psiquiátrica que requería el caso y que hubieran evitado el homicidio del inspector Roldán.
“En efecto, el médico pese a conocer los antecedentes de su paciente y las situaciones que sus familiares habían informado los días previos, omitió brindar la atención que el caso requería. Puesto en conocimiento de que no tomaba la medicación no podía ignorar las consecuencias que ello podía acarrear y debía lograr su internación voluntaria o en su defecto forzosa”, indicaron las representantes del MPF.
En virtud de todo ello, luego de que la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional confirmara el procesamiento del médico y tras rechazar el pedido de sobreseimiento planteado por la defensa, el juez Diego Slupski hizo lugar al pedido de la fiscalía y dispuso que el psiquiatra sea sometido a juicio como autor de los delitos de abandono de persona seguido de muerte (en el caso de Roza) y homicidio culposo (en perjuicio del oficial Roldán).