El fiscal Ariel Yapur, interinamente a cargo de la Fiscalía General N° 24 ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional, pidió siete años de prisión por abuso sexual para el ex panelista y periodista Lucas Carrasco. En la causa colabora la Dirección de Orientación, Acompañamiento y Protección a Víctimas (DOVIC), quién acompaña a dos denunciantes desde el inicio de la investigación.
De acuerdo al alegato efectuado por Yapur, Carrasco es responsable del delito de “abuso sexual cometido con violencia agravado por haber sido cometido con acceso carnal” en relación a uno de los casos denunciados. Para el otro, solicitó la absolución tras explicar que no encuadraba dentro del tipo penal de abuso. La querella, que representa a una de las denunciantes, solicitó nueve años de prisión. La jueza Ana Dieta de Herrero, del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº9, anunció que el debate continuará el próximo 11 de septiembre.
La acusación
La fiscalía repasó lo que declaró Sofía Otero, una de las mujeres que denunció a Carrasco. En la audiencia, contó que la contactó por Facebook luego de que una amiga le contara que el hombre había preguntado por ella. Tras una conversación, arreglaron para verse al día siguiente en el departamento del imputado, ubicado en Palermo, para mantener relaciones sexuales.
Al llegar la joven al departamento, Carrasco le dijo que irían a hacer tiempo a un bar pues su hermana estaba en la casa. Esperaron unos 40 minutos y regresaron al lugar. Cerca del mediodía, y ya dentro del cuarto, mantuvieron relaciones sexuales. En un momento, Carrasco la inmovilizó apoyándole todo el peso de su cuerpo sobre ella e intentó mantener relaciones mientras Sofía le decía que no quería hacerlo de esa manera.
Sin embargo, el imputado continuó con su conducta, a pesar del llanto y de los pedidos que hacía Sofía para que parara. Incluso, le sujetó con sus manos la nuca y el cuello para que no pudiera moverse. Tras un período de cinco o diez minutos, Carrasco se alejó. La joven se incorporó y, por el miedo, fue hasta el baño de la casa, donde permaneció casi media hora. “Pensaba en que si intentaba irme de ahí, él se iba a poner peor y más violento”, declaró. Recién pudo irse de la casa cuando llegó la hermana de Carrasco y se animó a decirle que tenía que irse: “empecé a insistir porque había alguien más en el departamento, pensando en que no me iba a matar con gente ahí”.
Para el fiscal, “la declaración fue conmovedora, absolutamente movilizante y acompañada de una serie de factores vinculados con la angustia, el dolor, la vergüenza”. Consideró que hay pruebas que se produjeron en el debate que le dan sustento al testimonio de la víctima como los informes realizados por los profesionales del Cuerpo Médico Forense y también lo que contaron sus amigos.
Tuvo en cuenta, entonces, el testimonio de la primera persona que supo de lo sucedido: la joven que había “contactado” a Sofia y a Carrasco. La testigo describió una llamada recibida la tarde después del abuso donde le contaba que la había forzado a mantener relaciones sexuales . En esa misma línea, otros dos amigos contaron también qué les había relatado la joven sobre lo sucedido. La fiscalía consideró que lo mismo que denunció en 2016 ante la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) había podido decirlo horas y días después del hecho, lo que evidenciaba un relato que se mantiene “consistente y sin fisuras”. “El derrotero que le lleva darse cuenta que no es culpa de ella; salir del molde de que no debe dar explicaciones de lo que pasó; y encontrarse con un caso que se hace público y que era similar al suyo es lo que determina que la denuncia sea tres años después, lo que no es extraño en este tipo de casos”, explicó.
Con respecto a los informes psicológicos y psiquiátricos, los especialistas ratificaron en el debate que en la víctima se detectaba “un cuadro de angustia y estrés relacionado directamente con vivencias psicotraumáticas” y que presentaba un “trastorno post traumático con estrés crónico”.
“El relato de los hechos es totalmente creíble no sólo por el contenido sino por la forma”, resaltó el fiscal Yapur. “No es posible que se juzgue a una mujer por haber ingresado al departamento de un hombre y que por eso deba someterse a cualquier acto de carácter sexual que su circunstancial compañero desee”, sostuvo y agregó: “el acusado forzó a Sofía, utilizó toda su fuerza para someterla: no fue un destrato ni una desconsideración ni un 'machirulismo', lo que sucedió fue una violación”.
"No fue un destrato ni una desconsideración ni un 'machirulismo', lo que sucedió fue una violación”, concluyó el fiscal Yapur.
Al momento de solicitar la pena, tuvo en cuenta que entendía lo que hacía y que no tenía ninguna alteración de sus facultades mentales. Tomó como agravante las características del hecho, la duración y los daños ocasionados, en especial las huellas de daño psíquico que advirtieron en Sofía.
El otro caso en debate
En el requerimiento de elevación a juicio realizado por el fiscal Patricio Lugones, se describió el caso de otra joven que denunció haber sido abusada por Carrasco. La mujer declaró a puertas cerradas en el juicio. Para la fiscalía, el hecho quedó probado y mostraba una situación donde se vio envuelta en algo “profundamente desagradable” y con destratos.
“El patriarcado es un sistema de opresión: una vez que ingresó al lugar tenía que cumplir con la expectativa de mantener una relación sexual, aún cuando no se sintiera cómoda y ya no fuera una situación deseada”, resaltó.
“En este contexto no se advierte que haya habido una imposición, violencia o amenaza, abuso para forzarla a tener algo en contra de su voluntad”, explicó el fiscal. Sostuvo que los actos denunciados se interrumpieron cuando ella manifestó que no la estaba pasando bien. “Cuando la denunciante nos expresa que fue una situación muy denigrante y humillante y que lo vivió como un abuso es totalmente creíble”, dijo. Finalmente, consideró que el comportamiento de Carrasco era muy repudiable pero no que encuadraba dentro del abuso sexual previsto en la ley.