En línea con lo requerido por la Fiscalía Federal de Reconquista a cargo de Roberto Salum, el Juzgado Federal de dicha jurisdicción dictó el procesamiento de doce personas -en once casos con prisión preventiva- al considerar que conformaban una organización criminal dedicada al transporte, tenencia y comercialización de estupefacientes, con la particularidad de que, al momento de los hechos, tres de los supuestos líderes prestaban funciones en la policía de la provincia de Santa Fe. Dos los agentes en cuestión fueron detenidos en la madrugada del 26 de marzo de 2019 cuando trasladaban, en un auto particular y con la vestimenta reglamentaria, más de un kilo de cocaína. Viajaban en la modalidad de convoy, es decir, un segundo auto también conducido por un efectivo policial -aprehendido con posterioridad- cumplía la función de advertirle al primero sobre la posible presencia de controles policiales.
La Fiscalía, con la colaboración de las fuerzas de seguridad, una vez obtenida escuchas directas sobre tres de los integrantes de la banda pudo determinar que viajarían determinado día a llevar la droga para su posterior distribución. En razón de ello, solicitó al juez la realización de controles sobre las rutas que eventualmente podrían utilizar para llegar a Reconquista, tras requerir previamente las órdenes de allanamiento para ser diligenciadas –en Rosario y Reconquista- inmediatamente después del operativo, con lo que se logró detener a los otros integrantes e incautar más estupefacientes y elementos de interés para la investigación.
La Fiscalía, con la colaboración de las fuerzas de seguridad, una vez obtenida escuchas directas sobre tres de los integrantes de la banda, pudo determinar que viajarían para llevar la droga para su posterior distribución.
La causa se originó en agosto de 2018 a partir del trabajo desarrollado por la Unidad Investigativa Región III, dependiente de la Dirección de Narcocriminalidad de la Policía de Investigaciones de Santa Fe, respecto de un grupo de personas que se dedicarían al narcomenudeo -principalmente de cocaína- en el ámbito de la ciudad de Reconquista. El avance de la pesquisa -delegada en cabeza del Ministerio Público Fiscal- corroboró la hipótesis original y, entre fines de marzo y abril, se llevaron adelante los allanamientos y detenciones que permitieron desbaratar a la organización. La investigación se nutrió de tareas de campo y una gran cantidad de intercepciones telefónicas que permitieron delimitar el rol desplegado por cada uno de los acusados, y derivaron en el procedimiento antes descripto, cuando los policías trasladaban la cocaína desde Rosario hacia Reconquista.
De acuerdo a la investigación, E.S. -agente de la policía provincial que prestaba funciones en Rosario- adquiría la cocaína en esa ciudad por parte de G.G.L., un dealer que distribuía “paquetes” en zonas aledañas pero también en localidades de la provincia de Buenos Aires como Junín y Rojas. Una vez con la droga en su poder, E.S. la trasladaba hasta Reconquista personalmente o a través de dos colaboradores, uno de los cuales también se ocupaba del estiramiento de cocaína con el objetivo de aumentar su volumen y, por ende, las ganancias. La droga era resguardada en un departamento de Reconquista alquilado por el propio E.S. y custodiado por otros integrantes de la banda. En la etapa final los vendedores trasladaban el material estupefaciente, en pequeñas cantidades, para su comercialización en distintos puntos de la ciudad.
El avance de la pesquisa -delegada en cabeza del MPF- corroboró la hipótesis original y, entre fines de marzo y el mes de abril, se realizaron los allanamientos y detenciones que permitieron desbaratar a la organización.
"Las empresas criminales como la que examinamos se caracterizan por no manejar grandes volúmenes de droga, pero con gran inserción social –distribuidores y vendedores barriales- con un considerable poder de rotación de estupefaciente; lo que por un lado aumenta el poder lesivo del ilícito en relación a la salud pública que se tutela jurídicamente, y por el otro lado le otorga mayor poder de camuflaje a fin de pasar inadvertido de los investigadores; lo que se comprende más aún teniendo el cuenta el poder de capacitación específica que tienen algunos de sus miembros por ser precisamente funcionarios policiales en plena actividad", indicó el juez federal de Reconquista Aldo Mario Alurralde.
El magistrado encuadró la conducta atribuida a E.S. en el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravada por la calidad de funcionario policial y por la participación de tres o más personas en concurso con transporte de estupefacientes agravado; figura ésta última endilgada también a los otros dos efectivos. A todos ellos les decretó la restricción de la libertad ambulatoria al considerar que existían serios riesgos de que obstaculicen la investigación -aún falta identificar a otros miembros de la banda- en caso de continuar el proceso judicial en libertad.