La titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°41, Silvana Russi, pidió que Brian Ezequiel Papadopulos sea sometido a juicio oral y público por su intervención en dos secuestros virtuales ocurridos el 22 de marzo de 2016 y el 6 de marzo pasado, uno de los cuales no llegó a consumar. La Fiscalía investiga también a Emiliano Gastón Papadopulos -un primo del acusado, que fue sobreseído por uno de los hechos- por su intervención en otro suceso similar, perpetrado en abril de 2015.

Brian Papadopulos, de 26 años, iba a ser sometido a juicio oral ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°28, en orden al delito de extorsión, por el hecho ocurrido en marzo pasado, pero los jueces suspendieron la realización del debate, con el objeto de unificarlo con el relativo al suceso anterior –extorsión en grado de tentativa- por el que la representante del Ministerio Público Fiscal requirió la elevación a juicio la semana pasada.

Los hechos

En la tarde del 22 de marzo de 2016, una mujer recibió un llamado en el que un hombre –que simuló ser su hijo- le dijo que estaba secuestrado y que debía entregar una suma de dinero y objetos de valor, a cambio de su liberación.

La mujer siguió las instrucciones de los supuestos captores, recolectó 3.500 dólares y 20 mil pesos, los colocó en un solo fajo dentro de una bolsa, a la que a su vez recubrió con otra de color blanco, y se dirigió a pocas cuadras de su casa, en el barrio porteño de Agronomía. Dejó el dinero sobre el pavimento de la calle Argerich, en su intersección con la calle Mosconi. Minutos después, vio pasar un Volkswagen Bora azul cuyo conductor –sin detenerse- abrió la puerta del vehículo y recogió el botín.

La secuencia fue advertida por personal policial que se encontraba en un móvil. Los agentes comenzaron la persecución de Papadopulos, pero lo perdieron de vista. Sin embargo, minutos después vieron el vehículo estacionado en la esquina de Gabriela Mistral y Argerich. Un transeúnte les señaló al imputado, quien comenzó a correr, pero finalmente fue apresado en el Pasaje Agustín Álvarez al 4700.

Entretanto, la mujer volvió a su casa y retomó la conversación con quien, suponía, era su hijo. “Ya me van a soltar, llamame a mi celular en 10 minutos”, le dijo la voz. La víctima luego se comunicó al celular de su hijo y constató que no había sido secuestrado, ante lo cual decidió salir a recorrer las inmediaciones de su vivienda y advirtió que personal policial había detenido a un hombre.

El pago de uno de los rescates fue advertido por personal policial, que comenzó la persecución del imputado. Cuando la víctima llegó a su casa y constató que había sido un secuestro virtual, salió a recorrer el barrio y vio el momento en que la Policía detenía a quien la había extorsionado.

Luego de relatarles lo ocurrido, los policías llevaron a la mujer hasta el lugar donde se encontraba el Volkswagen Bora, el cual la víctima reconoció como aquel cuyo conductor había levantado el dinero del rescate. También dentro del auto se encontró una billetera con documentación a nombre de Emiliano Papadopulos -primo del acusado- y una bolsa blanca, que la víctima reconoció como aquella donde había puesto los billetes del rescate.

Por ese hecho, a pedido de la Fiscalía, el responsable del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°21 procesó a Papadopulos con prisión preventiva, y sobreseyó a su primo Emiliano. Sin embargo, la defensa del imputado apeló la decisión y la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional hizo lugar al pedido y liberó al hombre bajo una caución real de 30 mil pesos.

En libertad, Papadopulos volvió participar en un secuestro virtual. El pasado 6 de marzo, alrededor de las 17.00, mientras trabajaba en una fábrica textil de la calle Belaustegui, un hombre -de 89 años- recibió el llamado de una persona que dijo ser su hijo, estar secuestrado y que sería liberado si se abonaban 100 mil dólares. La conversación continuó con otro interlocutor, a quien le dijo que no tenía allí el dinero, sino que contaba con el mismo en su domicilio. El supuesto captor le indicó que en unos minutos lo recogería un hombre a bordo de un vehículo rojo, que lo trasladaría hasta su vivienda para que se lo entregara.

La víctima salió de la fábrica y vio un Volkswagen Fox rojo, el cual abordó, y le indicó al conductor dirigirse hasta la Avenida Santa Fe al 2200. Una vez en su vivienda, el hombre llamó a su hijo y constató que se encontraba bien, por lo que dio aviso de lo ocurrido al servicio de emergencias 911, desde donde le indicaron que pusiera papeles –para simular dinero- dentro de una bolsa. El hombre salió de la vivienda y cuando intentó acercarse al vehículo para ver la patente, el conductor se dio a la fuga.

En un segundo episodio, la víctima se hizo llevar hasta su casa por los captores para entregarles el dinero. Una vez allí, llamó a su hijo para constatar que estuviera bien y luego dio aviso a la policía.

Ello fue observado por personal policial que había llegado a lugar, que dio alerta a través del sistema de radio policial. Así, otro móvil vio pasar el Volkswagen y emprendió la persecución hasta que lograron interceptarlo en las Avenidas Santa Fe y Pueyrredón, pero el acusado dio marcha atrás y continuó la fuga hasta que finalmente tomó –de contramano- la Avenida Córdoba y embistió un colectivo de la línea 140. El imputado siguió su fuga a pie, hasta que fue detenido en la Plaza Houssay: en su poder tenía documentación, un celular y un acta de liberación relativa al hecho ocurrido en 2016.

En sendos requerimientos de elevación a juicio, la representante del Ministerio Público Fiscal señaló que “el delito de extorsión supone la obtención injusta de un beneficio pecuniario en perjuicio de la víctima mediante coacción moral sobre su voluntad” y agregó que el imputado “tenía pleno conocimiento de la ilegitimidad de las exigencias efectuadas al damnificado y voluntad de llevar a cabo dicho accionar ilegítimo a fin de lesionar la propiedad ajena”.

Negocio familiar

Si bien Emiliano Gastón Papadopulos fue sobreseído, en el marco de la investigación por la extorsión del 22 de marzo de 2016, el hombre es investigado junto a Fernando Martín, Franco y Jorge Omar Saba, por un hecho ocurrido en la noche del 12 de abril de 2015, cuando intentaron engañar con un secuestro virtual a un hombre en el barrio de Belgrano.

En aquella oportunidad, uno de los acusados llamó a la víctima y le dijo que era su hijo, que estaba en un problema y que necesitaba que juntara dinero. Cuando el hombre constató que su familiar se encontraba bien, dio aviso a la policía. Así, ya en la madrugada del 13 de abril, personal de la Comisaría N°33 se apostó en el lugar mientras la víctima simulaba pagar el rescate exigido.

Apareció entonces en escena un Volkswagen Gol, que desaceleró en el lugar donde debían recoger el rescate, oportunidad en la que fueron apresados los cuatro imputados.

Al ser indagados, los cuatro hombres manifestaron que estaban en el lugar para comprar estupefacientes. Sin embargo, la Fiscalía consideró que debía procesárselos en orden al delito de estafa en grado de tentativa, pero la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal N°21, Alicia Iermini, dictó la falta de mérito y los sobreseyó. La decisión fue revocada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en consonancia con la apelación interpuesta por la representante del Ministerio Público Fiscal.