La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional de Instrucción N° 2, a cargo de Santiago Vismara, vinculó a la muerte de Alejandro Scarzella, ocurrida el año pasado, con una organización que operaba por intermedio de la red social Badoo. La prueba colectada en la causa permitió determinar que el hombre fue víctima de un grupo delictivo que captaba personas concertando citas falsas, que estaba siendo investigado por la Fiscalía Federal de Quilmes, a cargo de Silvia Cavallo.

La investigación comenzó el 13 de junio de 2016, cuando el cuerpo sin vida de Scarzella fue encontrado en el interior de su vehículo en la playa de estacionamiento de infractores, ubicada en Bernardo de Irigoyen y Juan de Garay, en la Capital Federal. El vehículo había sido acarreado desde Avenida Paseo Colón y Humberto Primo, aproximadamente a las 8.40 de esa misma mañana.

Según pudo establecerse, Scarzella, que vivía en la localidad bonaerense de Hurlingham junto a su madre, concretó una cita con una mujer que conoció a través de Badoo. El perfil de usuario de quien se contactó con él era en realidad administrado por la banda, que siempre empleaba la misma modalidad. Los encuentros se acordaban en las cercanías de los inmuebles acondicionados al efecto por los miembros de la organización. Las mujeres del grupo llevaban a las víctimas a esos lugares.

Una vez allí, los damnificados eran golpeados y amenazados por el resto de los miembros, hasta obtener las llaves y la dirección de su domicilio. Así, parte de los autores se constituían luego en las respectivas residencias, intimidando al resto de la familia y haciéndose de los objetos de valor que allí hubiera. Mientras tanto, las víctimas eran obligadas a ingerir una serie de pastillas con distintos componentes y ya, sin conocimiento, abandonados en la vía pública hasta que reaccionaran.

Las víctimas eran llevadas a departamentos de la organización, donde eran abordadas por varios hombres y obligadas a dar los datos de su domicilio, que luego eran saqueados. Después eran adormecidas y abandonadas en la vía pública.

Las filmaciones de las cámaras de circuito cerrado instaladas en uno de los domicilios allanados en la causa en trámite en la justicia federal, ubicado en la localidad de Wilde (identificado por una de las víctimas de la banda), muestran a Scarzella ingresando a esa vivienda junto a una mujer cerca de las 23.00 del 11 de junio de 2016. Hacia la medianoche, dos hombres ingresaron a la casa de la víctima en Hurlingham, en donde amenazaron a su madre y se llevaron dinero, computadoras, teléfonos celulares y otros bienes de valor, previo proporcionarle también drogas.

Las imágenes recogidas en las cercanías del sitio en el que el auto de Scarzella fue abandonado -a las 3.30 horas del 12 de junio- fueron analizadas con la cooperación de la Dirección de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), a cargo de la fiscal Cristina Caamaño. Los videos muestran la presencia de dos hombres que, luego de dejar estacionado el vehículo, se alejaron de él y ascendieron a una camioneta de idénticas características a la utilizada por los miembros del grupo sospechado. Siete de los integrantes de la organización se encuentran a la fecha identificados, detenidos y procesados por asociación ilícita ante la justicia federal de Quilmes.

Según surgió de los estudios realizados por los profesionales del Cuerpo Médico Forense, la muerte de Scarzella se produjo horas después en el interior mismo del rodado, y a consecuencia de un “edema encefálico difuso”, vinculado directamente a la posición en la que fue encontrado, según se presume, mientras intentaba salir del baúl en donde lo habían encerrado y pasar al asiento trasero del habitáculo.

En los próximos días la Fiscalía a cargo de Vismara promoverá la acumulación de sendos procesos y la incorporación de este hecho a la imputación de la que los detenidos han sido objeto, que involucra -de momento- otros tres sucesos. Scarzella es, hasta aquí, la única víctima fallecida.