Durante el transcurso de la primera clase, se presentaron los principales presupuestos y aspectos conceptuales que configuran el enfoque de género: su aplicación como categoría de análisis, cuáles son las diferencias entre sexo y género, qué implicancias tienen los roles y estereotipos de género, cuáles son las causas y consecuencias de la división sexual del trabajo. A continuación, se avanzó en la delimitación del universo de estudio que atañe específicamente al curso, es decir, qué casos de violencia contra las mujeres constituyen violencia de género y cuáles quedan excluidos de esta categoría. Por último, se expusieron los principales lineamientos de las dos herramientas normativas internacionales que velan por la protección de los derechos de las mujeres: la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) y la Convención de Belém do Pará. Además, se refirió su aplicación en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Dado que la violencia doméstica contra las mujeres constituye un fenómeno social con múltiples facetas, el taller propone un abordaje multidisciplinario. Así, durante el transcurso de las próximas clases se tratarán dimensiones tan variadas como los aspectos psicológicos que involucra, o qué estándares es necesario satisfacer para generar buenas prácticas en las distintas etapas del proceso penal. Al mismo tiempo, todo este bagaje de información será aplicado a una práctica jurídica con casos concretos, en la que será discutido y analizado el rol del MPF –y de los demás actores judiciales intervinientes- en este tipo de casos.