Entre 2015 y 2024 se produjeron 199 homicidios dolosos de mujeres en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de los cuales 123 (el 62%) fueron clasificados como femicidios, de acuerdo a un informe elaborado por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), a cargo de la fiscal Mariela Labozzetta.
El trabajo incluye un análisis que permite observar el fenómeno y visibilizar cambios, dinámicas, persistencias y continuidades. En el marco de una baja general de los homicidios en la ciudad, los que afectan a las mujeres tuvieron su registro más elevado en 2015, con 32 casos. A partir de allí, se observa una tendencia descendente, aunque esta baja es más pronunciada en los hechos sin motivos de género. Los femicidios aparecen como un fenómeno comparativamente más estable.
Cabe recordar que la UFEM fue creada en 2015, como respuesta del Ministerio Público Fiscal de la Nación ante un requerimiento de política criminal y a la demanda social expresada en el movimiento "Ni una menos". Entre sus acciones, se destaca la construcción de información sobre la evolución de la violencia contra las mujeres.
A 10 años de esa decisión, la unidad especializada hace foco en la importancia de la producción de conocimiento como un elemento fundamental en el abordaje de las violencias letales por motivos de género, cuyos ámbitos y características de despliegue son singulares y demandan el desarrollo de estrategias de persecución penal específicas por parte del Ministerio Público Fiscal de la Nación.
Los datos de las víctimas
Entre las 199 víctimas de homicidio doloso, se destaca la sobre-representación de las mujeres extranjeras (30%), las que se encontraban en situación de calle (8%) y las mujeres trans (6%), entre otros factores que habitualmente se interseccionan e incrementan el riesgo. De acuerdo al informe, la violencia letal contra las mujeres es desplegada frecuentemente por varones que tenían con la víctima un vínculo previo, incluso en hechos sin motivos de género.
Si se hace foco en los hechos con componente de género, se registraron en la última década 123 femicidios. Los casos se localizan frecuentemente en el espacio privado (78%) y, particularmente, en el hogar de la víctima (67%). El 72% de los femicidios se cometió sin presencia de testigos. En relación a la causal de muerte, una de cada tres víctimas fue apuñalada. Además, se reiteran las muertes por golpes (20%) o las que fueron estranguladas o sofocadas (20%). Los disparos de arma de fuego (16%) son menos usuales que en homicidios sin motivos de género. Al menos 10 femicidios en su despliegue mostraron elementos de violencia sexual (8%).
Las víctimas de femicidio tenían en promedio 43 años, con primacía de adultas jóvenes, aunque se registran mujeres de todas las edades. Al menos 49 niños/as y adolescentes perdieron a sus madres en casos de femicidio.
Los agresores
El 92% de los autores de femicidios fueron identificados, proporción superior a la observada en otros hechos. Una vez cometido el femicidio, el 43% procuró darse a la fuga, aunque caracteriza a los femicidios la emergencia de otro tipo de conductas singulares, incluyendo el encubrimiento (18%), el suicidio o su tentativa (14%) y la entrega voluntaria (8%).
En el 86% de los femicidios, la víctima y el agresor tenían un vínculo previo: 77 mujeres fueron asesinadas por quienes tenían o habían tenido con ellas una relación de pareja. Otras 19, por personas de su círculo familiar. Así, la mayoría de los femicidios fueron cometidos por varones con un vínculo íntimo con la víctima. En el 60% de los casos, ambos convivían al momento del hecho.
El informe también revela que es frecuente la referencia a episodios de violencia previa del victimario hacia la víctima, en casos en que el femicidio es la última expresión de una agresión sostenida en el tiempo, algo que se registra en el 61% de los casos. En efecto, 25 mujeres habían denunciado a quien le quitaría la vida (20%). En ocho casos existía una medida de protección vigente.
Travesticidios
El universo de femicidios incluye a ocho mujeres trans que, en relación al resto de las víctimas, presentaban mayor cantidad e intersección de factores de vulnerabilidad. En estos travesticidios se destaca que las agresiones fueron desplegadas por autores más jóvenes que las víctimas y la concentración durante las noches de fines de semana.
Respecto a otras variables, comparten elementos con el resto de los femicidios, con preminencia del espacio privado, uso de armas blancas y la existencia de un vínculo previo entre el agresor y la víctima.