23 de abril de 2024
23 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Entrevista con Ruth Rubio Marín
“La reparación con perspectiva de género debe ser transformadora"
La jornada sobre justicia transicional y género tuvo como eje pensar la experiencia judicial argentina en materia de delitos sexuales y las reparaciones con perspectiva de género. Fiscales entrevistó a la profesora de Instituto Universitario Europeo, quien disertó junto a Jorge Auat.

El Programa de Género y la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad- en conjunto con la Universidad de Palermo- realizaron una jornada sobre justicia transicional y género, con especial énfasis en los delitos sexuales cometidos en la última dictadura cívico-militar y en la responsabilidad del Estado. Participaron la profesora Ruth Rubio Marín, del Instituto Universitario Europeo y el titular de la Procuraduría, Jorge Auat. Estaba prevista la participación del fiscal General de Mendoza, Dante Vega, quien no pudo asistir por problemas de fuerza mayor, pero que envió su trabajo sobre el juzgamiento de los delitos sexuales, que fue leído durante la jornada.

Los delitos sexuales cometidos en los centros clandestinos de detención están siendo analizados en la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad y será el eje de una jornada de trabajo que se realizará en el mes de septiembre en conjunto con el Programa de Género. Allí, se tratará también la violencia sexual contra los hombres y la complejidad que eso conlleva. En ese sentido, Auat hizo mención a la dificultad en la visibilización de esos delitos por la deshonra que implica para las víctimas y cómo eso también es un problema de género.

La justicia transicional aborda las diversas herramientas tanto judiciales como administrativas para reparar los daños en casos de violaciones masivas a los derechos humanos, buscando el reconocimiento de los derechos de las víctimas. Repensar el juzgamiento de los delitos sexuales, visibilizar las resistencias del poder judicial, dimensionar la violencia específica contra las mujeres en contextos de violaciones masivas a los derechos humanos y las posibles reparaciones a los daños fueron los ejes de la jornada. En ese sentido, Jorge Auat cerró su intervención con una cita de Theodor Adorno: “La justicia que no abarca la totalidad del crimen deja un sabor amargo a injusticia”.

Fiscales entrevistó a Ruth Rubio Marín, especialista en justicia transicional y reparación con perspectiva de género, quien desarrolló diversas investigaciones en torno a violaciones masivas de derechos humanos en distintos países del mundo.

- ¿Cómo se configura una reparación sensible al género y como deberían ser esas reparaciones?

- Creo que la clave de la reparación sensible al género está en no dejar por fuera las violaciones de derechos que hayan afectado de forma especial a las mujeres. Es necesario entender que los mismos hechos y las mismas violaciones de derechos pueden tener un impacto diferencial. Por ende, en la medida en que la reparación trata de reparar el daño y reconocer a la víctima, es importante que el daño sea reconocido en su integridad. A partir de ahí, creo que muchas veces la reparación se ha abordado en cómo regresar a la persona a la situación anterior al hecho. En el caso y en contextos en los que las mujeres como colectivo eran discriminadas sistemáticamente esa finalidad puede ser limitada. Creo que la reparación con perspectiva de género debe ser transformadora y debe abordar las estructuras de subordinación subyacentes

- En la jornada, hacía referencia a una visión amplia con respecto a la reparación para no tender únicamente a una especificidad respecto de la violencia sexual. En casos de violaciones masivas a los derechos humanos ¿La violencia tomó distintas formas respecto a las mujeres?

- Más allá de la violencia sexual, que es un tema central y que merece toda su centralidad y reconocimiento, puede haber otras formas de victimización según qué conflicto o según qué régimen represivo sea el que se aborda. Por ejemplo, en el caso de los trabajos forzados se deja de lado el trabajo doméstico forzado, la esclavitud doméstica. El desplazamiento forzado muchas veces afecta al colectivo de mujeres de manera diferenciada. Pero incluso, la misma detención ilegal no tiene por qué conllevar los mismos daños para hombres y para mujeres. Para algunas mujeres el hecho de pasar muchos años secuestradas o detenidas implica la pérdida de la posibilidad de tener un hijo.

Ese es un daño específico a la mujer que normalmente no se visibiliza cuando uno está pensando en pérdida de oportunidades, o daño emergente, que son las categorías más tradicionales a la hora de hablar de daño. Sin embargo, no siempre la perspectiva de género debe conducir a centrarnos en la mujer. Creo que el tema de la violencia sexual contra hombres y niños es clave y está todavía más invisibilizada. El efecto es diferencial y negativo contra las mujeres, pero también opera en ambos sentidos. Es verdad también que en determinado sentido, las víctimas de persecución política eran mayoritariamente hombres, porque en una sociedad desigual en términos de género quizás son ellos quienes participan más activamente. Son dinámicas complejas que atañen a ambos colectivos y son formas de violencia y daños que se manifiestan en formas específicas.

- En su experiencia ¿Qué es lo que suelen pedir las víctimas?

Eso varía de acuerdo a la tipología del conflicto y al contexto. Lo común que requieren es el reconocimiento de lo que han sufrido y de la vulneración de sus derechos. Creo que es un tema clave. La justicia penal y el castigo del victimario son muy importantes para las víctimas, pero no es siempre tan esencial. Aunque las víctimas no quieren optar y no optan, sino que buscan ambas cosas.

- Y en ese sentido ¿Cuáles serían los beneficios de que haya reparaciones por vía administrativa, además del juzgamiento?

- El proceso penal tiene como protagonista al victimario. El objeto es dilucidar si un sujeto tiene responsabilidad penal. Eso no quiere decir que el proceso penal no deba llevarse a cabo con la mayor toma de conciencia sobre las dificultades que tienen las víctimas en general y las víctimas de violencia sexual  en particular. Cada vez más hay tribunales que están tomando medidas de acompañamiento, de protección a víctimas, para paliar la victimización secundaria en procesos. Pero en último término, la protagonista nunca es la víctima. La víctima es un testigo en el proceso penal. Entonces una vez que se ha dirimido la responsabilidad penal se puede pensar en la reparación del daño. En el ámbito administrativo se reconoce de modo genérico la responsabilidad del Estado. Lo que me interesa es saber si usted ha sido víctima de una violación a los derechos humanos y a partir de allí puedo definir mi abanico de víctimas y beneficiarios en función de las tipologías de violaciones a los derechos humanos, sin importar si entra o no en el tipo penal.  Puedo pensar de cuántas víctimas estamos hablando, de qué recursos disponemos y puedo abordar de modo estructural cómo se harán las reparaciones. Además, puedo acompañar las medidas de carácter material con medidas de carácter simbólico que puedan ser moralmente importantes para las víctimas.

- ¿Cuál es la importancia de las reparaciones para repensar las relaciones de subordinación que subsisten?

- Vemos relaciones directas cuando, por ejemplo, los índices de violencia sexual en sociedades democráticas son espeluznantes. Ahí, tenemos que ver que la responsabilidad del Estado no es sólo por acción sino también por omisión. Creo que en todas las sociedades sigue existiendo un alto grado de connivencia y de impunidad en materia de violencia de género, por lo tanto debatir qué es lo que las víctimas merecen con respecto a un hecho pasado es una invitación clara a pensar qué es lo que merecen las víctimas en la actualidad. Sobre todo, cuando lo desvinculamos de un victimario concreto y lo pensamos en términos de responsabilidad porque no medió una debida diligencia.

- ¿Ve una continuidad cultural con respecto a la violencia contra las mujeres?

- La cultura patriarcal que teníamos hace 20 años es muy parecida a la que tenemos ahora. A las presas políticas en Marruecos, les quitaban sus nombres de mujer y les ponían nombre de varón porque les parecía una contradicción que las mujeres pudieran ser activistas políticas. Hoy en día, seguimos debatiendo cómo hacer para que la mujer pueda acceder a la política, con voz real y con fuerza. Es decir, está claro que en términos culturales hay progresos. Hoy en día, a una víctima de violencia sexual no se las sigue viendo, como en otras etapas, a partir del famoso “algo habrá hecho”. Pero también está claro que en muchos países siguen habiendo atenuantes frente a la violencia sexual. Estas transformaciones culturales son muy lentas.

- Concretamente sobre los delitos sexuales, usted hablaba de la especificidad del daño ¿De qué modo se configura esa especificidad?

- La gente suele quedarse en lo importante que es el daño psicológico y el daño físico. Ese es un daño palpable y clave. Pero a veces se invisibiliza el daño material de víctimas que ven sus vidas destrozadas. Hay que pensar en la victimización secundaria de éstas en entornos donde se sostiene la cultura patriarcal y la estigmatización. Ese daño es un daño específico. Eso implica que hay un contexto donde la víctima queda silenciada y anulada por el delito. Eso es algo que no puede ignorarse cuando hablamos de reparación ya que tiene implicancias múltiples. Una es el tiempo de la reparación. El contexto social para que las víctimas de violencia sexual den un paso adelante y reclamen sus derechos es uno y no puede ser otro.

- En Argentina el desafío está siendo el juzgamiento en procesos penales ¿Cuáles son las dificultades más grandes que se ven?

- La revictimización y la falta de sensibilidad de los operadores judiciales son dos grandes dificultades. El tema de los estándares probatorios también. En mi experiencia, lo que va a determinar si va a ser necesaria o no la reparación administrativa es el colectivo de las víctimas. Si los procesos penales resultan exitosos aparecen más pretensiones y reclamaciones y se abrirá luego la vía administrativa. Si esa vía no se abre también los juicios servirán como una reparación simbólica y moral a las víctimas.