28 de marzo de 2024
28 de marzo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El crimen ocurrió en octubre de 2019
Pidieron prisión perpetua para un hombre acusado por el femicidio de su ex pareja
“Fue la crónica de una muerte anunciada”, dijo el fiscal Oscar Ciruzzi al momento de su alegato. Destacó que la víctima estaba amenazada de muerte y que era golpeada y maltratada habitualmente.

El fiscal Oscar Ciruzzi, a cargo de la Fiscalía General N° 7 ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional, solicitó hoy la pena de prisión perpetua para un hombre acusado por el femicidio de su ex pareja, ocurrido en octubre de 2019. “Lidia Soto estaba amenazada de muerte: el imputado la había golpeado, la había destratado sin importar quién estaba delante en varias oportunidades”, resaltó.

Ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7, el fiscal pidió que se condene a Rubén Quispe Cahuaya por el delito de “homicidio agravado por mediar violencia de género, por haber sido cometido a una persona con la que se ha mantenido una relación de pareja y por haber sido cometido con alevosía”. Las últimas palabras del acusado y el veredicto se conocerán el próximo 8 de septiembre.

De acuerdo a lo expuesto por el representante del Ministerio Público, el 29 de octubre de 2019, cerca de las 18.30, el hombre se presentó en el domicilio donde su ex pareja vivía con sus dos hijos, sobre la calle Santander al 5400, en Villa Lugano. Unas horas después discutieron debido a que Lidia no quería que estuviera en la casa, ya que estaban separados y el imputado no lo aceptaba.

Sin embargo, el hombre se quedó a dormir en el cuarto de su hija. Cerca de las 5.00 de la mañana, sorprendió a la mujer cuando se despertó y comenzó a golpearla. “Te voy a matar”, le dijo y tomó un cuchillo con el que la atacó 23 veces en distintas zonas del cuerpo. El ataque fue perpetrado delante de los hijos de ambos. Tras el episodio, Quispe Cahuaya se fue de la casa y se entregó en una comisaría de la Ciudad de Buenos Aires.

Lidia falleció en el acto debido a las heridas recibidas en su pecho, cuello, abdomen y brazos. La fiscalía repasó lo expresado por el acusado en su declaración indagatoria, donde el hombre pidió disculpas por lo ocurrido aunque sostuvo que no recordaba exactamente lo sucedido.

“Lidia no tenía posibilidad de defensa e igual el procesado continuó acuchillándola, la colocó en una situación de indefensión”, resaltó el fiscal.

Un contexto de violencia

“Lo que sucedió es crónica de una muerte anunciada”, dijo el fiscal y desestimó esa “laguna” en el relato del imputado, a quien consideró parte de una estrategia para plantear una “alteración morbosa de sus facultades”. Resaltó que hay informes en la causa donde se evaluó al hombre y que sostuvieron que tenía la capacidad de comprender sus acciones al momento del hecho.

Luego, pasó a exponer las pruebas que hay contra el acusado: recordó particularmente que se encontró ADN de la víctima debajo de las uñas de Quispe Cahuaya así como también se encontró sangre de la mujer en la ropa del hombre. “Lidia no tenía posibilidad de defensa e igual el procesado continuó acuchillándola, la colocó en una situación de indefensión”, resaltó el fiscal.

Le solicitó entonces a los jueces Gabriel Vega, Gustavo Rofrano y Alejandro Noceti Achával que tengan en cuenta lo que demoró en asestarle esas 23 puñaladas, incluso cuando sus hijos estaban en el lugar. “Tuvo el claro designio de matar”, resaltó. Después, tuvo en cuenta los testimonios de vecinos que se acercaron a la casa después del ataque luego de ser alertados de lo sucedido. “Los nenes vinieron llenos de sangre diciendo que el padre había matado a la mamá”, dijo la empleada de una remisería de la zona, cuyo testimonio fue resaltado por la Fiscalía.

En esa línea, destacó también el testimonio de la hija mayor de la víctima, que no se encontraba ese día en el hogar pero que sí repasó una serie de situaciones que su madre le contó. Incluso contó que la mujer le dijo el día anterior que Quispe Cahuaya había amenazado con matarla. “No hubo pérdida de conciencia, hubo conocimiento y voluntad de matar, de desplegar la conducta homicida”, concluyó el fiscal.

La defensa, por su parte, planteó que no existió violencia de género ni alevosía y cuestionó también que el debate se realizara de manera virtual. Con respecto al hecho, consideró que fue algo “súbito e inesperado” y que la separación le generó un conflicto psíquico interno. “Hay que entender que esa reacción fue en el marco de un contexto de emoción violenta”, sostuvo el defensor. Subsidiariamente, solicitó que se declare la inconstitucionalidad de la prisión perpetua.

Al momento de las réplicas, el fiscal sostuvo que no se avasalló la defensa en juicio por haberse realizado el debate de forma remota y consideró que no corresponde en este momento tratar la inconstitucionalidad de la prisión basada en la posibilidad de acceder o no a la libertad condicional.