23 de abril de 2024
23 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Intervienen el fiscal ad hoc Diego Vigay y el fiscal Walter Romero
Chaco: comenzó el juicio “Conscriptos” por delitos de lesa humanidad
Son diez los militares acusados por el secuestro, detención ilegítima de la libertad y tormentos cometidos contra cinco víctimas, dos de ellos militantes políticos que realizaban el servicio militar obligatorio en el Regimiento La Liguria de Resistencia en 1976.

El Tribunal Oral Federal de Resistencia -conformado por los jueces subrogantes Noemí Marta Berros, Liliana Graciela Carnero y  Roberto López Arango – comenzó este miércoles el juicio oral y público contra cuatro oficiales del Ejército Argentino, cinco suboficiales de la Dirección de Investigaciones de la Policía del Chaco y un guardia cárcel de la Alcaldía Policial por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar en contra de cinco víctimas. En el debate intervienen los fiscales ad hoc Diego Vigay y Walter Romero

Los hechos habrían ocurrido entre 1974 y 1979 en la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco -que funcionó como centro clandestino de detención y tortura- y también en la Alcaldía policial en la ciudad de Resistencia. Dos de las víctimas, Ricardo Uferer y Eduardo Luque, eran militantes políticos que fueron secuestrados mientras hacían el servicio militar obligatorio. El resto de las víctimas son Saturnino Ferreira, Santiago Almada y Norma Medawar.

Los acusados son los oficiales Ernesto Simoni, Ricardo Reyes, Aldo Martínez Segon, Luis Alberto Patetta, los suboficiales José Francisco Rodríguez Valiente, Gabino Manader, José Marín, Juan de la Cruz López, Carlos Domingo Mora y el guardia cárcel Miguel Ángel Vittoverello.

Todos están imputados por la privación ilegítima de la libertad y tormentos contra Uferer y Luque, quienes realizaban la conscripción en el Regimiento La Liguria de Resistencia en 1976.

Las declaraciones de las víctimas

El juicio comenzó con lectura del requerimiento de elevación a juicio. Los únicos imputados que declararon fueron Vitorello y Segon que negaron los hechos por los cuales están acusados. Luego de un cuarto intermedio, declaró Ricardo Uferer y reconoció a Manader, López, Segón, Simoni, Marin, Vitorello, Reyes y Patetta.

Ante las preguntas del fiscal Vigay, aseguró que fue detenido por razones políticas en 1976 y detalló las situaciones que vivió durante su detención. “Yo militaba en la JP regional cuarta. El Golpe se produjo en marzo de ese año y en abril allanaron mi casa buscando a mi hermano. Unos días después me incorporo a cumplir el servicio militar obligatorio y como estábamos en el período de instrucción, sólo podíamos salir los fines de semana. Un día que salgo me entero que habían detenido a mi hermano", relató y sostuvo que al mes de iniciar el servicio le preguntaron por él

“El 22 junio estaba haciendo guardia en el fondo del Regimiento, se me presentó el oficial Reyes que estaba como jefe de la guardia general y me dijo que lo iba a tener que acompañar hasta la ‘batería’. Me llevaron en un vehículo y una vez allí me hicieron desnudarme, me revisaron y me vistieron de nuevo con ropa de soldado. Vino un suboficial de apellido Benítez y me dijo que tenía que ir a la guardia con él", indicó.

"Una vez allí, me metieron en una pieza, me encerraron y a la noche, dos personas apodadas de apellido Cardozo y Cáceres me retiraron y me llevaron en un vehículo con una ametralladora y me llevaron hasta el fondo de la brigada de investigaciones. Me vendaron los ojos y luego me llevaron a un lugar que después supe que era el sótano. Ahí recibí todo tipo de golpes. Me sentaron en una silla, me esposaron, comenzaron a pegarme, interrogarme y en un determinado momento me hicieron bajarme la venda y estaba el teniente Simoni y también Manader y Cardozo. Simoni me pegó una patada que me abrió la ceja. Me levantaron la venda, me aplicaron picana, me siguieron golpeando”, relató el hombre.

Luego, afirmó que lo llevaron hasta otro lugar donde había más personas entre las que se encontraba Luque. “Después me llevaron a otro lado, me sacaron la ropa, me ataron a una cama metálica y me aplicaron picana eléctrica. Estábamos todo el día esposados, con los ojos vendados y nos ponían un sobrenombre a cada una de las personas que estábamos ahí. Vivíamos en condiciones realmente muy malas, a expensas de la patota que nos torturaba”, manifestó Uferer.

Durante la declaración, señaló que hubo momentos en que estuvieron sin venda y que eso les permitió conocer, por la voz, a algunos de los policías y personas que lo torturaron. “En septiembre fui trasladado a la alcaldía policial. Ahí nos recibieron también a los golpes y nos llevaron a una celda cerrada. En la alcaldía había un régimen bastante riguroso. Éramos seis u ocho personas que nos sacaban al baño a la mañana, al mediodía y a la noche. Nuestras necesidades las hacíamos en un tarro. La guardia nos atormentaba psicológica y físicamente. De los agentes de esa guardia me acuerdo de Roldan, Esquivel, Álvarez, Vitorello y Ramos. Por cualquier motivo buscaban una excusa para sacarnos y pegarnos”, puntualizó.

Uferer permaneció en la alcaldía policial hasta 1977. Luego, fue trasladado hasta Córdoba al campo de concentración La Rivera y allí permaneció hasta diciembre de ese año en que lo llevaron nuevamente a la provincia de Chaco para luego enviarlo al juzgado federal e iniciarle una causa por asociación ilícita. “Ahí denunciamos los apremios ilegales que nos habían hecho y dos años después nos llevan a una clínica para ver los rastros de las torturas. En el ‘80 o ‘81 salimos absueltos del juzgado federal y nos remiten de nuevo a la ciudad de Córdoba para hacernos un conejo de guerra. Me dieron dos años y medio de condena. Salimos en octubre de 1982", concluyó.

Eduardo Luque declaró luego y relató que en junio de 1976, mientras cumplía el servicio militar, fue detenido y llevado a la Brigada de Investigaciones. “Fui trasladado a lo que se denominaba la sala negra por aproximadamente 40 días y después me llevaron a un calabozo. Estuve hasta septiembre”, recordó.

“En la sala negra nos amenazaban constantemente. Los apremios eran moneda corriente”, indicó y luego agregó que también estuvo en la alcaldía policial. "Nos recibieron con gomazos y nos alojaron en el pabellón. Estábamos incomunicados y recibíamos golpizas sistemáticamente”, manifestó Luque.