26 de abril de 2024
26 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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En línea con el pedido del fiscal general José Ignacio Candioti
Paraná: en un nuevo proceso, condenaron a 13 años de prisión a un exmilitar por la sustracción de un niño y de una niña en la última dictadura
Se trata de Marino Oscar González, exintegrante del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, quien había sido absuelto por esos hechos en 2011. En un nuevo juicio ordenado por la Corte Suprema, fue encontrado culpable de la sustracción y la supresión de la identidad de las víctimas, hijo e hija de los desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela.

En línea con el pedido del fiscal general José Ignacio Candioti en su alegato, el Tribunal Oral Federal de Paraná condenó ayer en un nuevo juicio al ex oficial del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, Marino Oscar González, a la pena de 13 años de prisión al considerarlo coautor de los delitos de sustracción de dos personas menores de 10 años en concurso ideal con supresión de estado civil respecto de las mismas víctimas, el hijo y la hija -mellizos nacidos en cautiverio- de la desaparecida Raquel Negro y del desaparecido Tulio Valenzuela. La niña melliza pudo recuperar su identidad pero aún se busca el paradero del niño.

Gonzalez había sido absuelto por aqué tribunal en 2011 en la denominada causa "Hospital Militar de Paraná", pero en diciembre de 2018 la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) dejó sin efecto el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que había confirmado la absolución.

Entre la absolución y el fallo de la Corte, el acusado fue condenado por el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario por la privación ilegal de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas que tuvieron como víctima a Raquel Negro en aquella ciudad santafesina, antes de que fuera trasladada al Hospital Militar de Paraná para dar a luz. La  condena por esa causa, conocida como "Guerrieri II", fue confirmada por la Cámara Federal de Casación Penal.

En su alegato formulado el 8 de noviembre pasado en este nuevo juicio, el fiscal Candioti puso de relieve la condena dictada en Rosario y remarcó que "la responsabilidad de Marino González recae sobre su concreto poder de hecho sobre la vida y la muerte de Raquel Negro, al detentar el señorío sobre la misma al tenerla cautiva en los centros clandestinos de detención en Rosario, y en su rol como integrante de la patota de Guerrieri en el Destacamento de Inteligencia 121 en Rosario, con quienes tuvieron la decisión común de sustraer los bebes de Raquel Negro y suprimirles su identidad".