El jefe del centro clandestino Pozo de Banfield, Juan Miguel Wolk, que estaba prófugo desde abril del año pasado, fue recapturado en Mar del Plata por la Gendarmería Nacional y derivado al Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, donde aguardará el comienzo del juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad.
Wolk es comisario retirado de la Policía bonaerense y al momento de fugarse se encontraba gozando del beneficio de la prisión domiciliaria que le había concedido el titular del Juzgado Federal N°3, Arnaldo Corazza, quien se jubiló el mes pasado. Aquella medida fue apelada por la Unidad Fiscal de La Plata y posteriormente revocada por la Cámara Federal de esa ciudad, fallo que fue confirmado por la Cámara de Casación y por la Corte Suprema.
Pero la sucesiva apelación de Wolk después del revés de la Cámara Federal hizo que la decisión no obtuviera firmeza –y por lo tanto no pudiera aplicarse- hasta que intervino la Corte. Por ese motivo Wolk permaneció durante todo el trámite en prisión domiciliaria, entre octubre de 2009 y el 10 de abril de 2012, fecha de la resolución del máximo tribunal a partir de la cual se intentó localizarlo sin éxito.
Wolk fue capturado en la casa de su hermano Demetrio, en Mar del Plata, luego de que fuera ubicado mediante tareas de inteligencia que se habían encomendado a la Dirección Zona Norte Buenos Aires de la Gendarmería Nacional.
Antes de fugarse, el imputado residía en esa ciudad, en la casa que compartía con su esposa y donde cumplía la prisión preventiva.
El comisario retirado está imputado de alrededor de 200 casos de privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios perpetrados en el centro clandestino que funcionó en una enorme sede policial con funciones de investigaciones, inteligencia y seguridad que se encontraba en Siciliano y Vernet, en Banfield, que en realidad estaba destinada a coordinar la represión ilegal en la zona sur del Conurbano y a alojar prisioneros.
Sus víctimas conocieron el lugar como “el Pozo de Banfield”. Allí fueron vistos por última vez los adolescentes de la denominada “ Noche de los Lápices”, casos por los que Wolk se encontraba imputado y fue requerida su elevación a juicio. El debate oral y público aguarda fecha de celebración. Estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de La Plata.
Un caso que generó cambios
A partir de la fuga de Wolk, la Unidad Fiscal de La Plata solicitó medidas a todos los jueces y tribunales de la jurisdicción, para evitar que ocurrieran casos similares con otros imputados que estaban en la misma situación de Wolk: con la prisión domiciliaria apelada y con un inexorable destino en la cárcel, dado que era improbable que la Cámara Federal, la Cámara de Casación y la Corte fallaran de diferente modo frente a una situación idéntica. En efecto, el juez Corazza revisó su criterio y no volvió a conceder prisiones domiciliarias sólo por la edad avanzada de los imputados, y empezó a examinar los casos con detenimiento.
Los fiscales platenses Marcelo Molina, Hernán Schapiro y Gerardo Fernández se reunieron con representantes de fuerzas de seguridad para articular el trabajo en la búsqueda de quienes ya estaban prófugos y, por otro lado, solicitaron a los jueces de diferentes instancias que pongan custodia frente al domicilio de los imputados que cumplen la prisión preventiva en su casa.
Esa medida fue receptada por Corazza y su par del Juzgado Federal N°1 de La Plata, Humberto Manuel Blanco, quienes la instrumentaron en todos los casos que tenían a su disposición, pero rechazada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1. Los fiscales recurrieron en queja ante la Cámara de Casación, que admitió el recurso y aún se espera que resuelva.
Por su parte, Corazza denunció a los fiscales ante la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, porque entendió que habían intentado invadir su jurisdicción al reunirse con integrantes de fuerzas de seguridad para coordinar tareas en la búsqueda de prófugos. Pero la procuradora respaldó la actuación de los representantes del Ministerio Público, porque su tarea se ajustaba a las previsiones que confiere la ley a este organismo.
Por otro lado, la fuga del imputado derivó en el procesamiento de su hija, la también policía Mónica Luján Wolk, quien era la garante de la prisión domiciliaria y fue acusada por la Unidad Fiscal por facilitar su evasión. En este caso la fiscalía ya requirió la elevación a juicio.