29 de marzo de 2024
29 de marzo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El trabajo articulado de la Fiscalía Federal de Catamarca y la Procunar
Confirmaron el procesamiento de dos empresarios por fabricación de estupefacientes y almacenamiento de precursores
La Cámara Federal de Tucumán ratificó los procesamientos a dos hermanos, empresarios, de Salvador Mazza, Salta. En la escena de un doble crimen en Icaño, Catamarca, se encontró un laboratorio clandestino. La trazabilidad de los productos llevó hasta los imputados. En el allanamiento a sus inmuebles se encontraron toneladas de materias primas para la fabricación de cocaína.

La Cámara Federal de Tucumán confirmó el procesamiento con prisión preventiva de dos hermanos empresarios de la ciudad salteña de Salvador Mazza por los delitos de producción, fabricación, extracción o preparación de estupefacientes, agravados por la participación en su consumación de tres personas organizadas para cometerlo, y de almacenamiento de materias primas para la fabricación de estupefacientes. Se trata de una causa cuya pesquisa está dirigida por el Ministerio Público Fiscal y en la que vienen trabajando en conjunto los fiscales federales Santos Reynoso y Rafael Vehil Ruiz, con la asistencia y articulación de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).

La resolución firmada por los camaristas Ricardo Mario San Juan, Ernesto Clemente Wayar y Marina Cossio confirmó, así, dos decisiones adoptadas por el juez federal subrogante de Catamarca, Ricardo Antonio Moreno, respecto de los hermanos Barakat Barakat y Fadel Barakat, a quienes el año pasado se les secuestró durante los allanamientos de dos domicilios de Salvador Mazza más de 80 toneladas de bicarbonato de sodio -almacenado en bolsas de 25 kilos y de 20 gramos-, sustancia utilizada como precursor químico para la fabricación de cocaína.

Cuando se produjeron esos allanamientos, los hermanos fueron detenidos por el juez catamarqueño porque se había logrado determinar que los imputados habían aportado un cuñete de 25 kilos de lidocaína, otros dos de 25 kilos cada uno de manitol y uno de 25 kilos de Analgin DAB 10 o Dipirona Sódica DAB 10 -todas sustancias de corte- a un laboratorio de fabricación de cocaína que funcionaba en la localidad catamarqueña de Icaño. Ese laboratorio clandestino fue descubierto el 13 de diciembre de 2010 en el marco de la escena de un doble crimen. Aquél día, la policía realizaba una inspección papiloscópica del inmueble donde fueron hallados los cuerpos de Angel Chame e Hiladia Vallejos y encontró casi 3 kilos de cocaína, gran variedad de precursores químicos y más de 90 kilos de sustancias de estiramiento.

El detonante de la investigación fue un doble crimen en Icaño, Catamarca: en la escena del crimen la policía encontró un laboratorio clandestino.

La reconstrucción de la cadena de comercialización -es decir, el itinerario comercial que tuvieron desde su producción hasta su destino- de los productos llevó a determinar que parte de las sustancias de estiramiento halladas habían sido compradas por los hermanos Barakat, que fueron detenidos y procesados. Los allanamientos realizados el año pasado a dos de las fincas a su nombre en Salvador Mazza llevó a completar el cuadro: ambos tenían más de 80 toneladas de bicarbonato de sodio, materia prima utilizable en la fabricación de cocaína. Con ese nuevo hallazgo, la Fiscalía pidió la ampliación del procesamiento por el delito de almacenamiento de materias primas para la fabricación de estupefacientes.

En la resolución de confirmación de los procesamientos por los dos hechos, la Cámara Federal de Tucumán ordenó al juez Moreno "ahondar en la presente investigación" y, en ese sentido, requerir al juzgado provincial en el que tramita el expediente de los asesinatos "información relativa a las posibles causas que habrían motivado el homicidio de Ángel Chame y Heladia Vallejos".

Bolivia

Los camaristas remarcaron que los dos inmuebles allanados a los hermanos Barakat en Salvador Massa se encuentran ubicados "a pocas cuadras del límite fronterizo de nuestro país con el Estado Plurinacional de Boliva" y pusieron de relieve que "según la legislación Boliviana el bicarbonato de sodio constituye una sustancia controlada para ese país, por tratarse de una base utilizable para la fabricación de estupefacientes, razón por la cual resultan frecuentes en dicho país los casos de contrabando de bicarbonato de sodio a fin de destinarlos hacia la fabricación de cocaína".

El propio Barakat Barakat en su indagatoria había señalado que "vienen también varios bolivianos del lado argentino y compran en forma normal el bicarbonato, es decir, yo lo vendo a granel, y los bolivianos lo fraccionan”. Los camaristas concluyeron que con esa declaración "se encontraría acreditado que él habría tenido pleno conocimiento que el bicarbonato estaba destinado para Bolivia, y -por ende- que a las casi 80 toneladas de bicarbonato que guardaba en su casa las iba a destinar a un fin ilícito".

Los imputados tenían más de 80 toneladas de bicarbonato de sodio en dos domicilios de Salvador Mazza, a metros del límite fronterizo con Bolivia, país productor donde esa sustancia es controlada.

En ese sentido, siguieron el razonamiento propuesto por el Ministerio Público al afirmar que "si desde hace dos años resultaba más económico exportar el bicarbonato directamente desde Brasil hacia Bolivia (como lo expresó el imputado en la indagatoria), sólo la utilización de esa sustancia para la fabricación de estupefacientes justifica el incremento del precio que acarrea transportar dicha mercadería desde Brasil, pasar por Buenos Aires, para luego retornar hacia el norte transitando más de 1800 Kms., y así arribar a la vivienda de Barakat Barakat en Salvador Mazza, Salta, e ingresar finalmente a Bolivia".

Los jueces, además, destacaron que durante los allanamientos se encontró en poder de Barakat Barakat "un papel cuyo contenido es un verdadero catálogo de precursores químicos y sustancias de corte para fabricar y adulterar clorhidrato de cocaína, y que a la par del nombre de cada una de dichas sustancias, el nombrado anotó una denominación encubierta para ocultar su verdadera designación. Así, al manitol lo denominaba leche en polvo; a la lidocaína, azúcar; a la cafeína, harina y al bicarbonato, maizena".

Aquellas denominaciones encubiertas son coherentes con la actividad legal que había declarado ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP): "Industria manufacturera-elaboración de alimentos preparados para animales". Fadel Barakat, en tanto, había declarado como actividad comercial la "venta al por mayor en supermercados mayoristas de alimentos", mientras que otro imputado, Julio García Coronado, la "venta al por mayor de productos farmacéuticos y veterinarios". Los imputados alegaron en su defensa que las sustancias precursoras que estaban en su poder no tenían como fin la producción de estupefacientes, pero la Cámara señaló que las actividades declaradas "servían para intentar enmascarar el destino ilícito de las sustancias", como sostuvo el Ministerio Público Fiscal.