El Tribunal Oral Federal de Corrientes condenó a penas de entre seis y diez años de prisión a tres personas acusadas de transporte de estupefacientes. Los imputados fueron detenidos mientras trasladaban un cargamento de marihuana escondido en pallets dentro de un camión. En el juicio intervino la Fiscalía General ante ese tribunal, a cargo de Carlos Schaefer.

La causa comenzó el 15 de noviembre de 2016, luego de que se recibiera un llamado anónimo en la Delegación de Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Lomas de Zamora de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Allí se informó que ese día por la noche partiría un camión con acoplado que transportaría una importante cantidad de droga, y que iba a pasar por la localidad correntina de Cuatro Bocas, con destino final en las localidades de Campana o Pilar, en la provincia de Buenos Aires.

Tres días después, la policía informó al juzgado que se había logrado constatar la existencia del camión mencionado, visualizado junto con otros dos vehículos, un Citroën C5 y otro de la misma marca, modelo Picasso, por lo que se dispuso la requisa de todos los vehículos. Al percatarse del seguimiento, el chofer del camión realizó una serie de maniobras evasivas que no fueron advertidas por los conductores de los otros vehículos. El camión salió de la ruta de forma repentina a la altura de Santo Tomé e ingresó a una estación de servicio, donde personal policial interceptó al vehículo y lo requisó.

En el acoplado del camión se hallaron 1.157,827 kilos de marihuana oculta en pallets de madera ahuecados, distribuidos en 1604 panes de forma rectangular, embalados en bolsas de nylon y cubiertos con grasa industrial.

En el acoplado del camión se hallaron 1.157,827 kilos de marihuana oculta en pallets de madera ahuecados, distribuidos en 1604 panes de forma rectangular, embalados en bolsas de nylon y cubiertos con grasa industrial para no ser rastreados por los perros utilizados para detectar narcóticos. El chofer del camión era Marcelo Damota, que fue detenido. Al mismo tiempo, sobre la Ruta Nacional 14, personal de Gendarmería detuvo al Citroën C5, en el que viajaban  Edgardo e Ignacio Principatto, quienes barrían la ruta para alertar de posibles controles, y fueron puestos a disposición del Juzgado Federal de Campana.

Para el fiscal Schaefer, los imputados tenían conocimiento y la voluntad de transportar el estupefaciente y también de su ilicitud, ya que la mercadería se encontraba oculta y cubierta en grasa industrial para no ser detectada. Al advertir el seguimiento, Damota realizó una serie de maniobras evasivas, bajando su velocidad o apagando las luces, que no fueron percibidas por los ocupantes del vehículo que hacía de punta. Sin embargo, para la Fiscalía las circunstancias y los hechos dieron “cuenta que actuaron en conjunto y de forma coordinada”, por lo que solicitó que se los condene como coautores del delito de transporte de estupefacientes.

Para el fiscal Schaefer, los imputados tenían conocimiento y la voluntad de transportar el estupefaciente.

El Tribunal hizo lugar al pedido del MPF y condenó a Edgardo Principatto a diez años de prisión; a su hijo Ignacio a ocho años, y a Damota a una pena de seis años. Además, ordenó la destrucción por incineración de la droga incautada. Los fundamentos de la sentencia se conocerán el 21 de junio próximo.