Una investigación de la Fiscalía Federal N°2 de Mar del Plata permitió desbaratar el viernes pasado una organización narcocriminal integrada por al menos 12 personas, luego de que se realizaran 19 allanamientos en esa ciudad y en Virrey del Pino, Avellaneda, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las cárceles de Batán y Senillosa, Neuquén, desde donde sus líderes coordinaban la logística de provisión y venta del material estupefaciente.

Con posterioridad a esos procedimientos, un nuevo allanamiento permitió luego dar con uno de los prófugos, materializar el secuestro del vehículo de alto valor en el que se movilizaba e incautar droga.

La investigación, a cargo del fiscal federal Santiago Eyherabide y con actuación del auxiliar fiscal Hércules Giffi, se inició a partir de una denuncia anónima en agosto del año pasado, que daba cuenta de la posible venta de estupefacientes al menudeo en los alrededores del Complejo de la Universidad Nacional de Mar del Plata y de una institución universitaria privada. Las tareas investigativas encomendadas a la División Antidrogas de la Policía Federal Argentina permitieron escalar en la cadena de responsabilidades, detectar el transporte y la comercialización de sustancias por parte de los integrantes de la banda y, tras siete meses, se desarticularon sus maniobras delictivas.

Como consecuencia de los operativos ordenados por el juez federal Santiago Inchausti, como subrogante del Juzgado Federal N°1 de Mar del Plata, se secuestraron casi 250 gramos de cocaína, 23 plantas de marihuana, medio kilo de la misma sustancia y 50 gramos de pasta base, entre otras sustancias. También se incautaron varios vehículos, 3 armas de fuego con municiones, 37 celulares, casi 1,5 millones de pesos, 16 mil dólares, diversos dispositivos electrónicos y documentación.

La investigación permitió la identificación de una mujer que comercializaba estupefacientes al menudeo en inmediaciones de los establecimientos educativos bajo la modalidad de delivery, con encuentros previamente pautados en distintos puntos a través de la aplicación Telegram. Las tareas de inteligencia criminal revelaron los eslabones ubicados por encima de la vendedora en la organización narcocriminal.

De este modo, se llegó hasta un recluso del penal de Batán, cuyo apodo hace referencia a su país de origen, “Perú”. La pesquisa determinó que comparte nacionalidad con varios integrantes de la banda.

El sujeto estaba en comunicación también con otro posible líder de la organización, que también se encuentra detenido, en el sur del país. De acuerdo a las indagaciones realizadas por la Policía Federal, tanto él como su pareja -actualmente con prisión domiciliaria- y otra mujer estaban acusados en otra causa de ser parte de una organización narcocriminal.

También se detectaron maniobras de transporte de droga desde Buenos Aires hacia Mar del Plata, para su posterior distribución en Necochea y Quequén.