Rubén Beraja, acusado como partícipe secundario del delito de peculado, amplió ayer su declaración indagatoria en el marco del debate oral y público de la causa por irregularidades y desviación de la investigación del atentado a la mutual judía, ocurrido el 18 de julio de 1994.

La audiencia comenzó a las 10.30 y se llevó adelante en la sala AMIA de Comodoro Py ante el Tribunal Oral Federal Nº2, con la intervención del cotitular de la UFI AMIA, Roberto Salum, y del fiscal ad hoc Miguel Yivoff.

“Es difícil defenderse de una acusación abstracta. Es difícil probar una acusación de este tipo”, comenzó su descargo el imputado. Beraja refirió que a la fecha “no advierte ninguna prueba sustentable para la acusación” y remarcó que “socavaron la calidad de su persona, sus valores y su conducta”. En esta misma línea continuó: “Ante la flojedad de la acusación (se intentó) bajar la credibilidad de una persona que fue elegida presidente de la DAIA tres veces”.

Entre los argumentos que utilizó Beraja para realizar su descargo a las imputaciones de los requerimientos, comparó lo expresado por él como presidente de la DAIA en 1997, a través de la presentación “La denuncia”, que la AMIA/DAIA encargó a diversos juristas de renombre, y la posterior denuncia que realizó en 1999 Memoria Activa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Beraja sostuvo: “Mi acusación es fruto de una construcción de la política de turno que no tiene que ver con lo que hicimos. Siempre (tuvimos) una sola mirada que (fue) alcanzar el esclarecimiento. Y quienes fueran responsables que pagaran por ello”. Y agregó que la conclusión a la que arribó la DAIA sobre la causa del atentado es que éste se produjo como una “acción de fuerzas extranjeras”. “Estamos convencidos de que la actuación de los diplomáticos iraníes en Argentina da para una sospecha profunda”, indicó.

El tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo jueves, cuando se espera que preste declaración indagatoria Víctor Stinfale.