En ocasión de su estadía en la Argentina, como visitante de la Facultad de Derecho (UBA), Fiscales mantuvo un dialogó con Jaime Campaner Muñoz, profesor adjunto de la Universidad de las Islas Baleares y master en Derecho Penal Económico Internacional.

Consultado sobre la preparación que deben poseer quienes investigan y juzgan delitos económicos, Campaner remarcó el carácter esencial de la especialización. “El fiscal y el juez de cabecera ya no existen. Esa concepción del abogado que resuelve toda clase de problemas jurídicos es absolutamente inviable en una sociedad moderna, en la que se ha sofisticado muchísimo la delincuencia, sobre todo la económica. Quien mucho abarca poco aprieta. Hace falta una formación especialísima, constante, continua y con las miras abiertas a comprender los nuevos fenómenos de la criminalidad, que van mucho más rápido que las legislaciones, las codificaciones y los investigadores”, consideró.

Enterado de la decisión tomada por la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, de crear una Procuraduría especializada en delitos económicos (Procelac), Campaner valoró positivamente su puesta en funcionamiento. “Creo que es y era totalmente  imprescindible para poder luchar contra este fenómeno criminal”, opinó. Comparativamente, el académico mencionó el buen funcionamiento que en España ha tenido la Fiscalía Anticorrupción.

La cooperación que deben manejar los Estados para afrontar eficazmente los delitos económicos fue otro de los puntos que tocó el entrevistado. “Es imprescindible. En España tenemos la experiencia europea, donde hay un espacio común de seguridad y justicia, con un intercambio fluido en las investigaciones, en la ejecución de sentencia y demás. Esta es la línea a seguir”, puntualizó. Además remarcó la importancia de acompañar este nivel de colaboración entre países con la sanción de leyes homogéneas destinadas a afrontar la criminalidad económica y financiera.

En referencia al mejor sistema para el juzgamiento de esta clase de delitos, Campaner opinó con contundencia: “Tenemos que quitarnos las sabanas viejas de encima y por fin mirar al sistema acusatorio puro, real y efectivo. Para garantizar los derechos fundamentales del ciudadano qué mejor que potenciar la oralidad y el juicio público con todas las garantías, donde realmente se practique la prueba, con la inmediación del juez que realmente va a dictar la sentencia y no con las actuaciones previas del juez inquisidor”.

Durante su estadía en Buenos Aires, Campaner también disertó en la Universidad de Palermo sobre la participación popular en la administración de justicia penal, tomando la experiencia del juicio por jurados en España.