24 de abril de 2024
24 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El juicio por la represión que dejó cinco muertos en el centro porteño
19 y 20 de diciembre: declararon Darío Lopérfido y varios heridos
El ex secretario de Cultura consideró que “fue todo muy abrupto” y se explayó sobre la noche del cacerolazo en los alrededores de la quinta presidencial. También, dieron su testimonio tres víctimas que debieron ser atendidas en el Hospital Ramos Mejía.

Hoy, se reanudó en los tribunales federales de Comodoro Py el juicio por la represión policial del 19 y 20 de diciembre de 2001, que dejó un saldo de cinco muertos en el centro porteño, con las declaraciones testimoniales del entonces secretario de Cultura y Medios de Comunicación, Darío Lopérfido, y de tres hombres que resultaron lesionados durante aquellas jornadas.

El interrogatorio a Lopérfido versó principalmente sobre la noche del 19. El ahora director del Teatro Colón, narró que pasó por la Quinta Presidencial de Olivos “a cenar y aguardar por el resultado de las negociaciones” que la Alianza mantenía por entonces con el justicialismo “para que no cayera el gobierno”. “Cuando me quise ir, no hubo manera: se había llenado de gente”, declaró. En ese sentido, declaró que se quedó allí hasta las 5 o 6 de la mañana porque un edecán le habría manifestado que “se había retirado la custodia de la Policía Bonaerense”. “Fue traumático. Veía gente que trepaba a la pared. Era una situación bizarra, me sentí en el lugar más inseguro del mundo. No parecían ciudadanos comunes”, refirió. “Presumí que se estaba intentando una situación de inestabilidad pública”, concluyó al respecto.

Consultado por los representantes del Ministerio Público Fiscal Mauricio Viera, Mariano Domínguez y José Piombo sobre el transcurso del 20 de diciembre, el ex funcionario dijo que se encontraba preparando “planes de promoción de la lectura” y hasta la renuncia de Fernando De la Rúa “fue todo muy abrupto”. No fue a la Casa de Gobierno, pero igual realizó “reuniones de trabajo en Palermo”. “Empezó a caer gente en la Ciudad de Buenos Aires. Más que plan represivo, parecía una decisión para acosar al gobierno”, interpretó. Ese día, continuó, no vio al entonces (hoy acusado en el juicio) secretario de Seguridad Enrique Mathov, no habló con funcionarios nacionales y se enteró de la dimisión “por televisión”.

“Me pareció muy atroz y me fui del país. El 24, pasé nochebuena en lo de un amigo en Atlántida –una ciudad balnearia de Uruguay- y luego me fui a vivir a España. Me desconecté mucho”, señaló finalmente.

Víctimas

Durante la audiencia celebrada hoy, declararon por primera vez tres testigos localizados por la fiscalía. Todos fueron atendidos en el Hospital Ramos Mejía.

Ricardo Stern contó que había salido a la calle durante el cacerolazo del 19 y el 20 volvió a manifestarse: “iba caminando por Suipacha o Maipú y pasaron las motos de la policía. Nos acorralaron, tiraron al piso y me dieron patadas y bastonazos, por lo que me empezó a sangrar la cabeza”, describió. Puntualizó que eran “uniformados con casco”, pero desde el piso lo único que vio “fue la bota”.

Diego Vasini venía desde Burzaco a hacer un trabajo con otras personas, pero se canceló y se quedó en la Plaza de Mayo. Era cerca del mediodía cuando “se armó un revuelo en el centro” y decidió alejarse. “De un lado tiraban piedras y del otro gases”; algo le pegó en el pie, provocándole una lesión por la que debió ser trasladado al hospital. No vio saqueos ni roturas, pero sí fuego sobre la calle.

El último en declarar fue José Luis Botelli. Narró que esa jornada había salido más temprano de su trabajo en Colegiales. Al bajar del colectivo de la línea 12 en cercanías del Congreso Nacional e ir por Combate de los Pozos “pasan dos combis con policías colgados disparando contra todo”. Recibió varios impactos de balas de goma: cinco en la espalda y dos en la pierna, que según calculó habrían provenido desde 5 metros de distancia. En la zona vio “varios lesionados” y él fue socorrido por el encargado de su edificio, que lo llevó al Ramos Mejía para que sea atendido.