25 de abril de 2024
25 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El fiscal general Miguel Ángel Osorio ejerció la acusación en el juicio
Condenaron a doce años de prisión a un marinero filipino por un doble homicidio en altamar
Fue encontrado responsable de asesinar a dos compañeros de la tripulación, a través de un ataque con cuchillos que les causó 24 y 25 heridas cortopunzantes a cada uno. Ocurrió en febrero de 2012, a bordo de una embarcación de bandera china que se dirigía a Buenos Aires.

El marinero filipino Reich Alvarado Longno fue condenado a doce años de prisión por el doble homicidio en altamar del que fueron víctimas dos compañeros de tripulación del buque de bandera china Maersk Luz, el 17 de febrero de 2012. El fiscal general Miguel Ángel Osorio había solicitado una pena similar a la impuesta por el Tribunal Oral Federal N°1, integrado por José Antonio Michilini, Ricardo Basílico y Adrian Grunberg.

El representante del Ministerio Público Fiscal consideró acreditados los hechos al valorar las pruebas producidas en la etapa de instrucción y el juicio, tales como declaraciones testimoniales de la tripulación, actas, informes periciales -en particular, del Departamento Científico Pericial de la División Criminalística de la Prefectura Naval Argentina, que se constituyó en la embarcación cuando arribó al puerto de Buenos Aires-, informes médicos -del Cuerpo Médico Forense (CMF)-, informes genéticos -del Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y el CMF-, autopsias, fotografías, prueba documental y los elementos secuestrados.

En ese sentido, Osorio indicó que el 17 de febrero de 2012, aproximadamente a las 02:30 de la mañana y a bordo del buque “Maersk Luz” de bandera de la Región Administrativa Especial de HongKong, República China, Longno causó la muerte de Leodegario Jr. Luna Labores y Marlon Guirjem Tingson, también de nacionalidad filipina, valiéndose de cinco cuchillos con los que les provocó 25 y 24 heridas en sus tórax y abdomen, respectivamente.

A esa hora, un marinero que realizaba un recorrido de vigilancia observó gotas de sangre en la cubierta, por lo que le dio aviso al capitán. Este, al ingresar a la Sala de Recreación, vio a Longno con el torso desnudo y manchas de sangre, con un cuchillo en una mano y otros cuatro en su cintura, tras lo cual ordenó que se dé la señal de alarma. Posteriormente el acusado -nervioso y agresivo, según lo describieron sus compañeros- huyó y apareció en la Sala de Navegación portando un cuchillo y dos sierras, entabló un diálogo con el capitán en el cual refirió que quería hablar con su novia y luego arrojarse al mar. Además, le dijo que él era un buen capitán, pero que las víctimas eran “muy lentas”, y que debido a eso “ahora estaban en el cielo”. Tras aproximadamente una hora de tensión logró ser reducido por seis integrantes de la tripulación. El barco se encontraba navegando aguas internacionales, a unas treinta millas náuticas de la costa de Brasil. Había zarpado del puerto de Santos, en Brasil, y se dirigía a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Maersk Luz permaneció en el puerto porteño hasta el 22 de febrero de 2012, fecha en la que se dispuso su libre navegación luego de haberse llevado a cabo la recepción de las declaraciones testimoniales de los tripulantes, los levantamientos de rastros, secuestros de elementos, tomas de vistas fotográficas, inspecciones oculares y retiro de los cuerpos, todo bajo la supervisión y dirección del personal del juzgado. También estuvo presente el Cónsul de Filipinas.

Estudios genéticos

La pesquisa incluyó el estudio de perfiles genéticos sobre las muestras obtenidas de los cuchillos y sierras. Los expertos de la UBA y el CMF detectaron la presencia de perfil genético atribuible al menos a tres individuos masculinos. Esos estudios se complementaron con las muestras de ADN de las víctimas y el acusado. De esa manera se asignó identidad a los perfiles genéticos hallados en los cuchillos, sierras y serrucho, estableciéndose que el de Longno y las víctimas presentaba identidad con los informados en una hoja de serrucho, una sierra con la inscripción BACO FORCE y su hoja de la sierra y un cuchillo con la leyenda “Superior”.

La investigación incluyó estudios genéticos sobre los elementos utilizados en el hecho y el ADN del imputado y las víctimas

Por otra parte, el fiscal consideró que “no se trató de un acto de defensa de Longno ya que no presenta ninguna otra herida punzo cortante ni otro tipo de lesión en su superficie corporal, más allá de aquellas excoriaciones que pudieron producirse al momento de ser reducido por sus seis compañeros de la tripulación luego de producido el hecho”.

El titular de la Fiscalía General N°7 -que participó de las audiencias junto a la auxiliar fiscal Sabrina Cabrera- también recordó que un testigo contó que Longno le había dicho “los maté porque ellos abusaron de mi familia”, lo cual implicaba una falta grave en la cultura filipina, según lo expresado en otros relatos. Por otro lado, también tuvo en consideración lo narrado por un profesional, en cuanto a que el bajo nivel de alcoholemia -detectado en el imputado a través de un análisis ordenado por el capitán- pudo “haber facilitado pero no determinado el accionar del causante y sus rasgos de personalidad tampoco, ya que los mismos no son condicionantes ni determinantes del accionar del sujeto”. A su vez, Luna Labores y Tingson tenían 3,24 y 2,31 gramos por litro de alcohol etílico en sangre, respectivamente.

El fiscal consideró que “no se trató de un acto de defensa"

El TOF le impuso a Longno doce años de prisión, al hallarlo responsable del delito de homicidio simple reiterado en dos oportunidades, en concurso real entre sí. La condena fue similar a la solicitada por el MPF, que había postulado catorce años. El fiscal le dio plena validez al acta labrada por el capitán del barco en su carácter de funcionario público por ser un instrumento público. Allí daba cuenta de los hechos y las diligencias por él realizadas como máxima autoridad del buque.

El debate oral y público había comenzado en noviembre del año pasado. El ahora condenado contó con defensa oficial y el vicecónsul de la República de Filipinas en el país, Miguel Carlo Hornilla, ofició de intérprete.