Los jueces Patricia Llerena, Adrián Martín y Hugo Decaría escucharon ayer a cuatro testigos en el juicio contra Lucas Azcona, acusado de matar a Nicole Teresa Sessarego Borquez, en julio de 2014. El Tribunal adelantó que en la próxima audiencia declararán médicos y peritos por lo que luego se podrá fijar la fecha de alegatos. En el debate, interviene el fiscal Ignacio Mahiques. Azcona está acusado de “homicidio agravado por haber sido cometido en razón de odio de género”, que prevé una pena de prisión perpetua. Actualmente está detenido en el Servicio Penitenciario Federal de Ezeiza.

Al comienzo de la audiencia, declararon dos jóvenes que fueron abordadas por Azcona en la localidad de San Francisco Solano y que solicitaron que el acusado no esté presente en la sala durante su testimonio. Ambas ya habían declarado durante la instrucción de la causa y fueron mencionadas en el requerimiento de elevación a juicio realizado por la fiscal Ana Cristina Yacobucci.

Luego, se presentó ante los jueces Alejandra Antuña Álvarez, médica de la Unidad Médica Forense de Investigación Criminal de la Policía Federal Argentina. Recordó las condiciones en las que encontró el cuerpo de la joven: en el palier del edificio, con mucha sangre debajo y con unas diez lesiones punzo-cortantes en el cuerpo. Sostuvo que descartó en ese momento que el homicidio haya sido por un robo porque la joven tenía su cartera con todas sus pertenencias. Aclaró, además, que por el tipo de lesiones y la sangre que había en el lugar, la sobrevida de la joven fue menor a quince minutos.

“Por la cantidad de lesiones, creí que estaban relacionadas a un ataque con una carga emocional importante”, indicó la médica legista. Ante las preguntas de la fiscalía, explicó: “en casos relacionados con odio hacia algo, las heridas suelen ser de este tipo”. Refirió que la estudiante chilena tenía una lesión en el pómulo de bastante consideración y que en este clase de ataques “suelen lesionarse partes del cuerpo relacionadas con lo visual y lo estético”. También, señaló una herida en el torso, que identificó con ese “móvil pasional o con cierto odio” que tenían las lesiones.

Por último, declaró una mujer propuesta por la defensa y que aseguró ser vecina de Azcona. Relató un episodio donde el acusado la habría llevado a su casa porque ella se sentía mal. Aunque dijo que nunca notó que tuviera problemas con las mujeres, luego expresó que muchos vecinos del barrio aseguraban que “no estaba bien”. Contó, también, que lo visita en la cárcel “para leerle la palabra de Dios”

Antes de finalizar la audiencia, el fiscal solicitó que se incorpore como prueba nueva, de acuerdo a lo establecido en el artículo 388 del Código Procesal Penal, la copia certificada de una causa por abuso sexual que tramita en una Unidad Funcional de Instrucción de Quilmes. La víctima, que declaró en el juicio, señaló a Azcona como su agresor.