El empresario Gabriel Traficante brindó su declaración testimonial en el marco de una nueva audiencia ante el Tribunal Oral Federal N°2 y responsabilizó al imputado Marcelo Sebastián D' Alessio en el juicio en que está acusado de tentativa de extorsión. En el debate oral interviene el titular de la Fiscalía General N°1 Diego Luciani junto a la auxiliar fiscal Mercedes Galli. También se encuentran acusados el fiscal provincial de Mercedes Juan Ignacio Bidone, el miembro de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Claudio Oscar Álvarez y el ex integrante de ese organismo Hugo Rolando Barreiro.

Previo al testimonio de la víctima, D' Alessio se negó a declarar y se remitió a lo ya dicho en la instancia de instrucción de la causa. El tribunal dio por finalizada la etapa de declaración indagatoria y dio apertura a la etapa de recepción de prueba testimonial. En este marco, Traficante reconstruyó paso a paso las maniobras en la cuales se le habría requerido dinero a cambio de no verse perjudicado en una causa en el fuero penal económico y a cambio de no sufrir un "escrache público" con notas periodísticas en el diario Clarín.

Según detalló el hombre, los comienzos de las maniobras extorsivas se remontan al 2 de noviembre del 2016, cuando un amigo personal le comunicó que D´Alessio se quería reunir con él “de forma urgente” porque, según él, Traficante se encontraba “con un problema grave”. Además, el testigo relató que D´Alessio era vecino suyo en el country Saint Thomas y que en su primer encuentro le manifestó que “trabajaba en la AFI”, como “Director de Observaciones Judiciales”. Traficante expresó hoy que su vecino le hizo saber que era objeto de una investigación judicial “muy seria” relativa a “la mafia de los contenedores” y que para “alivianar todos los problemas, tenía que borrar los números de llamadas entrantes y salientes en su celular”.

Asimismo, señaló que el principal acusado en este debate oral ostentó tener mucho poder y le advirtió “vas a sufrir un escrache”. En este mismo sentido, Traficante sostuvo que D'Alessio afirmó que “el periodista del Diario Clarín Daniel Santoro estaba armando una nota” sobre él y todas sus empresas.

Luego dijo que “el 25 o 26 de noviembre” del 2016 se comunicó un amigo contándole que había sido publicado un editorial sobre él y sus empresas. “Todo lo que decía la nota era terrible, era inverosímil, contra mí, contras las empresas. Estuve aterrorizado”, enfatizó.  A su vez, afirmó que luego de esa publicación D' Alessio le habría expresado que “después de la nota se van motorizar todo tipo de investigaciones en tu contra, de la UIF y la AFIP. Van ir presos vos y tu esposa”.  Según la víctima, el temor al poder ostentado lo llevó a dudar de si concretar o no la denuncia. “No tenía mucho sentido lo que me decía, que yo estaba vinculado a cosas que no estaba vinculado, me causaba mucho miedo, me mostró un listado de llamadas entrante y salientes”, añadió.

En el desarrollo de declaración testimonial, Traficante relató que el acusado le había solicitado 80 mil dólares para borrar las llamadas entrantes y salientes. “Ante mi negativa de dar el dinero, me llamó al día siguiente y pactamos el horario. El buscaba amedrentarme hasta en los lugares. Nos hacía encontrarnos frente al Departamento Central de la Policía”. Además, Traficante narró que el acusado le hacía saber de sus supuestos vínculos con la embajada de Estados Unidos. Asimismo, también según el testimonio, el acusado le habría expresado que el dinero solicitado “era teóricamente para los directores de las telefónicas. D' Alessio me hizo saber que estaba imputado en una causa. Había un testigo reservado que me iba a involucrar mucho más y que él tenía la potestad de borrar la foja correspondiente a la declaración del testigo”.

Traficante ahondó también respecto del "escarnio público, la vergüenza de mi familia” suscitados por los hechos, que definió como “un antes y después en mi vida”. “Quise alquilar una casa en un country, cuando doy mi nombre y apellido se negaron a alquilármela. He tenido un sinfín de problemas, lo peor de todo es la muerte social que me produjo todo esto. Se me cortó el crédito. Tuve que cerrar muchos locales”, agregó. Y sostuvo: “Estuve un mes sin poder salir de mi casa. Muy deprimido y muy mal. No fui a Canning por dos años. Nos conocemos todos. Me pegó de llenó en mi vida social. Mis hijos sufrían burlas en la escuela. Una de las cosas más terribles que me pasó en la vida”. Tras la declaración, el tribunal convocó a un cuarto intermedio hasta el lunes 29 de marzo, jornada en la cual prestarán declaración cuatro testigos.