El titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción, Fernando Fiszer, informó sobre el incremento de denuncias durante los últimos meses de llamados a personas adultas donde se escucha a una persona llorando, gritando o sollozando, lo que impide identificarla. Luego, la voz anónima pide auxilio y toma el teléfono otro sujeto que se hace pasar por secuestrador, quien exige la entrega de objetos de valor o dinero, como condición para liberar al supuesto familiar retenido.
Por lo general, se le pide al receptor del llamado que no interrumpa la comunicación para que no pueda al familiar real y verificar si se trata de un verdadero secuestro. Los estafadores indican el lugar –que suele ser cercano al domicilio del damnificado- donde debe dejarse la bolsa con el rescate.
La maniobra se descubre cuando la persona que recibió el llamado, tras dejar el rescate, se comunica con el familiar que supuestamente estaba secuestrado y verifica que en realidad todo fue ficticio.