El fiscal Carlos Giménez Bauer pidió prisión perpetua para el acusado de asesinar a un ciclista, en julio de 2014. Ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº11, el representante del Ministerio Público Fiscal consideró que Facundo Salas actuó con “total desprecio por la vida”. Los jueces Floreal Ricardo Daniel De Laurentis, Enrique Pose y Jorge Horacio Romeo comunicaron que el veredicto se conocerá el próximo martes 22 de noviembre.
El 30 de julio de 2014, pasadas las nueve de la mañana, Facundo Salas interceptó a Pablo Tonello, de 27 años, cuando éste circulaba por la Avenida Del Libertador a la altura de la calle Teodoro García, camino hacia su trabajo en Barracas. El acusado quiso robarle su bicicleta pero la víctima se resistió. Forcejearon y Salas sacó su revolver calibre 22mm. Le disparó tres veces: en el tórax, en el abdomen y en la pierna, lo que le provocó la muerte minutos después.
Durante su alegato, la fiscalía repasó el testimonio de un motociclista que reconoció al acusado en el juicio y que observó el forcejo. El testigo aseguró que mientras Pablo intentaba defenderse de Salas, sostenía su bicicleta y que, en ese contexto, se dieron los disparos. Este motociclista fue quién golpeó en la cara al acusado, que en ese momento huyó.
A unos cien metros del lugar, Salas le apuntó a otro hombre para robarle la bicicleta. Una vez que la tuvo, cruzó el puente peatonal que hay en la zona y la abandonó frente al club de golf allí ubicado. Minutos después, interceptó a otro joven, sobre la avenida Valentín Alsina. Se abalanzó sobre él y lo tiró de la bicicleta. Cuando éste intentó resistir el robo, Salas sacó el arma y martilló el gatillo, por lo que el joven desistió y el acusado se alejó.
El fiscal recordó que los dos hombres que fueron asaltados por Salas después de la muerte de Tonello lo señalaron en la rueda de reconocimiento realizada durante la instrucción de la causa y que estuvo a cargo de la jueza Susana Castañera y la por entonces titular de la Fiscalía Criminal de Instrucción N°1, Alicia Martín.
Tanto el motociclista como los asaltados destacaron que el acusado “corría rápido, bien, de forma coordinada”. Agregó el testimonio de otro motociclista, que vio el forcejo desde lejos pero que recordaba bien como el acusado “se daba vuelta” durante su huida para ver si lo seguían. En esa misma línea, un testigo que persiguió a Salas después del homicidio de Tonello aseguró que “hizo el ademán” de sacar el arma cuando lo vio. Al igual que el resto, lo identificó en la rueda de reconocimiento.
La fiscalía tuvo en cuenta otro testimonio más: un encargado de edificio que vio la escena primero desde enfrente y luego desde la mitad de la Avenida Del Libertador. Hizo hincapié en una parte de su relato: durante el forcejeo, Salas soltó la bicicleta, retrocedió y luego volvió a acercarse para efectuarle los disparos.
Cabe recordar que el acusado estuvo prófugo cerca de un mes hasta que la División Homicidios de la Policía Federal lo detuvo en Entre Ríos, donde se había refugiado en la casa de un familiar.
El peritaje psiquiátrico
Otro de los puntos que tuvo en cuenta Giménez Bauer durante su alegato fue el estudio ordenado por el Tribunal para determinar si el acusado era compatible con alguno de los supuestos del artículo 34 inciso 1 del Código Penal, que enumera los posibles casos de inimputabilidad.
Las conclusiones del informe, presentadas y expuestas por un profesional del Cuerpo Médico Forense antes de los alegatos, concluyeron que “está dentro de la normalidad jurídica”. “El acusado sabe lo que hace y hace lo que quiere” indicó el estudio y agregó: “al momento de los hechos pudo comprender la criminalidad del acto y dirigir sus acciones”.
En esa misma línea, el fiscal explicó: “el acusado pudo desplegar todo su accionar de manera exitosa: dio muerte, se fugó, cambió el rodado dos veces; si hubiera estado intoxicado, la situación se hubiera frustrado”.
Giménez Bauer acusó a Salas de “homicidio agravado para consumar otro delito”, previsto en el inciso 7 del artículo 80 del Código Penal, y del delito de “robo con arma en grado de tentativa”. Consideró que la “resistencia de la víctima” fue el detonante, “la razón” por la cual mató a Tonello. “Dispara cuando estaba en el medio del forcejeo, lo hizo para asegurar su robo” explicó. Afirmó que el acusado “quiso ese resultado” y por eso disparó a zonas vitales. También lo acusó de “robo agravado por el uso de un arma de fuego en forma reiterada en concurso real con la portación ilegal de arma civil”, por las otras dos bicicletas robadas.
La fiscalía hizo hincapié en que Salas no presentó “ningún arrepentimiento ni rastro del daño causado”. Destacó, además, que se droga dentro de la cárcel, según los estudios médicos que se le hicieron durante el juicio, por lo que afirmó que “no tiene intención de re-sociabilizarse”. “Nadie sale con un arma, salvo que seas policía: salió a robar bicicletas, sabía que podía lastimar o matar”, argumentó.
“Mostró un desprecio total por la vida: el último chico salvó su vida por reflejo, esa fue la diferencia para que hoy no haya dos muertos”, recalcó el fiscal. Manifestó que, si bien ninguna sanción penal puede medir el valor absoluto de la vida ni tampoco el dolor de los familiares, correspondía que Salas fuera condenado a prisión perpetua. “La víctima trabajaba, estudiaba y no pudo elegir su futuro: el acusado eligió su futuro y el de los demás” concluyó.
La defensa, por su parte, argumentó que no se probó en la causa que Salas haya sido quién mató a la víctima. Cuestionó los reconocimientos realizados y también los estudios médicos a los que tildó de parciales. Dijo que, en todo caso, debía aplicarse el beneficio de la duda, por lo que correspondía la absolución del acusado por su adicción a las drogas.
Por último, planteó que si el Tribunal decidía condenar a Salas, debía hacerlo por “homicidio en ocasión de robo”, que prevé una pena de 10 a 25 años de prisión. Pidió que se dicte, en todo caso, la inconstitucionalidad de la prisión perpetua.