La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal hizo lugar al pedido de la la fiscal general Adriana García Netto y condenó a prisión perpetua al ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, por el delito de homicidio agravado por el vínculo en perjuicio de su pareja, Wanda Taddei.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 20 había considerado que Vázquez quemó a su mujer en estado de emoción violenta, por lo que le había aplicado una pena de 18 años de prisión. En base a ello, la defensa del músico solicitó su absolución.

La pena aplicada fue recurrida por el fiscal general ante ese tribunal, Oscar Ciruzzi, quien sostuvo que no podía considerarse como atenuante el estado de emoción violenta que alegaba el músico, pues en todo momento supo lo que hacía.

Ante la Cámara de Casación García Netto mantuvo el recurso interpuesto por Ciruzzi y solicitó el agravamiento de la pena impuesta a Vázquez, y el rechazo de la absolución, que había sido planteada por la defensa.

En su presentación ante la Cámara, la representante del Ministerio Público puntualizó que no estaba acreditado que al momento del crimen hubiese existido un corte de luz que desencadenara la emoción violenta alegada por Vázquez para justificar su conducta, basada en el supuesto pánico a la oscuridad que sufriría como secuela del incendio del boliche República de Cromañon.

La fiscal también remarcó que se trataba de un caso de violencia de género, y que la sentencia del TOC N°20 resultaba violatoria de los principios de libertad y amplitud probatoria postulados por la Ley 26.485 de Protección integral a las mujeres.

La Cámara hizo lugar al pedido de García Netto, y condenó a Vázquez a cumplir la pena de prisión perpetua por considerárselo autor del homicidio agravado por el vínculo en perjuicio de quien fuera su pareja.

El incidente que culminó con la muerte de Wanda Taddei ocurrió el 10 de febrero de 2010, en el domicilio que ambos compartían. Aquel día, en el marco de una discusión, Vázquez roció con alcohol a su esposa y la prendió fuego con un encendedor, lo que le produjo quemaduras muy graves, por las que –tras varios días de agonía- falleció.