Ayer tuvo lugar la primera jornada del debate oral en el que se intenta determinar si el perito Roberto Jorge Locles alteró la bala que habría matado al militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra. En la audiencia ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°16, la defensa de Locles –a cargo de los abogados Grisolía y Vicenti-, planteó la nulidad del acta, y de todo lo actuado en consecuencia, por “irregularidad de ingreso al proceso de la prueba”. Asimismo, sostuvo que se vulneraron garantías constitucionales que asisten a Locles.

El fiscal Fernando Fiszer y las querellas rechazaron el planteo intentado por la defensa y argumentaron que la cuestión ya había sido presentada anteriormente. El Tribunal compartió ese criterio y no hizo lugar al pedido de Locles.

Luego de ello, se le dio la palabra al perito, quien decidió abstenerse de declarar hasta la finalización del debate, por lo que se leyó la indagatoria que el imputado brindara oportunamente ante el juez Alberto Baños. Allí, el Licenciado en Criminalística sostuvo que “nunca hubo intención de dañar el proyectil, pues es imposible deformarlo contra una mesa” y agregaba que se “trataba de una cuestión política” y que lo “quisieron hacer parecer como que era perito de Pedraza”.

Tras la lectura de la indagatoria, fue el turno de la declaración de los peritos que intervinieron con Locles en la junta pericial del 22 de febrero de 2011, cuando se produjeron los hechos. Así fueron pasando los expertos en Balística de la Policía Federal Argentina, Juan Leguiza, Edgardo Ríos, Matías Romero y Martín Descalzo; y sus colegas Silvia Buffarini y Diego Gómez (quienes actuaron por el Centro de Estudios Legales y Sociales).

También estaba prevista la declaración de los especialistas de Gendarmería Nacional, Silvina Lastreri y Bruno Díaz, pero no concurrieron a la audiencia. El testimonio de Lastreri fue incorporado por lectura al debate, mientras que Díaz deberá viajar para la segunda audiencia, a pedido de la defensa, a pesar de que la fiscalía y las querellas estaban de acuerdo en que su testimonio fuera incorporado por lectura.

En sus declaraciones ante el Tribunal, los distintos peritos coincidieron en que el día de la junta, Locles intentaba imponer su teoría de que Ferreyra había muerto a consecuencia del rebote de un disparo, y no de un impacto directo. Además agregaron que en un momento en que algunos profesionales se encontraban debatiendo, el perito tomó el proyectil calibre 38 y lo golpeó contra la mesa para probar su idea del rebote. Los golpes habrían alterado la morfología de una zona de análisis, otorgándole un brillo particular y dañando parcialmente unos picos que podrían utilizarse para dilucidar el modo de impacto.

En relación al acta, todos los peritos coincidieron en que, tras el episodio, Locles recibió un llamado y sostuvo que debía retirarse por un problema personal, razón por la cual no firmó el acta, aunque habría dicho que volvería al día siguiente para hacerlo.

El debate continuará el próximo miércoles 28, con la declaración de otros testigos. También se espera que ese día Locles brinde su declaración y se fijen fechas para los alegatos.