El juez titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 5, Norberto Oyabide, procesó a los tres oficiales que intervinieron en el traslado del militar Alejandro Lawless, prófugo desde noviembre del año pasado. El magistrado se basó en lo solicitado por la Fiscalía Federal N°11, a cargo de Gerardo Pollicita, quién había solicitado las indagatorias para los acusados por considerarlos responsables del "favorecimiento doloso de evasión de un detenido en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público".
En su escrito el fiscal había solicitado indagar a Héctor Enrique Quintero, Gastón Diego Hoz de Vila y Guillermo Schweizer por lo sucedido el 12 de noviembre durante el traslado de Lawless a la Unidad N° 28 del Servicio Penitenciario Federal (Alcaidía de Tribunales). Luego de las indagatorias, dos de los acusados presentaron apelaciones, por lo que ahora la Cámara Federal deberá resolver. Cabe recordar que Oyabide había ordenado la captura internacional un día después de ocurrida la fuga.
Lawless, que durante la última dictadura revistó en el Batallón de Comunicaciones 181 del V Cuerpo del Ejército, está procesado en dos causas radicadas en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca, luego de que fueran elevadas a juicio el 24 de abril y el 23 de julio del año pasado.
Los hechos
El martes 12 de noviembre, personal de la PSA detuvo a Lawless en la comisaría 49° de la Policia Federal a la que, por disposición judicial, debía acudir regularmente. La detención se realizó por disposición del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca en la causa por los crímenes de la Armada, luego de que la Cámara de Casación le anulara la decisión de mantener la excarcelación en la causa relativa al V Cuerpo del Ejército.
Luego de la detención, se le asignó al jefe de Operaciones Policiales de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva Metropolitana de la PSA, Schweizer, que dispusiera de los medios necesarios para el traslado del detenido hacia la Unidad N°28 del Servicio Penitenciario Federal, más conocida como la Alcaidía de Tribunales. También fueron designados para esta tarea a Hoz de Vila y Quintero.
Alrededor de las 13.30, estacionaron el móvil de la Policía de Seguridad Aeroportuaria frente a la entrada de la Alcaída (Lavalle 1337). Hoz de Vila entró para realizar los trámites de ingreso del detenido mientras que Quintero descendió del auto por motivos que aún se desconocen, dejando a Lawless dentro del mismo "sin esposas colocadas y con las puertas sin seguro".
En ese momento, el detenido aprovechó y abrió la puerta trasera del móvil, cruzó hacia la vereda de enfrente y escapó corriendo por la calle Lavalle hacia Talcahuano. Allí, dobló en dirección a Corrientes, donde fue perdido de vista en los videos aportados por el Centro de Monitoreo Urbano del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según el fiscal, la fuga se produjo en consecuencia "de una serie de incumplimientos cometidos por parte de los funcionarios de la PSA, respecto de las normas específicas que están previstas para evitar la evasión de detenidos durante los traslados y que debían cumplir por estar a cargo de la custodia".
En el escrito donde solicitó las indagatorias, Pollicita enumeró las irregularides cometidas. En primer lugar, observó que el vehículo utilizado para el traslado "no reunía las condiciones de seguridad para tal finalidad, en contra de lo prescripto en el 'Protocolo General de Actuación para la custodia y traslado de detenidos'". Allí, en el punto 22, se especifica que "todos los traslados de detenidos deberán hacerse en móviles oficiales de la PSA, identificables, funcionales y seguros”.
Según se estableció, la camioneta utilizada, pese a estar identificada como de la PSA, es un vehículo simple que "carece de la funcionalidad y seguridad exigidas, pues, por ejemplo, no presenta ningún tipo de división material entre los asientos de adelante y de atrás ni ninguna otra medida de seguridad necesaria para evitar que el detenido pueda salir del móvil incluso sin necesidad de ejercer fuerza o violencia".
Otro aspecto que se destacó es que Lawless no llevaba las esposas colocadas al momento de su traslado, algo que se opone a lo establecido en aquel protocolo. Según el testimonio de un miembro del Servicio Penitenciario Federal, que estuvo presente en lugar luego de la fuga, cuando preguntó si el detenido estaba esposado, los acusados contestaron que "que era de ‘lesa’ y por eso no llevaba esposas".
En base a lo expuesto en el escrito, la Fiscalía consideró que Quintero y Hoz de Vila "favorecieron con conocimiento y voluntad, a pesar de los riesgos ciertos y evidentes acerca de la producción de un resultado como el que finalmente acaeció", la fuga de Lawless. Con respecto a Schweizer, "su reponsabilidad es haber asignado un vehículo sin las condiciones de seguridad suficientes, con los mecanismos de bloqueo de puertas traseras desactivados, con incumplimiento de la regla que obliga a colocar esposas a los detenidos y a asegurar la custodia permanente durante su traslado por parte de los oficiales asignados".