25 de abril de 2024
25 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
Menu
La fiscal General Adriana Saccone se manifestó muy conforme con la sentencia
Rosario: condenaron a dos hermanos por trata de personas y abuso sexual
Se trata de Erwin y Josué Capuma Rodríguez, quienes recibieron la pena de 12 y 10 años de prisión, respectivamente. Los jueces consideraron probado tanto el delito de trata como el de abuso sexual contra tres mujeres de nacionalidad boliviana, y a una de ellas, menor de edad en el momento, con el agravante de "acceso carnal".

Ayer por la tarde, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de Rosario condenó a los hermanos Erwin y Josué Capuma Rodríguez a la pena de 12 y 10 años de prisión, respectivamente, por los delitos de trata de personas con fines de explotación laboral contra tres mujeres y abuso sexual. Al momento del hecho dos de las víctimas no sólo eran menores de edad, sino que ni siquiera tenían los 16 años estipulados por la ley de nacional sobre prohibición de trabajo infantil como el mínimo para ocupar un puesto de trabajo.

Los jueces Beatriz Caballero De Barabani (quien presidió el juicio), Jorge Venegas Echague y Omar Digeronimo consideraron probados la mayoría de los puntos que había sostenido la fiscal general Adriana Saccone el día anterior, durante su alegato.

La representante del Ministerio Público había establecido que las tres víctimas trabajaban en atención al público en un negocio de venta de indumentaria ubicado en la localidad de Colón, provincia de Buenos Aires. Además, habían llegado al lugar traídas desde Bolivia por la madre de los dos imputados, Nina Eva Rodríguez.

La fiscal advirtió que “sin lugar a dudas existió un proceso de captación de las víctimas, logrando Eva Rodríguez la disposición”, de las tres mujeres. Previo a eso, la investigación preparatoria puso de relieve que las jóvenes habían sido engañadas con la propuesta de “un trabajo digno en un local de ropas en la Argentina y con la promesa que cobrarían U$S 200 por mes”. Una de ellas incluso había declarado que a último momento se arrepintió y no quiso venir a la Argentina. Sin embargo, Rodríguez no quería que se fuera, le agarró el bolso y la ropa y la retuvo en su casa, junto a las otras dos víctimas. “Me trajo sí o sí”, señaló en oportunidad de declarar en cámara Gesell.

Hubo “engaño, abuso de una situación de vulnerabilidad, intimidación y coerción”, dijo Saccone y los jueces lo consideraron probado.

El segundo tramo del delito de trata se concretó cuando, con pasajes adquiridos por Eva Rodríguez, las tres víctimas junto a otras dos mujeres -que luego tendrían como destino la provincia de Mendoza- abordaron un micro con destino a la terminal de Retiro. Desde allí, fueron trasladas.

Cuando llegan a Colón, las tres jóvenes fueron entregadas a Erwin y Josué Capuma Rodríguez. Al día siguiente, la madre de ellos partiría junto con las otras dos mujeres, presuntamente con destino a la Provincia de Mendoza, a bordo de un automóvil conducido por una hija de Eva.

Finalmente, la fiscal sostuvo que ya en el local, las vícitmas descubrieron "que no sólo van a trabajar sino también vivir junto a Erwin y Josué Capuma Rodríguez y que lo van a hacer en condiciones indignas. Allí fueron acogidas, explotadas laboralmente y abusadas sexualmente, en el caso de” las dos menores de edad, “ese abuso se llevó a cabo con acceso carnal”.

Abuso sexual

Más adelante, Saccone agregó que, en “el proceso de captación”, quedó probada “la existencia de estrategias de coerción y control que crearon en las víctimas un encarcelamiento real y psicológico". No sólo tuvieron prohibido salir del lugar y eran desvalorizadas y custodiadas de manera constante por los hermanos, sino que además, durante el encierro fueron víctimas de abuso sexual.

En el caso de Erwin, los jueces lo encontraron culpable de haber cometido abuso sexual con la agravante de "acceso carnal”. Mientras que Josué fue condenado por abuso sexual, sin ningún agravante, ya que el tribunal consideró que no se pudo probar el acceso carnal.

Todo esto sucedió en el marco de un aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad en el que se encontraban las víctimas. Sobre este aspecto, Saccone había destacado que “la condición del migrante que compartían las tres víctimas está trazada por diferentes características que permiten mostrarlo con un grado inferior de poder -en términos de alternativas de acción‐ frente a un nuevo contexto geográfico, social y cultural. Por ello, creemos que el migrante se encuentra en una posición tan especial, cuya sola acreditación constituye un indicio rotundo respecto de la situación de vulnerabilidad”.

En este sentido, puntualizó que una de ellas había manifestado que no sabía en qué pueblo estaba; otra, que no sabía en qué calle quedaba la tienda, únicamente que era en el centro; mientras que los familiares de todas ellas ni siquiera sabían que estaban en la Argentina. Incluso, una de las jóvenes si bien comprendía y hablaba el castellano, el idioma con el que se comunicaba con otra de las víctimas, era el quechua.

Respecto al abuso sexual, las mujeres habían señalado, “una y otra vez”, que “fueron sometidas a partir de sólo unas horas de su llegada”. En todo momento, pero en especial por las noches, eran manoseadas y besadas por los imputados, que se acostaban junto a ellas y solían dormir en el mismo colchón, que estaba sobre el piso. Las jóvenes se defendían como podían, los apartaban y arañaban, a la vez que gritaban para que se detuvieran. Pero nada de eso parecía frenar a los ahora condenados.

Una noche a comienzos de marzo, Erwin tomó por la fuerza a una de las mujeres menores de edad y la violó. A la mañana siguiente, dos de las víctimas le contaron lo sucedido a una clienta, quien hizo la denuncia correspondiente en la comisaría del pueblo.

Por último, el Tribunal también hizo lugar al pedido de Saccone para que se remitan a la Fiscalía Federal que corresponda por turno, “a los fines de investigar la presunta comisión del delito de falso testimonio por reticencia de los oficiales Pablo Barbieri, José Berutti, Adrián Hanon y Matías José, pertenecientes a la Estación Comunal de Colón, Policía de la Provincia de Buenos Aires”.