El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) Nº5 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dará comienzo en marzo próximo al juico a un podólogo que está detenido acusado de haber asesinado en 2020 a su esposo con suero envenenado durante su internación en un sanatorio del barrio porteño de Recoleta y, según la hipótesis de la fiscalía, con el fin de quedarse con una herencia de más de 300 mil dólares.
El Ministerio Público Fiscal estará representado en el debate por el fiscal general ante ese tribunal, Juan Manuel Fernández Buzzi, mientras que la instrucción de la causa y el requerimiento de elevación a juicio fueron realizados por el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°44, Pablo Recchini.
El imputado es Guillermo Germán Berjeli (46), un podólogo que, al cabo de la investigación y cuando fue ordenada su captura, estuvo dos meses prófugo hasta ser detenido por la División Homicidios de la Policía de la Ciudad el 18 de julio de 2023 en su ciudad natal, Mendoza. En la actualidad, el acusado cumple prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. La víctima fue su cónyuge, el ciudadano chileno Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque (58), quien trabajaba como empleado del servicio de atención telefónica de una aerolínea estadounidense.
El viudo Berjeli será juzgado como presunto autor de un homicidio cuádruplemente agravado por el vínculo, por haber sido cometido con alevosía, por el suministro de veneno y por codicia, delito contemplado en los incisos 1, 2 y 4 del artículo 80 del Código Penal y que prevé como única pena la prisión perpetua.
El tribunal estará presidido por la jueza Cinthia Oberlander e integrado por sus colegas Adrián Pérez Lance y Juan Manuel Grangeat, quienes programaron el juicio en ocho audiencias fijadas para los días 17 y 19 de marzo, 7 y 9 de abril y 5, 7, 26 y 28 de mayo próximos, aunque no se descarta que se sumen más jornadas con el devenir del debate.
El caso conlleva la dificultad de probar el homicidio de Guzmán Jaque sin que se haya hecho una autopsia, ya que el imputado, como cónyuge de la víctima, logró que el cuerpo sea cremado a las 48 horas del deceso, y antes de que se iniciara la investigación penal con la denuncia formulada por la familia y el Sanatorio Anchorena, donde ocurrió el hecho.
El caso
La víctima había contraído matrimonio legal con el acusado el 16 de septiembre de 2019 y ambos convivían en un inmueble de la calle Thames al 100 del barrio porteño de Villa Crespo. El 16 de diciembre de ese mismo año -es decir, a tres meses del casamiento-, Guzmán Jaque sufrió una descompensación que concluyó con una internación en el Sanatorio Anchorena, con un cuadro de deterioro del sensorio, insuficiencia renal, desorientación, trastorno en la marcha y alteración en el habla.
Se acreditó que, si bien la víctima era portador del VIH, se encontraba bajo control y poseía una carga viral indetectable. Tras 27 días de internación en terapia intensiva, el hombre falleció el 12 de enero de 2020 en el mencionado centro médico privado de la calle Anchorena al 1800.
Las declaraciones testimoniales de enfermeras y médicos y los videos de las cámaras de seguridad de la habitación donde se encontraba internada la víctima fueron las claves de una investigación que, de acuerdo a la acusación, comprobó que el podólogo manipuló o intercambió trece veces durante diez días consecutivos, los sueros de su esposo por bolsas que traía en una mochila, en la cama 11 de la sala 100 de la terapia intensiva del sanatorio.
“La prueba que se produjo demuestra, categóricamente, que Berjeli manipuló los baxter y las válvulas de dichos sueros del Sanatorio Anchorena, sin que la defensa haya podido explicar por qué el imputado desplegó dichas maniobras, obteniendo como resultado de dicho accionar la muerte de Guzmán”, señaló el fiscal Recchini.
Según el requerimiento de elevación a juicio presentado por el fiscal Recchini ante el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°19, Diego Javier Slupski, Berjeli dio muerte a su marido Guzmán Jaque “mediante el suministro de sustancias tóxicas, que no se pudieron determinar con certeza, pero presumiblemente alcoholes pesados, particularmente, metanol y/o etilengliclol, lo que ocasionó el deterioro en su salud hasta provocarle la muerte por insuficiencia respiratoria no clasificada en bloqueo aurículo ventricular y de rama izquierda e infección a punto de partida no especificado”.
“El imputado manipuló e intercambió los sueros que poseían la medicación que la víctima necesitaba, por otros que había llevado él con sustancias nocivas para su salud que terminaron provocándole la muerte. Previo a ello, el declarante, para actuar sobre seguro sin que nadie se interpusiera y así lograr con éxito su objetivo, corroboraba que no hubiere ninguna persona observando y que la víctima, en razón de su estado de inconciencia, tampoco pudiera impedir su accionar”, señaló el fiscal en la acusación.
El móvil del crimen
Recchini planteó en el requerimiento que el móvil del crimen fue económico, al afirmar que Berjeli mató a su esposo Guzmán Jaque “con la finalidad de cobrar su seguro de vida de Metlife, por el que efectivamente percibió la suma de 68.750 pesos el 2 de abril de 2020 en su cuenta bancaria; y, a su vez, con el objeto de heredar los bienes que aquél poseía en la República de Chile”.
Según el representante del MPF, familiares de la víctima detallaron que esos bienes consistían en “un fondo común de inversión por el valor estimado 100.000 dólares, dinero en la cuenta bancaria que poseía en el Banco Security y un departamento situado en Santiago de Chile, que valía aproximadamente 200.000 dólares”.
Sin embargo, la fiscalía aclaró que “si bien logró su cometido de dar muerte al nombrado, el imputado no logró que los bienes de la República de Chile pasaran a su propiedad, en virtud de que la legislación de aquel país no lo permitía”. Es que, en aquel momento, el vecino país todavía no reconocía legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo cual no pudo legitimarlo ni adquirir derecho alguno sobre el patrimonio de su cónyuge en ese país.
Sobre este punto, se menciona que el hermano de Guzmán Jaque recordó en su declaración que, tras la cremación, presenció una discusión entre Berjeli y su madre, en la cual el acusado expresó: “Raquel, vos por un tiempo vas a poder quedarte en el departamento de Roberto en Santiago. Pero yo estoy en contacto con un abogado que me está asesorando para legitimar el matrimonio de ambos en Chile y tomar posesión de ese bien”.
Las declaraciones que incriminaron al podólogo
Uno de los testimonios centrales en la causa es el de la jefa de la terapia intensiva del Sanatorio Anchorena, quien manifestó que advirtió “irregularidades” en el marco de la muerte del paciente Guzmán Jaque.
Explicó que la víctima ya había tenido una internación anterior en la sede de San Martín del Sanatorio Anchorena de donde había sido dado de alta dos días antes de que el 16 de diciembre de 2019 ingresara a la sede Recoleta con el mismo cuadro, aunque agravado, de acidosis metabólica severa, trastornos del habla, inestabilidad en la marcha y la postura e insuficiencia renal aguda.
La médica afirmó que buscaron la causa en alguna de las drogas que tomaba por el tratamiento del VIH del que era portador el paciente. Incluso, dijo Guzmán Jaque tuvo una mejoría en los primeros días de internación, hasta que volvió a complicarse con convulsiones, estado de coma y que tuvieron que volver a intubarlo.
La jefa de la terapia intensiva explicó que una enfermera le contó que había advertido que alguien había manipulado los sueros del paciente. Ante la sospecha de que hubiera algún mal manejo del personal de enfermería, la médica pidió los videos de las cámaras se seguridad que tienen todas las habitaciones del sector de terapia intensiva, pero los discos con las imágenes recién llegaron el 27 de enero de aquel año, es decir, a 15 días del deceso del paciente. Al revisarlos, advirtió que quien había cambiado los sueros en reiteradas ocasiones era el marido de la víctima. Realizada la denuncia, la profesional también aportó los diez discos compactos con las filmaciones.
La enfermera declaró que advirtió por primera vez el cambio de los sueros del paciente el 8 de enero del 2020, cuando notó que se le había salido la vía de lugar y cambió las bolsas con solución fisiológica y medicamentos con el rótulo de “Sanatorio Anchorena”, su nombre completo y sello.
De acuerdo a la acusación, el podólogo manipuló o intercambió trece veces durante diez días consecutivos, los sueros de su esposo por bolsas que traía en una mochila.
Explicó que ese mismo día por la tarde, encontró la bolsa con el rótulo del día anterior, pero se notaba que el número “7” de la fecha había sido corregido por un “8” y que tenía una firma sin sello identificatorio. De la misma manera, al día siguiente notó que alguien había colocado la bolsa de suero que ella había firmado y había desaparecido el día anterior, por lo que reportó esta irregularidad a sus superiores.
En tanto, el hermano de la víctima contó que Guzmán Jaque y Berjeli se habían conocido a través de una aplicación de citas para gays y que “todo había sido muy rápido”, ya que en menos de un año el imputado se había mudado a vivir con su madre y hermano y habían decidido casarse.
Señaló que, tras la muerte de su hermano, y mientras aún convivía en Buenos Aires con Berjeli, su madre decía que tenía “miedo” y “no paraba de repetir que a Roberto lo había matado Germán”. Ya mudada a Chile, la mujer le contó que antes de su muerte, Roberto había empezado a tomar unas vitaminas que le había dado Germán y que, luego de ello, a los pocos días, se descompuso y lo internaron.
Agregó que le resultó extraño que Berjeli decidiera cremar a su hermano cuando Roberto nunca les había mencionado ni a su madre ni a él, que ése fuera su deseo. También destacó el apuro del acusado en llevar a cabo esa decisión, lo que imposibilitó a otros familiares y amigos que vivían en Chile a llegar a despedirse de su ser querido.
El análisis del Cuerpo Médico Forense y el hallazgo de metanol
Expertos del Cuerpo Médico Forense analizaron la historia clínica y las constancias médicas de Guzmán Jaque durante su internación, tras lo cual concluyeron en un informe que los cuadros clínicos que presentaba el paciente exhibían “diagnósticos diferenciales entre los cuales se debe de pensar en enfermedades metabólico/tóxicos, y entre los tóxicos se debería de pensar como diagnósticos diferenciales principalmente en alcoholes pesados, como el metanol y el etilenglicol”.
Incluso, mencionaron un informe médico donde consta que el resultado del metanol en orina fue de 0,23 mg/dl, cuando la víctima estaba en diálisis. Ante ello, explicaron: “El paciente se encontraba con una intoxicación con metanol, aunque diera bajo el resultado, ya que el metanol dializa, lo que nos dice que sus concentraciones previo a la diálisis serían más altos, siendo el responsable de la acidosis metabólica severa, la insuficiencia renal y la lesión de los ganglios de la base, y los cristales de oxalato de calcio en orina nos dice que presentó también una intoxicación con etilenglicol. Durante los últimos días hay un aumento exponencial del ácido láctico con normalización y/o alcalinización del medio interno, lo que nos podría hablar de otra sustancia”.
El registro de la cámara
El siguiente es el detalle de las trece manipulaciones perpetradas por el imputado en un período de diez días, según el registro de la cámara de seguridad de la habitación, asentado en el requerimiento de elevación a juicio:
Prueba categórica
En el tramo final del requerimiento de elevación a juicio, Recchini afirmó que “la prueba que se produjo demuestra, categóricamente, que Berjeli manipuló los baxter y las válvulas de dichos sueros del Sanatorio Anchorena, sin que la defensa haya podido explicar por qué el imputado desplegó dichas maniobras, obteniendo como resultado de dicho accionar la muerte de Guzmán”.
“En suma, sostengo que existen los elementos necesarios para postular que la instrucción se encuentra completa y que existe merito suficiente para que la causa sea elevada a debate oral y público”, agregó.