El Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 condenó por mayoría a prisión perpetua a Alejandro Bajeneta por el femicidio de Gabriela Parra, ocurrido en mayo de 2015. La misma pena había pedido el fiscal Marcelo Saint Jean durante su alegato, donde sostuvo que no habían dudas de que el acusado actuó con “conocimiento, voluntad y dominio de sus acciones”. Los jueces Julio Báez, Ivana Bloch y Adolfo Calvete estuvieron al frente del juicio y comunicaron que los fundamentos se conocerán el próximo 18 de mayo.
El 2 de mayo de 2015, el acusado y la víctima habían acordado verse en el restaurante “Plaza del Carmen”, ubicado en Rivadavia 4502, a las 16:30. Según estableció la fiscal Estela Andrades durante la instrucción, cerca de las 17:45 el hombre de 54 años aprovechó el momento en que la mujer se colocaba un abrigo para irse y la apuñaló por la espalda con un cuchillo. Gabriela Parra murió antes de llegar al Hospital Durand.
Bajeneta fue condenado por “homicidio triplemente agravado por alevosía, por haber sido cometido contra una persona con la que mantuvo una relación de pareja y por haber mediado violencia de género”.
Durante el juicio, que comenzó en octubre del año pasado, se discutió sobre la inimputabilidad de Bajeneta, lo que retrasó el avance del debate. Finalmente, en marzo, se realizó una Junta Médica que estableció que el hombre comprendía lo que hacía al momento del femicidio.
Bajeneta fue condenado por homicidio triplemente agravado por alevosía, por haber sido cometido contra una persona con la que mantuvo una relación de pareja y por haber mediado violencia de género.
El caso
Bajeneta conoció a Gabriela en 1985 y mantuvieron una relación sentimental que se prolongó por tres años aproximadamente. Antes del verano de 2015, el acusado intentó reanudar esa relación y comenzó a llamar por teléfono a la víctima y a enviarle mensajes constantemente.
“La negativa de la mujer a reiniciar un vínculo fue lo que derivó en el acoso por parte imputado”, recalcó el fiscal en su alegato y marcó diferentes afirmaciones del hombre donde expresó que Gabriela “era la mujer de su vida”, así como también afirmó que si no accedía a lo que pedía, se iba a suicidar. Esto generó miedo y preocupación en la víctima. Con la intención de terminar con esos intentos fue que consintió en asistir a la reunión en Plaza del Carmen aquél día.
“La negativa de la mujer a reiniciar un vínculo fue lo que derivó en el acoso por parte imputado”, recalcó el fiscal en su alegato.
Un amigo de la víctima fue quién la acompaño hasta el lugar y se quedó en el “Starbucks” ubicado frente a la confitería. Esto le permitiría tener una visión de lo que sucedía en el encuentro. Cuando Bajeneta llegó, cerca de las 16:30, se sentó al lado de Gabriela y mantuvieron una extensa charla. En las filmaciones que aportó el local, se puede observar como gesticulaba el acusado y como, en un momento, él la quiere tocar y ella se tira hacia atrás.
Cuando la reunión parecía terminada, Bajeneta se ofreció, en un gesto aparentemente caballero, a colocarle la campera que Parra había llevado. Una vez de espaldas, el imputado aprovechó el estado de indefensión y le infringió ocho heridas en el cuerpo. El fiscal hizo hincapié en la violencia desplegada por el hombre y destacó que, ya en el suelo, Gabriela intentó sacárselo de encima pero él continuaba con su ataque.
La situación se dio frente a todos los que se encontraban en la confitería en ese momento. Un hombre intervino, ante el grito de la víctima, y le arrojó a Bajeneta una silla, lo que lo hizo perder el equilibro y atravesar el vidrio del local. Una vez fuera de la escena, el acusado cruzó la Avenida Rivadavia e intentó autoinfligirse varias heridas con el mismo cuchillo que había utilizado minutos antes.
El amigo de Gabriela se acercó al Plaza del Carmen al notar el tumulto de gente. En el juicio, declaró que la víctima le había señalado su cartera en reiteradas ocasiones. Dentro de ese bolso, se secuestró una carta de Bajeneta a la víctima que decía: “Gaby jamás hubiera ni penzado que te toque otro hombre cumplo con la promeza que nos hicimos te amo mi nena”. Esa nota y una cadenita, también encontrada en la cartera, fueron la excusa del acusado para lograr el encuentro con Gabriela.
El fiscal destacó en su exposición el hallazgo de una navaja en la ropa del acusado que tenía una cinta blanca con la inscripción “con todo mi amor para Gaby” y lo calificó como un “preanuncio del desenlace fatal”. Hizo hincapié en el testimonio del amigo de la víctima, quién describió los constantes llamados y mensajes que recibía la mujer. El hermano de Gabriela, por su parte, negó que mantuviera en ese momento una relación con Bajeneta, tal como había afirmado el hombre en su indagatoria.