El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata condenó ayer por unanimidad a Rubén Omar Rivas a la pena de 11 años de prisión e inhabilitación perpetua para el ejercicio de su profesión de enfermero por encontrarlo culpable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por haberse cometido en su rol al cuidado de la víctima, que esta internada por haber sufrido un ACV, en concurso real con el delito de vejaciones en dos hechos contra dos pacientes afásicos.

El juez Fernando Minguillón, acompañado por sus colegas Roberto Falcone y Martín Poderti, dio lectura al veredicto -cuyos fundamentos serán difundidos el 30 de mayo- en la sala de audiencias, en la que estuvo presente el acusado, quien se desempeñó como enfermero en el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (Inareps) donde estaban internadas las víctimas al momento de ocurridos los hechos, en 2017 y 2021.

Tras escuchar la condena, Rivas fue nuevamente esposado y trasladado de regreso al penal de Marcos Paz. La pena fue dictada en sintonía con el pedido realizado por el fiscal subrogante, Carlos Fioriti, quien había requerido la imposición de 14 años de prisión en su alegato formulado el jueves pasado.

En su exposición, el fiscal marcó que el abuso sexual fue perpetrado entre el 1° y el 11 de agosto de 2021, cuando la víctima estaba internada por haber padecido un accidente cerebro vascular isquémico. Los hechos fueron revelados, días después, en la madrugada del 15 de agosto, por la propia mujer en medio de una crisis de llanto a las enfermeras que la estaban atendiendo y luego a la médica de guardia que la revisó tras haber contado lo ocurrido.

El segundo hecho juzgado por el que la fiscalía acusó a Rivas tuvo como víctimas a dos hombres que estuvieron internados en aquel centro de salud durante 2017 y que no tenían posibilidad de reaccionar o defenderse por encontrarse afásicos. Con base en los testimonios recibidos en el caso, Fioriti describió las situaciones de maltrato por parte de Rivas, como bañarlos con agua fría, decirles expresiones humillantes, arrojarles agua sobre las heridas de sus traqueotomías, pegarles y “revolearlos” sobre sus camas.

El fiscal subrogante Carlos Fioriti pronuncia su alegato. Foto: B. Cano/MPF