02 de mayo de 2024
02 de mayo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Interviene la Unidad Fiscal Federal de La Plata
La Plata: comenzó el juicio por el homicidio del militante Horacio Benavídes durante la dictadura
Se juzga la responsabilidad de Jaime Lamont Smart, exministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y de los expolicías bonaerenses Walter Omar Ale y Juan Nazareno Risso, acusados de participar en el operativo en el que fue asesinado el militante de Montoneros el 30 de septiembre de 1976 en el centro de la ciudad.

El Tribunal Oral Federal N°2 de La Plata dio inicio hoy al juicio en el que se juzga la responsabilidad de Jaime Lamont Smart, exministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y de dos expolicías bonaerenses, Walter Omar Ale y Juan Nazareno Risso, por el asesinato del militante de Montoneros Horacio Alejando Benavídes el 30 de septiembre de 1976. En el juicio intervinieron el fiscal general Gonzalo Miranda y el auxiliar fiscal Juan Martín Nogueira, de la Unidad Fiscal Federal de La Plata.

A las 10 de la mañana, de forma virtual, los jueces Nelson Jarazo, Enrique Méndez Signori y José Antonio Michilini, dieron inicio a la audiencia con la lectura de una síntesis del requerimiento de elevación a juicio. Luego continuaron con las indagatorias, en la que Ale y Risso se negaron a declarar, mientras que Smart anunció que iba a hacerlo más adelante. Por último, la jornada siguió con el testimonio del hermano -quien también fue víctima de crímenes de lesa humanidad- y de un amigo de Horacio Benavides.

Al momento de los hechos, Smart se desempeñaba como ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, mientras que Ale y Risso cumplían funciones en la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, cuya titularidad se encontraba dirigida por el comisario Miguel Etchecolatz, quien también estuvo requerido en este juicio, pero falleció antes.

Benavides era estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros, y trabajaba en el Departamento de Transmisión Gratuita de Bienes del Ministerio de Economía.

El juicio, que continuará el miércoles que viene a las 9 de la mañana, aborda la responsabilidad de los tres acusados por el crimen de Benavides, quien fue asesinado el 30 de septiembre de 1976 en la vía pública de la capital provincial. En ese sentido, los imputados deberán responder por el delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, calificado como crimen de genocidio y delito de lesa humanidad.

Los hechos

En el requerimiento fiscal se detalla que el 21 de septiembre un grupo de personas armadas fueron a la casa de los padres de Horacio, buscándolo. Aquel día secuestraron a su hermano Marcelo, quien fue puesto en cautiverio en un centro clandestino ubicado en el Destacamento de Arana y sometido a torturas e interrogatorios en el que le preguntaron por el paradero de Horacio. En un momento, durante su privación ilegal de libertad, Marcelo fue conducido por sus captores hasta el domicilio de Horacio, que se encontraba junto a su esposa y sus compañeros de militancia, que lograron escapar del operativo.

El 30 de septiembre de 1976, Horacio Benavides fue interceptado en calle 12, entre 50 y 51 de la ciudad de La Plata, por un grupo de oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que descendieron de varios vehículos particulares y comenzaron a dispararle provocando su muerte en el momento. De acuerdo con la acusación, además de Walter Omar Ale y Juan Nazareno Risso, en el operativo de aquel día participaron los expolicías -ya fallecidos- Ángel Raúl Andrada, Carlos Emilio Bordalonga, Ramón Carlos Velasco, Pedro Víctor Bidegain, Raúl Alberto Salcedo y Carlos Horacio Sánchez, quien murió en el operativo.

La pieza acusatoria refiere que el aporte de Smart al funcionamiento del aparato organizado se tradujo en participar, desde su función ejecutiva, en el sostenimiento de una parte del mismo, mediante el mantenimiento a disposición de la represión ilegal del personal y la logística necesaria para el cumplimiento de los propósitos criminales, que se materializó en la persecución y posterior homicidio de Benavides.

Los restos de la víctima fueron recuperados por su familia días después y enterrados en el cementerio de la ciudad de La Plata, gracias a gestiones realizadas por su padre.