Con la lectura de resúmenes de los requerimientos de elevación a juicio y la declaración de uno de los cinco acusados, comenzó hoy ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de San Martín el juicio al ex jefe de Institutos Militares de Campo de Mayo, Santiago Omar Riveros, y a cuatro de sus subordinados en el Batallón de Aviación 601 de aquella guarnición, por su responsabilidad en la integración de una asociación ilícita y su intervención en el secuestro, tortura y desaparición de cuatro víctimas que fueron arrojadas desde aeronaves al mar o al Río de la Plata, en el marco de los denominados "vuelos de la muerte" o "vuelos fantasma".
Además de Riveros, están siendo juzgados el ex comandante de aquél batallón, Luis del Valle Arce -el único que aceptó declarar en el inicio del debate-; su segundo, Delsis Ángel Malacalza; el ex oficial de operaciones de esa dependencia, Eduardo María Lance; y el entonces oficial de personal, Horacio Alberto Conditi.
El juicio está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de San Martín, integrado por los jueces Walter Benditti (presidente), Esteban Rodríguez Eggers y Eduardo Farah. El Ministerio Público Fiscal está representado por el fiscal general Marcelo García Berro. Actúan además querellas particulares e institucionales, que representan a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y a la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense.
El debate comenzó con la participación de todas las partes y del tribunal a través de la aplicación Zoom y a su vez se transmite al público a través de Youtube a través del canal de la Dirección General de Tecnología, Videoconferencias, Audio y Video del Consejo de la Magistratura. Unos 250 usuarios siguieron la transmisión en vivo.
El juicio se centra en los casos que tuvieron como víctimas a Rosa Eugenia Novillo Corvalán, Roberto Ramón Arancibia, Adrián Enrique Accrescimbeni y Juan Carlos Rosace, quienes fueron secuestrada y secuestrados entre 1976 y 1977, llevada y llevados al centro clandestino de detención "El Campito", de Campo de Mayo, donde fueron sometida y sometidos a la aplicación de tormentos. Finalmente, en distintos momentos las víctimas fueron subidas a aeronaves y arrojadas al mar o al Río de la Plata. En todos los casos, los restos humanos aparecieron a los pocos días en diferentes puntos las costas bonaerenses. Sus desapariciones luego se concretaron porque fueron inhumados como NN en cementerios de diferentes localidades costeras. Años después, tanto por la acción del Poder Judicial como por las averiguaciones y datos aportados por sus familiares, los restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Según se expresa en la acusación fiscal, las desapariciones se llevaron a cabo en el marco de una asociación ilícita que ejecutó las acciones del plan criminal perpetrado durante la última dictadura. En ese sentido, refiere que las acciones que se imputan a los cinco acusados respecto de los hechos ventilados en este juicio consistieron "en organizar, planificar y materializar los denominados 'vuelos de la muerte' o 'vuelos fantasmas'. Para ello recibían a las víctimas que eran trasladadas al Batallón de Aviación 601 de Campo de Mayo. Allí eran subidas, vivas o muertas, a los aviones y/o helicópteros del Batallón que luego despegaban y durante el vuelo eran arrojadas a las aguas del Río de la Plata y/o al océano Atlántico para que no fueran encontradas, debido a la clandestinidad del accionar desplegado por las Fuerzas Armadas".
De acuerdo con la acusación, "los vuelos ocurrieron con mayor frecuencia en los años 1976 y 1977 y podría afirmarse que hubo tres modus operandis [modos de operar]. Ellos son: 1) las víctimas eran sedadas antes de ser subidas a las aeronaves y arrojadas con vida durante el vuelo; 2) las víctimas eran fusiladas o en algunos casos asesinadas a los golpes inmediatamente antes de ser subidas a las aeronaves; y 3) las víctimas llegaban al batallón, ya asesinadas y eran subidos sus cadáveres a las aeronaves, envueltas en bolsas de nylon, para ser arrojadas al agua durante los vuelos".
Del Valle Arce fue el único de los imputados que aceptó declarar. El resto se negó y dijo que evaluaría la oportunidad de hacerlo en otro momento. En su defensa, del Valle Arce negó la acusación. Se declaró inocente y desconoció la existencia de los “vuelos de la muerte” y de los centros clandestinos de detención que funcionaron en la guarnición militar de Campo de Mayo. "A mis 91 años se me pueden escapar algunos detalles, pero la gravedad de los hechos que se me imputan no podrían escapar a mi memoria", dijo.
En el final de la audiencia, las partes y el tribunal se pusieron de acuerdo sobre cómo seguirían las siguientes audiencias. El juicio se celebrará todos los lunes y, si bien el próximo es feriado, cabría la posibilidad de que el tribunal sesione. En tal caso, la próxima jornada contará con los testimonios de los familiares de las víctimas y querellantes y luego comenzarán las declaraciones de ex conscriptos del Batallón de Aviación 601, cuyos testimonios durante la instrucción de la causa dieron cuenta del funcionamiento y el modo de operar de esa unidad en los denominados “vuelos de la muerte”.
Las víctimas
El siguientes un breve resumen de los casos que llegaron a debate, de acuerdo con los requerimientos de elevación a juicio: