El fiscal general Martín Suárez Faisal solicitó ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe la imposición de pena de prisión perpetua al militar retirado Alberto José Jaime, a quien acusó como autor del homicidio doblemente calificado por ser cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de la estudiante y militante de Montoneros, Yolanda Ponti, de 18 años. Al momento de los hechos, Jaime se desempeñaba con el grado de capitán en el Destacamento de Inteligencia 122 del Ejército en Santa Fe. El asesinato de la joven fue perpetrado en la tarde del 1° de diciembre de 1976 en la intersección de las calles 25 de Mayo y Lisandro de la Torre de aquella capital, mientras la víctima viajaba en un colectivo urbano de la línea 3.

De acuerdo a la investigación, el ataque fue realizado por una comisión de fuerzas conjuntas conformada por Jaime y por Julio Cesar Domínguez, Eleodoro Jorge Hauque, Oscar Alberto Cabezas, Nicolás Correa -todos fallecidos- y un sujeto personal civil de inteligencia sin identificar -que según el imputado se trataba de Horacio Barcos-, todos integrantes de aquél destacamento militar, junto al agente de la policía de la provincia Héctor Colombini. Estos dos últimos fueron condenados por delitos de lesa humanidad en el primer y segundo juicio llevados a cabo en esa jurisdicción. La comitiva de agentes estatales se desplazaba en dos automóviles e interceptó el colectivo en el que viajaba la víctima, que intentó huir antes de que los agentes abriesen fuego. Como consecuencia de este ataque fallecieron también en el lugar Oscar Cabezas, el conductor del colectivo y un transeúnte.

Según la acusación fiscal, la participación de Jaime en los hechos quedó acreditada en un sumario que tramitó ante el Juzgado de Instrucción Militar N° 51, en el que se buscó investigar la muerte de Cabezas como si hubiera sido un homicidio perpetrado por Ponti. Luego de realizar una inspección ocular en el lugar, se produjeron en aquel proceso administrativo las declaraciones testimoniales de algunos de los agentes que intervinieron en el procedimiento, entre ellos Jaime. Si bien para el fiscal estas declaraciones se encuentran “plagadas de contradicciones”, a partir de ellas fue posible reconstruir que Jaime fue el jefe de la comisión que el 1° de diciembre de 1976 se encontraba efectuando un procedimiento habitual de búsqueda de “delincuentes subversivos” en la ciudad de Santa Fe junto con otros agentes del Destacamento de Inteligencia 122 y de la Policía provincial, en dos automóviles: un Renault 6 y un Dodge 1500.

Allí quedó asentado que a las 17.00 de ese día el grupo divisó a Ponti cuando se subía a un colectivo de la línea 3 y realizó un seguimiento hasta que Jaime dio por radio la orden de interceptar el vehículo. De esta manera, el Renault bloqueó el pasó del colectivo por el frente, con el Dodge haciendo lo propio por detrás. La víctima intentó escapar bajando del transporte, pero fue herida a escasos metros por disparos de armas de fuego efectuados por todo el personal que integraba el operativo. Durante el procedimiento resultaron heridos -y luego fallecieron- el chofer del colectivo, un transeúnte y el sargento primero de Infantería Cabezas, quien -según las manifestaciones que hicieron los propios integrantes de la comisión en el sumario- habría recibido un disparo efectuado por Ponti.

En su alegato, Suárez Faisal sostuvo la postura acusatoria del requerimiento de elevación a juicio y consideró probada la participación de Jaime en el operativo en el que murió Ponti. Al respecto, ubicó al exmilitar como la persona al mando de la comisión, dado el punto de vista jerárquico, y que explicó que tanto el acusado como las demás personas participantes “asesinaron de forma premeditada y con alevosía en el microcentro santafesino a la militante mientras se trasladaba en un colectivo”.  De acuerdo a la reconstrucción, ambos automóviles siguieron a Ponti hasta que Jaime dio la orden de interceptar al colectivo, donde no pudo escapar y fue ultimada por los disparos de fuego. 

El representante del MPF concluyó que las tres muertes en el procedimiento, que se sumaron a la de Ponti, “da muestra de la lluvia de balas desmedida que desplegaron contra el colectivo y las personas que estaban ahí”, y remarcó que aunque la versión del ejército intentó responsabilizar a Ponti por estas muertes, esto nunca se pudo probar. De esta manera, también hizo énfasis en la alevosía del ataque: “No les importaba si ponían en juego la vida de civiles, como efectivamente pasó”.