Dos ex policías de la División de Drogas Peligrosas de Formosa y otros seis hombres fueron detenidos la semana pasada en la capital provincial y en Florencio Varela, Buenos Aires, acusados de conformar una banda dedicada a comercializar en la Argentina estupefacientes que ingresaban por pasos no habilitados en la frontera con Paraguay. La investigación está dirigida por el fiscal Federal Luis Benitez, quien es asistido por la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac).
Los allanamientos que derivaron en las detenciones fueron dispuestos por Belen López Macéla, interinamente a cargo del Juzgado Federal N°2 de Formosa. Entre el miércoles y jueves pasado, fueron secuestrados, entre otros elementos, tres kilos de marihuana, 70 gramos de cocaína, 28.700 pesos, 47 celulares, cinco Notebooks, dos revólveres calibres .22 y .32, dos pistolas .9 y .22 milímetros, 25 chips, dos GPS, una balanza y documentación.
El procedimiento que dio inicio a las detenciones se concretó el miércoles pasado en Florencio Varela, cuando en el marco de una "entrega vigilada" fue detenido un hombre con los tres kilos de marihuana. Al día siguiente, se produjo el resto de los allanamientos y detenciones en Formosa.
Los policías detenidos -quienes se entregaron voluntariamente- son el oficial Augusto Andino Romero, quien revistaba en la Comisaría de Las Lomitas, y el comisario inspector Orlando Medina, ex jefe de la Dirección General de Drogas Peligrosas, donde también Romero había prestado funciones. Ambos están imputados de haber "brindado impunidad" a la organización mediante diferentes maniobras.
Los otros detenidos son los hermanos Héctor Inocencio Gallego (alias JR o Korea) y Cristian Rubén Gallego ("Indio"), quienes lideraban una banda integrada por otro ex policía y dos dos hombres más.
También, fueron individualizadas otras cuatro personas, aún no detenidas, sindicadas como "paseros", es decir, quienes estaban encargados de ingresar los estupefacientes al país por pasos no habilitados.
De acuerdo con la investigación, Héctor Gallego lideraba la banda, mientras que su hermano Cristian supervisaba el ingreso clandestino de los estupefacientes y se encargaba de su almacenamiento. Los otros detenidos fueron imputados por diferentes grados de participación en el tráfico y la comercialización.
La causa se inició en septiembre del año pasado por una advertencia que provino de la Dirección General de Drogas Peligrosas de la provincia sobre la posible comercialización y distribución de estupefacientes por parte de Héctor Gallego, a quien se sindicaba como el presunto canalizador de las sustancias a distintos puntos del interior provincial y hacia el sur del país.
Desde la Fiscalía de Formosa señalaron a Fiscales que lo paradójico del caso fue que el comisario Medina, titular de Drogas Peligrosas, fue quien radicó la denuncia y luego intervino asistiendo en la pesquisa, mientras alertaba al investigado respecto a las contingencias de la investigación. La situación pudo ser advertida por el fiscal luego de varios meses de investigación, a partir de la separación de la policía de la investigación y su reemplazo por personal de la Gendarmería Nacional.
El fiscal Benítez solicitó la colaboración de la Procunar y de la Procelac, con cuya asistencia pudo obtener elementos que vinculan a Héctor Gallego con la comercialización de cocaína y marihuana, aunque también se investiga su participación en la venta de armas de fuego y dólares.
"Toma y daca"
Las diligencias judiciales arrojaron como resultado que la droga provenía de Paraguay y que era introducida clandestinamente por pasos no habilitados. Las escuchas telefónicas, en tanto, permitieron afianzar la sospecha sobre la cobertura que brindaban a la organización los dos policías imputados.
En efecto, el fiscal Benítez señaló en el requerimiento de instrucción que "el Oficial Romero no sólo mantenía y mantiene una estrecha vinculación con el Sr. Gallego, a quien le informa respecto a cada uno de los procedimientos realizados por otras fuerzas vinculado a cargamentos de estupefacientes, sino además, y en atención a la información obtenida en función al cargo que desempeña y, particularmente, al conocimiento obtenido a partir de ésta investigación, le advertía impunemente que su teléfono se encontraba intervenido".
El fiscal también describió el accionar del comisario Medina, sobre quien aseguró que tuvo "un temerario comportamiento, propio de una mente perversa". Benítez indicó que "fue el mismo agente que se presentó en la Fiscalía y solicitó iniciar una investigación en contra de Gallego y su organización delictiva, por tráfico de estupefacientes, venta de armas y presunto lavado de activos, y simultáneamente aparece en las escuchas hablando con el investigado, pidiéndole favores y ofreciéndole reciprocidad, un 'toma y daca' sin precedentes, inaceptable en cabeza del responsable máximo de la oficina especializada encargada de la lucha contra el narcotráfico en la Provincia, como lo es Drogas Peligrosas de la provincia".
Esa situación, acusó el fiscal, "torna incomprensible la conducta asumida por el comisario Medina, por cuanto de las intervenciones telefónicas, por él mismas solicitadas, surge un conocimiento o vínculo prexistente con el investigado, que se trasunta en un trato cordial, signado por encuentros personales en plena investigación, lo que fue advertido por la Fiscalía a partir de la intervención de otra fuerza de seguridad. Ello explica que por diferentes fuentes, el investigado Gallego, recibía información respecto a las nuevas intervenciones que de sus líneas se realizaban en la causa".