Una organización narcocriminal a la que le fueron secuestrados 15 kilos de cocaína fue enviada a juicio oral, luego de que la Fiscalía Federal N°3 de Rosario, a cargo de Adriana Saccone, consideró completa la etapa de instrucción de la causa. En sintonía con ese pedido, el Juzgado Federal N°3 remitió las actuaciones para que se designe al Tribunal Oral Federal que juzgará a las ocho personas acusadas.
De acuerdo a lo postulado por el Ministerio Público Fiscal, Julio Andrés G. -apodado como “Perú” o “Coco”- fue el encargado de organizar al resto de los imputados para comercializar material estupefaciente en la ciudad. Como se encuentra privado de la libertad en la cárcel de Piñero por otra causa, le habría dado órdenes a su “segundo” Iván R., conocido como “Loro”. En relación al caudal de material estupefaciente que operaba la banda, los propios imputados expresaron en las escuchas telefónicas ordenadas en el proceso que la cantidad era de doce o catorce kilos por semana. En esas conversaciones advirtió la fiscalía que “Loro” mantenía al líder informado sobre la “contabilidad” del negocio de la venta de estupefacientes.
Por otra parte, la dependencia encabezada por Saccone identificó a dos hombres -Ramón L. y Claudio M.- y una mujer -Cristina M.- como los encargados de distribuir el material estupefaciente entre quienes luego lo comercializarían al menudeo. Incluso fueron observados el 24 de septiembre del año pasado haciendo “pasamanos” en distintos puntos de la ciudad, como así también aprovisionándose de drogas desde un domicilio de Espinillo al 4000, en donde residió “Loro”. Ese lugar era aludido en las conversaciones telefónicas como “la base”.
Además, se logró detectar a las personas que habrían abastecido de cocaína a la organización investigada: Rodolfo Héctor M. y sus presuntos colaboradores Maximiliano A. y Sara B..
Allanamientos y detenciones
El avance de la pesquisa permitió que el 5 de noviembre del año pasado la División Antidrogas Rosario de Policía Federal Argentina realizara una serie de allanamientos. En un domicilio de la calle Castellanos al 900 se secuestraron más de siete kilos de cocaína, distribuidos en igual cantidad de “panes”; similar cantidad se habían incautado el día anterior, en un procedimiento en la esquina de Amenábar y Bv. Avellaneda. Estaban en el baúl de un Peugeot 207 dominio LXP875.
Los paquetes tipo ladrillo tenían el logo en bajo relieve de una corona –“forma en la que se suele identificar al clorhidrato de cocaína de máxima pureza”, precisó la fiscalía-, dinero en efectivo y teléfonos celulares. El propio Maximiliano A. tenía colocado un anillo dorado con el logo de una figura de una corona y otro plateado con la misma imagen, detalle coincidente con el grabado en los ladrillos del material estupefaciente secuestrado.
En definitiva, a criterio de la fiscal se ha corroborado la existencia de una organización dedicada al tráfico ilícito de estupefacientes y reunido elementos suficientes para que la causa continúe su curso en un juicio oral. Así lo dispuso, en consecuencia, el juez Carlos Vera Barros.