El veredicto, instado por la fiscalía, fue dictado por el Tribunal Oral Federal Nº1 de Salta, que condenó a los hermanos Branco y Ezequiel Villegas a la pena de siete años de prisión por el delito de transporte de estupefaciente agravado por el número de intervinientes. En la misma sentencia fue condenado Rodolfo Cruz, a quien se le impusieron siete años y cuatro meses de prisión. Asimismo, y a pedido del Ministerio Público Fiscal, se ordenó el decomiso de dos camionetas VW Amarok, en las cuales llevaban la cocaína rumbo a la provincia de Mendoza.
El juicio, como ya informó este sitio, comenzó el 23 de junio bajo la dirección del juez Marcelo Juárez Almaraz, junto a la vocal Marta Snopek y el vocal Federico Díaz. Cabe señalar que en esa misma fecha, pero en horas de la noche, se produjo la detención de Juan Carlos Serrano Cruz, un presunto cómplice que tenía pedido de captura.
Durante la etapa testimonial la fiscalía, representada por Francisco Snopek, presentó a los testigos de cargo y también expuso las pruebas técnicas reunidas a lo largo de la investigación. El martes pasado, en tanto, el tribunal dio paso a los alegatos, siendo el primer turno para resolver la responsabilidad penal de los acusados.
En ese contexto, el fiscal realizó un pormenorizado relato del hecho, como así también mostró el peso probatorio alcanzado durante la investigación,que se inició el 12 de diciembre de 2019, alrededor de las 4.20 cuando personal Gendarmería Nacional detuvo dos camionetas en la ruta 68, a siete kilómetros de Cafayate. Los acusados, según lo declarado por los gendarmes en el juicio, viajaban en dirección a esa ciudad turística. En una de las camionetas lo hacía Branco Villegas, mientras que por detrás era seguido por su hermano, quien llevaba como acompañante a Cruz.
En vista de versiones contradictorias dadas por los conductores, los gendarmes trasladaron a los vehículos a su base operativa en Cafayate, donde descubrieron que los tornillos y la faja de seguridad de los tanques de combustibles habían sido removidos, por lo que al revisar en su interior se encontraron poco más de 79 kilos de cocaína, oculta en paquetes.
A pedido del MPF se ordenó el decomiso de dos camionetas utilizadas en el hecho.
Responsabilidad
En su alegato el fiscal resaltó la declaración de uno de los gendarmes, quien comprometió a uno de los acusados al dejar expuesta una grave contradicción incurrida por Cruz, quien durante el debate sostuvo que había sido contratado como guía turista y que su trayecto era sólo hasta Cafayate.
Al alegar sobre la responsabilidad penal, Snopek recordó que el mismo Cruz, en un intento por despistar a los gendarmes, aseguró que era el encargado de una finca en Mendoza y que regresaban de haber dejado a unos trabajadores rurales en Jujuy. Señaló el fiscal que era imposible sostener la versión de guía turista, tanto por la hora en que hacía su trabajo, a las 4.20 de la madrugada, como así también porque a los supuestos clientes, los hermanos Villegas, les era más fácil y menos costoso buscar un experto en Salta y no ir hasta la localidad jujeña de Yutos para contratar a Cruz.
Por la lista de ingresos y egresos de la Dirección General de Migraciones, también se pudo probar que Cruz tenía numerosas visitas a Bolivia, incluso los días previos a ser detenido, fecha que coincidió con los hermanos Villegas, quienes en esos días también cruzaron la frontera a territorio boliviano.
Snopek expuso, a través de una presentación digital, la secuencia de mensajes y audios mantenidos por los acusados, ya sea entre ellos mismos y con otros familiares. En algunos de ellos, la pareja de uno de los hermanos Villegas reveló que en su lugar de residencia, en Mendoza, corría el rumor de que ambos se habían ido a Bolivia y no precisamente “para adquirir bicicletas”, sino que se trataba de un presunto hecho ilícito.
Al mostrar distintos audios mantenidos entre los hermanos Villegas, el fiscal indicó que en algunos de ellos dejaron traslucir cierto miedo por la empresa delictiva en la que estaban inmersos, como así también hablaron de ciertos festejos que realizarían una vez que concluya el viaje.
La fiscalía explicó que la cocaína oculta en los tanques de las camionetas "no fue afectada y conservó el alto grado de pureza que tenía", cercano al 90 %.
Snopek también detalló la tarea realizada por los acusados para ocultar la droga en el interior de los tanques de combustibles. “Lo hicieron de tal manera que no fue afectada y conservó el alto grado de pureza que tenía, el cual ascendía a un promedio de 90 %”, afirmó.
También resaltó que a partir de las pericias a los teléfonos celulares, se logró establecer cuántos días estuvieron los acusados en Bolivia, lapso en que se acondicionaron las camionetas con la cocaína, como así también la ruta que siguieron para regresar a Mendoza.
Con estas pruebas el fiscal solicitó a los jueces que los tres acusados sean declarados penalmente responsables del delito de transporte de estupefaciente agravado por el número de intervinientes.
Adhesión de la defensa, condenas y decomisos
En su turno, el defensor oficial Nicolás Escandar -representante de los hermanos Villegas- adhirió al alegato del fiscal en todos sus términos, lo que sorprendió al abogado, Orfeo Magio, defensor de Cruz, quien en su exposición solicitó la absolución por la duda de su cliente, para lo cual siguió la línea argumental de lo declarado por su cliente respecto a que su tarea fue solo como guía turístico.
Tras deliberar, el tribunal se volcó por seguir el pedido de la fiscalía y declaró responsable a los acusados del delito requerido por el fiscal Snopek, pues en sus fundamentos expusieron los argumentos esgrimidos por la fiscalía, entre ellos la contradicción de Cruz respecto a su rol al momento de ser detenido.
En seguida, y ya en el juicio de cesura, la fiscalía evaluó la situación personal y el comportamiento de los acusados durante el proceso, tras lo cual solicitó una pena de siete años de prisión para los hermanos Villegas, mientras que para Cruz requirió ocho años y seis meses de prisión.
La defensa de Branco y Ezequiel Villegas, al igual que el alegato de responsabilidad, compartió lo pedido por la fiscalía, mientras que la defensa de Cruz rechazó el planteo y postuló una pena de seis años. Asimismo, requirió el decomiso de las dos camionetas, el dinero que llevaban los acusados, los teléfonos celulares y la aplicación de multas por poco más de un millón de pesos.
Al respecto, y en su veredicto final, los jueces condenaron a los hermanos Villegas a la pena de siete años de prisión, mientras que a Cruz le impusieron una pena de siete años y cuatro meses de cárcel, en tanto accedieron al decomiso de los bienes secuestrados y la aplicación de multas requeridas por la fiscalía.