Frente a un auditorio colmado de empleados y funcionarios del Ministerio Público Fiscal que se desempeñan en las distintas dependencias de la jurisdicción de Rosario, comenzó el jueves la primera jornada del segundo ciclo programado por la Oficina de Bienestar Laboral y Resolución de Conflictos, a cargo de Ester Valero.

En esta oportunidad, la actividad se centró en “Resoluciones de conflicto y Estrategias de Negociación”, y estuvo a cargo del abogado y coach ontológico Juan Pablo Rico, quien comenzó por diferenciar las características de un conferencista que “imparte” algún tipo de conocimiento al auditorio, a las de un “coach”. A esta última figura, Rico la asemejó a un entrenador deportivo de equipos de alto rendimiento, quien no es el que dirige simplemente al conjunto, sino que da participación a cada miembro del grupo, en una constante interrelación y transferencia.

De esta manera, una de las premisas de toda la jornada fue la participación continua del auditorio en distintas actividades y consignas que fue desarrollando Rico. Una de las primeras consistió en un juego de niños, llamado “pulseada argentina”, y el objetivo fue que, entre dos personas, hicieran la mayor cantidad de puntos posibles en un minuto. La mayoría entendió el juego como una disputa contra el otro, por lo que los resultados, que iba anotando en una pizarra, fueron diversos pero acordes al concepto de competencia. Sin embargo, hubo un grupo que, en vez de competir, “colaboró” para hacer la mayor cantidad de puntos entre ambos. El resultado fue totalmente diverso al otro, y fueron los que mayor cantidad de puntos hicieron.

Esta experiencia, señaló Rico, intentaba demostrar, a partir de un contexto que él había generado, cómo en el ámbito del trabajo, muchas veces se entienden las tareas que deben desarrollarse a partir de pautas o pedidos, por lo general ambiguos, que hacen los jefes o directores de un grupo. “Ni competir, ni colaborar eran la respuesta correcta para el desafío”, dijo el orador, “cada respuesta, además de decir algo de la persona por cómo entendió la consigna, también señala que uno responde de manera casi automática a un contexto en el que se desenvuelve normalmente”. Según Rico, ese contexto es el que va a determinar la manera de relacionarse. Lo importante era ver si existen otras maneras de enfrentar los conflictos o desafíos que se presentan a diario, y que no eran las que más se utilizaban y que, como en este caso por ejemplo, “colaborando” podían obtenerse mejores resultados que “compitiendo”.

Ya al momento de hablar de la negociación en sí, Rico explicó que por lo general suelen presentarse dos fuentes de conflicto: la primera es la comunicación. Aquí, indicó que muchas veces dos personas creen estar peleando o discutiendo por la misma cosa, pero lo cierto es que, de un mismo objeto, cada uno desea algo distinto. En ese caso, la capacidad de identificar ese conflicto recaerá en manos de quien lleva adelante la negociación para lograr una comunicación más eficaz y clara. Por lo que si del mismo objeto cada uno se lleva lo que deseaba, se habrá obtenido entonces una creación de valor por parte del negociador, ya que le dio a cada parte lo que quería en un cien por ciento de algo que en principio por problemas de comunicación, resultaba lo mismo.

El segundo problema radicó en el “conflicto de intereses”. Aquí, las partes desean lo mismo sobre un objeto idéntico. El desafío de la negociación y su resolución va a ser llevar a cada parte a un punto de máxima satisfacción posible, que si bien no se relacionaba con su deseo inicial, de todas maneras alcanza para ofrecer una respuesta satisfactoria.

En todo momento, los asistentes se mostraron receptivos y participaban con agrado, discusiones y comentarios a cada una de las propuestas de Rico.

Las próximas jornadas serán en Mendoza, Salta y Santiago del Estero (también serán de carácter optativo). Las actividades se realizarán dentro del horario laboral, de 10 a 12:30, durante marzo, abril y mayo, y las sedes serán notificadas oportunamente.