En línea con lo solicitado por el Ministerio Público Fiscal, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 porteño impuso este lunes una pena de seis años de prisión y una multa de 90 mil pesos a Adrián Esteban Simón Kracovsky -actualmente detenido de forma preventiva en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza– como autor penalmente responsable del delito de explotación de la prostitución ajena en dos casos, agravado por haberse abusado de la situación de vulnerabilidad de las dos víctimas mujeres, en concurso real con tenencia ilegítima de documento nacional de identidad ajeno. En el debate intervino el fiscal federal Nicolás Czizik, designado coadyuvante en la Fiscalía General N°4 ante los tribunales orales federales con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La sentencia impuso a Kracovsky el pago de la sumas de $343.119,21 y $705.845,23, respectivamente a cada víctima, en concepto de reparación económica. Además, el tribunal dispuso que el dinero incautado en la investigación sea afectado al “Fondo de Asistencia Directa a las Víctimas de Trata". El lunes 7 de agosto se darán a conocer los fundamentos del fallo.

El caso

El inicio de la causa fue mediante una denuncia realizada en la Línea 145 el 29 de marzo de 2022, que señaló la intervención del acusado en el funcionamiento de departamentos en avenida Libertador al 700, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en los que se explotaba sexualmente a dos mujeres que concurrían allí diariamente entre las 12.00 y las 19.00. También se indicó que las víctimas residirían en la zona sur del área metropolitana.

La denuncia fue derivada a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), que dio inicio a una investigación preliminar. Paralelamente se encomendó a la Prefectura Naval Argentina la realización de tareas investigativas y posteriormente a la División Trata de Personas de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.

A partir de allí, se recogieron elementos que permitieron fundar dos allanamientos, en los cuales pudo recolectarse prueba de la intervención del acusado en la facilitación y explotación de la prostitución ajena de dos mujeres. Una de las víctimas, identificada como A., entre julio y el 13 de octubre de 2022. La otra, P., entre septiembre y el 13 octubre de 2022. En la investigación se acreditó también que el imputado había retenido ilegítimamente el documento nacional de identidad de otra mujer.

En los allanamientos fueron secuestrados los dos contratos de locación que vinculaban al acusado con los departamentos, dinero en efectivo, gran cantidad de preservativos y teléfonos celulares que, de acuerdo al peritaje realizado por la División de Trata de Personas de la Policía de la Ciudad, contenían mensajes, diálogos y publicaciones de oferta de servicios sexuales.

En otro procedimiento fue hallado el documento de identidad de otra mujer y fueron secuestrados una pistola de aire comprimido, un posnet de Mercado Pago, una balanza de precisión y una cámara web, entre otros elementos. Durante esa intervención fue acreditada la presencia en el lugar del acusado y de una mujer que luego fue entrevistada por el Programa de Rescate.

Alegato

En la exposición de la acusación, el MPF destacó la agravante de vulnerabilidad en relación a las víctimas. El fiscal señaló como elementos, en relación a la víctima P., su condición migrante y limitaciones en su salud, y un historial de empleo precario, incluso un intento de seducción por parte de un anterior empleador. En el caso de la víctima A, destacó que era una mujer joven, con residencia precaria, problemas de convivencia con su familia, y recorrido desde la adolescencia en el circuito prostibulario.

“Sólo valorando las evidencias y analizándolas conglobadamente, y con perspectiva de género, podremos arribar a la verdad de lo ocurrido. Y esa verdad no es otra que aquella que concluye en la responsabilidad del acusado en la explotación de mujeres”, indicó el fiscal al ponderar los elementos probatorios.

En ese marco, Czizik puso de relieve el testimonio de la profesional del Programa de Rescate, Gloria Almada, puesto que su relato permitió conocer que “ambas mujeres se hallaban en situación de vulnerabilidad y cómo el proxeneta suele invisibilizar la explotación detrás de un vínculo afectivo, cuando sin trabajar recibe los beneficios de los cuerpos de las mujeres que lo rodean. Porque eso es lo que ocurre en este caso: bajo el ropaje de un hombre que es percibido como bueno, comprensivo, protector, se esconde el explotador, que emprende y gana dinero con el cuerpo de las mujeres como materia prima”, dijo el representante del MPF.