El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 1 condenó hoy a 16 años de prisión al policía Ricardo Gabriel Ayala por dispararle tres veces a Lucas Cabello, en noviembre de 2015. La fiscal general Irma Adriana García Netto había solicitado una pena de 13 años. En la causa intervino la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC).
Ayala fue condenado por el delito de “tentativa de homicidio agravada por haber sido cometida abusando de la función policial y por el uso de arma de fuego”. Además, le fijaron una inhabilitación de diez años para tener o portar armas y para ejercer labores de seguridad. Los fundamentos del fallo se conocerán el 7 de febrero de 2020.
Ayala no quedará detenido hasta que la condena quede firme, pero los jueces Adrián Pérez Lance, Luis Salas y Fernando Ramírez le fijaron una serie de condiciones para cumplir desde este momento. Deberá presentarse del 1 al 10 de cada mes en el tribunal; no podrá salir del país ni tener o portar armas y tendrá prohibido acercarse a menos de 500 metros de Lucas o su familia, así como tampoco podrá contactarlos de forma alguna.
Por otra parte, los magistrados enviarán una copia de la sentencia al Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. También, ordenaron la extracción de testimonios de una parte de la sentencia para que se investigue a los miembros de las fuerzas de seguridad que intervinieron en el sumario de Cabello, para dilucidar si cometieron el delito de encubrimiento o de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La causa
De acuerdo a la acusación, Ayala -por entonces miembro de la Policía Metropolitana- intentó matar a Cabello el 9 de noviembre de 2015 cerca de las 15:45 en la puerta de su casa, ubicada en Martín Rodríguez al 500. El joven pudo dar su testimonio en la causa: contó que aquél día fue a comprar comida y vio como el policía “lo miraba desafiante de arriba a abajo”. Cuando regresó, discutieron. Ayala le dijo que “se meta adentro”. El joven ingresó al pasillo pero, al escuchar un ruido, se dio vuelta y vio como el policía le apuntaba a la cabeza con su arma reglamentaria.
Ayala le disparó en el cuello, la ingle y la pierna. Luego, se fue hacia la casa de al lado. A Lucas lo asistió su pareja de ese momento, quién declaró en el juicio y contó parte de la secuencia. Tanto en el alegato como en el requerimiento realizado por la fiscal Susana Calleja, a cargo de la Fiscalía de Distrito del barrio de La Boca, se tuvo en cuenta que los disparos pusieron en riesgo la vida de Lucas y le provocaron severísimas lesiones, algunas posiblemente irreversibles.