El Tribunal Oral en lo Criminal Nº23 comenzó el juicio contra Enrique Armando Rulet (32), Aníbal Domínguez Butler (60) y Juan Carlos Rodriguez (26), acusados de matar al periodista Nicolás Pacheco dentro de la sede de Racing, en enero de 2013. Rulet fue el único que declaró y contestó las preguntas que le realizó el fiscal Fabián Céliz.

Los jueces María Cecilia Maiza, Carlos Rengel Mirat y Luis María Rizzi adelantaron que el próximo viernes 18 de noviembre están citados a declarar el actual presidente del club Víctor Blanco y el ex vicepresidente de la institución Rodolfo Molina. También, comunicaron que los alegatos se realizarían el 25 de noviembre.

Según el requerimiento de elevación a juicio, los tres hombres están acusados de golpear fuertemente, en forma reiterada y en diversas partes del cuerpo a Pacheco entre las 0:50 y las tres de la mañana del 24 de enero de 2013. Luego, la víctima fue arrojada a la pileta del club. Todo ocurrió dentro de la sede que Racing tiene en el barrio de Villa del Parque, sobre la calle Nogoyá 3045.

Según la autopsia, Pacheco tenía quince heridas en su cuerpo pero fueron las que encontraron en su cráneo las que le causaron la muerte. Rulet, Domínguez Butler y Rodríguez están acusados de “homicidio simple”, un delito que prevé una pena que va desde los ocho a los veinticinco años de prisión.

Rulet se presentó como profesor de boxeo ante los jueces. En su indagatoria, aseguró que es inocente: “nunca seríamos capaces de matar a Nicolás, esto fue un error y creo que no fue muy bien investigado”. Ratificó su versión de los hechos: que estuvieron todos juntos hasta las seis de la mañana y luego, cuando Domínguez Butler fue a comprar algo y Rodriguez fue al baño, “perdió de vista” a Pacheco. Reiteró que comenzaron a buscarlo y que se subieron a un techo y lo vieron sumergido en la pileta

Ante las preguntas del fiscal, negó que hubiera habido una discusión esa noche sino que había “un clima de amistad” y que incluso iba a ir a Mar del Plata al día siguiente para ver el partido de Racing contra River Plate. Domínguez Butler y Rodríguez se negaron a declarar.

La audiencia

El primero en declarar fue el hermano de Nicolás, que estuvo en la sede esa noche y se cruzó con su hermano pasada la medianoche. Recordó que después de finalizado el asado, se quedaron en la zona de los quinchos y que Rulet dominaba la conversación. “Decía que iba a agarrar la barra de Racing, que Molina se la había prometido”, puntualizó.  Estimó que se fue del lugar antes de las dos de la mañana pero que Nicolás se quedó.

Explicó que la barra brava del club (“La Guardia Imperial”) tenía dos facciones: Racing Stones y La 95. De esos dos sub-grupos, dijo que conocía a los primeros, que frecuentaban la sede y que había compartido varios asados con algunos de ellos. Comentó que del encuentro que se hizo esa madrugada participó el presidente de la sede Villa del Parque Rubén Guevara, también citado a declarar en el juicio.

Negó que Nicolás fuera amigo de Rulet sino que eran “conocidos del club”. Con respecto a cómo se enteró de la muerte de su hermano, fue uno de sus amigos quién lo llamó para decirle. Ese hombre también declaró ante los jueces y manifestó que conocía a los tres imputados de la cancha y que puntualmente Rulet y Rodríguez estaban relacionados con “Racing Stones”. “Siempre supe que se trató de un asesinato” expresó al mismo tiempo que recalcaba que había “varias versiones de lo que había pasado, problemas con una mujer o de plata”.

Una de las testigos pidió declarar sin la presencia de los imputados. Se trató de la vecina que denunció haber escuchado una pelea “muy violenta, muy fuerte” cerca de las tres de la mañana. “Me desperté exaltada por los gritos y los ruidos, creo que eran tres o cuatro personas”, recordó y continuó: “escuché un ‘pará, pará, dejalo’ de alguien que quería frenar todo y después un ruido de agua”.

Testimonios médicos

La profesional que realizó la autopsia explicó que Pacheco tenía una fractura de cráneo con hemorragia y que fue esa la herida la que le causó la muerte, lo mismo que había estimado en su informe la médica de la Unidad Criminalística Móvil de la PFA. Destacó heridas de gravedad en la columna, las vértebras y el tórax, además de otras más leves distribuidas por el cuerpo, algunas de ellas defensivas.

Expuso que debían analizarse de forma conjunta y que las lesiones (que se produjeron en forma simultánea) no eran compatibles con una caída, por ejemplo, sino más bien con una lucha o una golpiza. “Las heridas pueden haber sido ocasionadas por golpes de puño, patadas, incluso alguien que se le haya subido encima”, ejemplificó.

Ante las preguntas de Céliz, explicó el método por el cual determinó que la víctima no se ahogó sino que cayó o fue arrojado al agua cuando ya estaba muerto. También, puntualizó que según su examen, estuvo entre una y dos horas sumergido.

Con respecto a la hora que se produjo la muerte, hubo una disidencia entre las dos médicas. La experta de la Unidad Criminalística había consignado que podía ser dos horas antes de la llegada, cerca de las 06:50 pero indicó que ese dato tenía “limitaciones y era preliminar” por lo que debía ser “cotejado, verificado y corroborado”.

La tanatóloga del Cuerpo Médico enumeró los indicadores que tuvo en cuenta para dar la estimación de la hora de muerte, calculada entre las 00:50 y las tres de la mañana del 24 de enero, como la rigídez cadavérica y la concentración de potasio en humor vítreo. También, declaró el profesional del Cuerpo Médico que realizó un peritaje sobre las heridas que presentaban los tres acusados.

Dentro de la sede

Uno de los integrantes de la murga que funcionaba dentro del club estuvo esa madrugada en la sede, en un salón. El hombre, que fue sobreseído durante la instrucción, dijo que lo despertó Rulet “a los gritos” porque Nicolás se había ahogado. Aseguró que vio la escena donde el imputado se tiró al agua para sacar a la víctima.

Luego, declaró uno de los empleados del club, que llegó pasadas las seis de la mañana y que fue el que intentó hacerle maniobras de reanimación a Nicolás. También, se presentó el primer policía que entró al lugar y que constató que la víctima no tenía signos vitales.

“Al principio, por el tipo de golpe que tenía en la cabeza, pensamos que era un disparo de arma de fuego”, recordó aunque luego la forense les indicó que se trataba de un golpe con “un objeto contundente”.