23 de abril de 2024
23 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Para hoy, estaba previsto que declaren 8 testigos solicitados por la fiscalía
Once: “el tren andaba mal porque tuvo dificultades para frenar”
La mayoría de los sobrevivientes relataron que el día del accidente el “chapa 16” se pasó "un poco" en la estación Caballito. También, destacaron que el tren estaba lleno de gente, "fuera de lo normal". Una de las querellas solicitó al Tribunal que se aplique el poder de disciplina a las partes para que este sea un "juicio serio".

Esta mañana, se reanudó la audiencia por el accidente ferroviario ocurrido el 22 de febrero de 2012, cuando una formación se estrelló contra el andén Nº 2 de la estación Once. En la causa están imputados los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. Cerca de las 11:00, el primero en tomar la palabra fue el representante de la querella 1, Gregorio Dalbón, quién solicito a los jueces del Tribunal que se aplique el poder de disciplina, en el marco de los comentarios que otras de las partes han hecho,-fuera del recinto- en relación a él y a un colega sobre la manera de formular las preguntas a los testigos. Los jueces resolvieron tomaron nota, e informaron que dispusieron un mayor control para intentar evitar encuentros una vez finalizadas las audiencias.

La primera en declarar fue Graciela Del Valle Reyna, quien el día del accidente se dirigía al centro porteño para buscar trabajo. La sobreviviente detalló que “de repente se escuchó una explosión", y todos "volaron como seis metros para adelante". "Pensé que había sido una bomba (…) la gente le echaba la culpa al maquinista pero el tren venía mal desde Moreno”, agregó. En relación a la pregunta del fiscal Fernando Arrigo sobre cómo se encontraba el tren ese día, la testigo refirió “vino muy lleno de Moreno, no entraba más gente”.

Más tarde, fue el turno de Juan Sebastián Vidal, usuario del Sarmiento desde hace diez años. El testigo contó el 22 de febrero la formación andaba mal porque tuvo dificultades para frenar en algunas estaciones” y agregó, que las ruedas del “chapa 16” cuando cambiaron de vía, antes de llegar a la estación de Once, hicieron "mucho ruido".

Vidal y Reyna describieron que el servicio del Sarmiento era malo, siempre estaba demorado, las puertas abiertas y que estaba repleto de gente.

Durante la audiencia, el fiscal y las querellas preguntaron a los sobrevivientes si había personal que controlara el ingreso de pasajeros a los vagones, que controlara los boletos. Todos los testigos negaron la presencia de dicho personal.

Entre otras tantas de las preguntas que se hicieron hoy, las partes consultaron si los testigos identificaron a personal de TBA o del Estado el día del accidente, así como también si recibieron ayuda psicológica y económica después de la tragedia. Los declarantes contestaron que nunca fueron asistidos, más allá de la ayuda de los bomberos para salir de los vagones. También, destacaron que el día del accidente, había un servicio médico en la estación que atendía en ese momento a las víctimas.

“Es inhumano viajar en el Sarmiento, es el tren de la muerte”

Ayer, el tribunal tomó declaración testimonial a otros seis sobrevivientes de la Tragedia de Once. La primera en declarar fue Edubijes Ocaranza. La empleada doméstica relató al Tribunal que la línea Sarmiento era “el tren de la muerte” y que las condiciones en las que se viaja eran "inhumanas”.

Luego, continuó Pamela González, quien subió al “chapa 16” en la estación de Merlo y se dirigía a su trabajo en el Microcentro. La sobreviviente relató,que ese día, "en Morón el tren se pasó de la estación. En Flores también, ahí fue casi un vagón entero lo que se pasó”. El testimonio coincide con el de la mayoría de los testigos que ya participaron del proceso oral que se desarrolla en el SUM de los tribunales de Comodoro Py.

Sobre la pregunta del fiscal respecto al estado y al servicio que brindaba la concesionaria TBA, González detalló que los vagones estaban deteriorados e hizo hincapié en las demoras que tenía el servicio. “Perdí el presentismo, ya me daba vergüenza decir en mi trabajo que llegaba tarde por el tren”, agregó.

“Viajamos como ganado”, recordó ayer Cristian Villanueva, uno de los sobrevivientes que tomó el tren en la estación de Merlo. “Era habitual que la gente entrara por la ventana. El día del accidente no había espacios libres en el tren”. concluyó.