El responsable de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°34, Juan Pedro Zoni, le solicitó a la jueza  Yamil Bernan la elevación a juicio de la investigación seguida contra un oficial de la Policía de la Ciudad por el femicidio de su pareja -también integrante de dicha fuerza- ocurrido en la madrugada del pasado 1° de marzo, en el interior de la vivienda en la que ambos convivían, en el barrio porteño de Villa del Parque.

El caso

De acuerdo con la investigación, aquel día la víctima se encontró con una amiga. Durante la salida, el imputado discutió con ella por WhatsApp, ya que creía que lo engañaba con otro hombre. Alrededor de las 3 de la mañana, la mujer regresó a la vivienda de la calle Terrada al 2500 -lugar de convivencia con el imputado-, donde continuó la discusión, que incluyó gritos, llantos y forcejeos, que fueron advertidos por los vecinos.

Dos horas después, el hombre tomó un arma calibre 9x19mm -asignada a la mujer, también oficial de la Policía de la Ciudad- y, desde muy corta distancia, le disparó en la cabeza a la víctima, lo cual le ocasionó la muerte inmediatamente. Luego, llamó al 911 y denunció que su pareja se había suicidado.

Cuando la policía arribó al lugar, encontró al hombre sentado en la vereda, con su arma reglamentaria, llorando. Al ser preguntado por el oficial, el imputado le dijo que había discutido con su pareja, que ésta le disparó y luego se quitó la vida. Al ingresar a la vivienda, encontraron el cuerpo de la mujer, junto a distintos objetos rotos, que evidenciaban una situación de violencia previa.

El hombre quedó detenido, a disposición de la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°8, Yamile Bernan, quien tras indagarlo lo procesó el 11 de marzo pasado. Esa resolución fue oportunamente confirmada por la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional.

Requerimiento de la fiscalía

En base a las pruebas colectadas durante la investigación del crimen, el fiscal Zoni solicitó que el hombre fuera enjuiciado como autor de homicidio doblemente agravado por el vínculo de pareja y por haber mediado violencia de género (femicidio).

En efecto, de los peritajes efectuados, como el dermotest, surge “que la víctima no tenía residuos de disparo en su mano hábil, mientras que el imputado sí tenía rastros en su mano de un disparo que, según él, no ejecutó”, todo lo cual -acusó la fiscalía- indica su responsabilidad en la muerte de la mujer.

En su requerimiento, el representante del MPFN consideró que el crimen ocurrió “en el marco de un contexto de violencia de género que sufría la víctima, dado que durante la relación de pareja el imputado ejercía violencia psicológica sobre ella celándola incesantemente, revisándole el teléfono celular al punto de tener que borrar los mensajes para que no los leyera y fastidiándose también si ella recibía a amistades en la casa en que convivían”.

El fiscal también tuvo por probado que el acusado “ejercía violencia física, desplegándose tanto al enojarse y romper objetos de su domicilio como también sobre la propia víctima, a quien atacó en más de una oportunidad. Así, el presente hecho debe entenderse como un punto culminante dentro de la situación de violencia de género vivenciada por la fallecida”.