El prestamista acusado de haber cometido el femicidio íntimo de su pareja Ferni Cristina Ayala Palacios, el 19 de febrero de 2023, en su casa del porteño barrio Zavaleta, aseguró hoy ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº17 que no mató a la joven y que el disparo que tenía en su cuerpo fue producto de un forcejeo entre ambos. Esta fue la primera vez que el imputado Esteban Rojas Almada declaró en la causa. Además, contestó preguntas de la fiscal María Luz Castany, la auxiliar fiscal Daniela Portas, la querella y la defensa.
Durante la audiencia de hoy, además de la indagatoria del acusado, declararon seis testigos. El juez Pablo Vega, quien integra el tribunal junto con los magistrados Julio López Casariego y Juan Giudice Bravo, comunicó que el alegato del Ministerio Público Fiscal se llevará adelante el próximo 13 de noviembre.
En el debate, se juzga al hombre de 46 años y de nacionalidad paraguaya por lo ocurrido el 19 de febrero de 2023 dentro de la vivienda que compartían con la víctima, dentro del barrio Zavaleta, en Barracas. De acuerdo con la acusación, Rojas Almada disparó contra Ayala Palacios con una pistola 9 milímetros a una distancia de entre 5 y 15 centímetros.
“Traté de sacarle el arma, forcejeamos y no sé cómo se disparó. La vi tirada, la quise reanimar pero se fue al instante”, expresó el imputado ante los jueces.
Esa madrugada, la pareja había ido a un boliche en Constitución a ver una banda de música junto con familiares y amigos. Pasadas las 4, se dirigieron a una discoteca ubicada a menos de dos cuadras de distancia. Allí, cerca de las 6 de la mañana, el acusado tuvo una discusión con uno de los amigos de su pareja. En la audiencia anterior, familiares y amigos de Ferni declararon ante el tribunal y relataron no solo lo sucedido aquella noche sino el control al que era sometida la joven de 28 años desde que se había mudado con el imputado.
“Pido perdón por haberla dejado en esas condiciones”
Rojas Almada comenzó su indagatoria con un pedido de disculpas a la familia “por haberla dejado ahí en esas condiciones y no haberla asistido”, en relación a la víctima.
Si bien contó con la asistencia de un traductor al guaraní del consulado de la República del Paraguay -que su defensa había solicitado la semana pasada-, prácticamente no fue necesaria su intervención porque Rojas Almada habló en español.
Aseguró que aquella mañana del 19 de febrero se encontraba muy alcoholizado. Ante las preguntas de su defensa, marcó que él no controlaba a Ferni sino que era ella la que “no lo quería dejar ni un segundo” y que era muy celosa.
Luego, reconstruyó lo sucedido la madrugada que salieron a bailar y marcó que no amenazó a ningún amigo de su pareja, sino que le dijo que “no era el momento de hablar”, en relación a un supuesto comentario que habría hecho uno de ellos sobre un exnovio de la joven.
Afirmó que por eso “Ferni se ofendió” y que luego, cuando estaban en su auto camino a la casa lo atacó. “Se vino arriba mío porque dijo que le hice pasar vergüenza. Me rasguño la cara, el cuello, casi choqué”, dijo el acusado.
Foto: Matías Pellón / Fiscales.gob.ar
Sostuvo también que discutieron al llegar y que, en un momento, cuando volvió del baño, vio que la víctima lo apuntaba con una pistola mientras le decía que lo iba a matar y luego se iba a suicidar. “Traté de sacarle el arma, forcejeamos y no sé cómo se disparó. La vi tirada, la quise reanimar pero se fue al instante”, expresó ante los jueces.
Relató que después de eso, se limpió la sangre del pantalón y se fue caminando a la casa de su madre, a quién le habría dicho que se quería suicidar. “Ella me dijo que no lo haga porque tenía una hija, me acordé de mi viejo y me fui al cementerio”, puntualizó y agregó que después se fue a la casa de una amiga suya en la provincia de Buenos Aires, quién le habría sugerido que se vaya a Paraguay.
“Yo ya estuve preso sin cometer ningún delito, no quería estar de nuevo, la celda común es un horror”, describió el hombre que permaneció cinco meses prófugo, hasta que en julio de 2023 fue detenido por Interpol en la República del Paraguay.
“No la maté, no soy un asesino, no sé qué pasó con el arma”, expresó en otro tramo de su declaración indagatoria. Ante las preguntas de la fiscal, marcó que se limpió la sangre porque estaba asustado y porque no quería salir a la calle así. Reiteró que Ferni se había mostrado esa noche “muy violenta con él” pero que eran “una pareja normal” y que estaba muy enamorado de ella.