Este jueves a las 9:30 comenzará un nuevo juicio por delitos de lesa humanidad ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Rosario, en el que buscarán ventilarse los crímenes de lesa humanidad cometidos en el circuito represivo desarrollado en los centros clandestinos de detención “La Calamita”, “Quinta de Funes”, “Escuela Magnasco” y “La Intermedia”, que estuvieron al mando del Destacamento 121 de Inteligencia del Ejército y por los que llegaron como acusados diez personas.
En el debate se juzgarán los delitos de homicidio agravado, privación ilegítima de la libertad agravada, tormentos agravados y para el caso del imputado Rodolfo Daniel Isach -quien será juzgado por primera vez después de estar prófugo durante cuatro años- también el de asociación ilícita. Los co-imputados son Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Jorge Alberto Fariña, Walter Salvador Dionisio Pagano, Eduardo Rodolfo Costanzo, Marino Héctor González, Alberto Enrique Pelliza, Ariel López y Juan Andrés Cabrera.
El tribunal estará integrado por los magistrados José María Escobar Cello, María Ivon Guadalupe Vella y Luciano Lauría. En representación del Ministerio Público Fiscal intervendrá la Unidad Fiscal de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado en las causas en la Jurisdicción de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario -dependiente de la Procuración General de la Nación- que encabeza el fiscal general Adolfo Villatte. En calidad de querellantes participarán Nadia Schujman, por el equipo jurídico de H.I.J.O.S. Rosario, y Santiago Bereciartúa, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Las audiencias se celebrarán los jueves y viernes, y si la necesidad del debate lo impone, se realizarán hasta tres veces por semana.
Los centros clandestinos de detención
“La Calamita” fue un Centro Clandestino de Detención (CCD) que, de acuerdo al requerimiento de elevación a juicio suscrito por la fiscal Mabel Colalongo, funcionó en la localidad de Granadero Baigorria, a quinientos metros de la autopista Rosario-Santa Fe. Allí se implementó un “sistema” “fuertemente concentracionario e implicaba cotidianas sesiones de interrogatorios bajo tormentos por parte del grupo represivo a las personas allí secuestradas, que permanecían cautivas, como norma, con los ojos vendados ‘tabicados’ y maniatados”.
La Quinta de Funes, por su parte, habría comenzado a ser utilizada como centro clandestino de detención entre septiembre y diciembre de 1977. El grupo represivo que operaba y dirigía el lugar optó por “una estrategia especial de opresión y tormento que consistía en obligar a los secuestrados a actuar hacia el exterior como si no estuviesen privados de la libertad”, con el fin de poder capturar a otras personas que integraban su círculo. “Por ello se permitía a los secuestrados que enviaran cartas a sus familiares (primordialmente para tranquilizarlos y aventar denuncias al respecto, todas cartas que llegaban con la recomendación de no hacer nada, de mantener silencio), y se les permitían salidas ‘vigiladas’”, según el requerimiento de elevación. Las personas secuestradas en “Quinta de Funes” fueron derivadas luego del fracaso de la “Operación Mexico” a la “Escuela Magnasco” y por último a la casa quinta conocida como “La Intermedia” donde todas ellas fueron ultimadas.
La misma pieza judicial suscrita por el Ministerio Público Fiscal indica que los hechos investigados tuvieron como víctimas a 31 personas, muchas de las cuales continúan desaparecidas desde su secuestro a manos del grupo de tareas. En el caso del imputado Isach se juzgarán los delitos cometidos en perjuicio de 47 víctimas.
Los juicios anteriores
Guerrieri cuenta con tres condenas en la jurisdicción de Rosario, la última dictada en mayo de este año. La primera -a perpetua- había sido impuesta en 2010 al término del primer juicio en la ciudad santafesina, y fue confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2014. Además del ex segundo jefe del Destacamento 121 de Inteligencia del Ejército, la resolución del Máximo Tribunal alcanzó a Amelong, Fariña y Pagano.