28 de marzo de 2024
28 de marzo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El juicio a Ana María Grimaldos por la apropiación de Javier Penino Viñas
“Pidió desesperadamente que busquemos a su hijo”
El hermano de la desaparecida Cecilia Viñas recordó ante el tribunal el pedido que ella le hizo por teléfono desde el cautiverio. Además, declaró el médico que, tras atender al niño cuando tenía ocho años, se acercó a las Abuelas de Plaza de Mayo por las sospechas que le generó la familia del hoy marino prófugo Jorge Raúl Vildoza.

La emoción y la cantidad de asistentes volvieron a colmar la Sala B de los tribunales federales de Comodoro Py, en la que fue la segunda jornada del juicio a Ana María Grimaldos, quien llegó a esta instancia acusada de sustraer, retener y ocultar al hijo de los desaparecidos Cecilia Marina Viñas y Hugo Reynaldo Penino. Se trata de la esposa del prófugo ex comandante de la Unidad de Tareas 3.3.2 de la ESMA, Jorge Raúl Vildoza. Durante la jornada de hoy, declararon la hermana de Hugo, Guadalupe Penino; el hermano de Cecilia, Carlos Alberto Viñas; y el médico y dibujante Jorge Meijide. En el juicio llevado adelante ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°4 interviene el fiscal Horacio Azzolin.

Médico y dibujante de la revista Humor Registrado, el testigo Meijide fue propuesto por la Fiscalía. Trabajaba como pediatra en la Clínica Santa Ana y atendía pacientes a domicilio. La primera vez que vio al niño, recordó, fue en una consulta a través de la obra social de la Armada. Estimó que Javier tenía entonces “unos 8 años”, “la mirada triste” y portaba apellido Vildoza. Le llamó la atención “lo pulcra que estaba la habitación”, una calcomanía de las Islas Malvinas y fotos de un capitán de navío en una habitación del domicilio, uniforme que reconoció por haber hecho el servicio militar obligatorio en esa fuerza. Le llamó la atención lo elevado de “la edad de la mamá, que no coincidía con el standard” de las de otros niños que atendía.

Años después, recordó, leyó el apellido Vildoza en una nota del diario Página/12 que lo vinculaba con crímenes cometidos durante la dictadura militar. “Ahí me cerró lo que había pensado”: que era un niño apropiado. “Fui a Abuelas por intuición”, continuó. Allí, le mostraron fotos de Cecilia Marina Viñas y aportó los datos que lo hacían sospechar. Y haciendo gala de su otra profesión, elaboró un dibujo del niño que había atendido por un cuadro gripal. El camino hacia la restitución comenzaba a tomar forma.

Con voz endeble al comienzo, Carlos Alberto Viñas -hermano de Cecilia y tío de Javier- recobró el vigor y narró la dolorosa búsqueda familiar de su hermana y su cuñado Hugo Reynaldo Penino, tras su secuestro en julio de 1977, y la de su sobrino, después. “Eran una pareja muy alegre y muy unida. Soñaban con ser padres”, recordó.

La familia acudió al “general [René] Azpitarte, jefe del V Cuerpo del Ejército” a través de un contacto, pero la respuesta fue desoladora: “Si están bajo mi mando y tuvieron algo que ver, olvídense”. También fueron infructuosos los contactos con la Iglesia, una carta dirigida al dictador Jorge Rafael Videla y la presentación de hábeas corpus.

La búsqueda del chico comenzó luego de recibir un llamado anónimo a fines de 1977, a través del cual les dieron aviso de que Cecilia “había tenido un varón, que estaba bien”.

Los llamados

Viñas recordó que la familia recibió ocho llamados de Cecilia, una vez restaurada la democracia. El testigo relató que en una de esas comunicaciones su hermana se enteró de que su hijo no estaba con ellos. “Eso fue demoledor, le habían dicho que iba a estar con su familia”. Además, contó que no volvió a ver a su marido desde el día en que fueron secuestrados.

En otros contactos telefónicos “pidió desesperadamente que busquemos a su hijo”. “Hoy estoy acá porque estoy seguro de que ellos hubieran hecho lo mismo por mí”, atinó a decir, y su voz se quebró por única vez en todo el relato.

“El 19 de marzo [de 1984] llamó por última vez. Habló como si llamara sin permiso. ‘Nos trasladan’, dijo”. Durante el último tramo de su declaración, Viñas recordó el periplo judicial originado en una denuncia que dirigieron directamente a Vildoza, lo que les generó enterarse de que estaba prófugo y la búsqueda del niño en Paraguay.

Antes de terminar, el testigo afirmó que “hubo un plan sistemático y probado” de apropiación. “Este momento lo esperamos mucho. Mi hermana y mi cuñado nos están dando fuerzas”, destacó.

Por su parte, Guadalupe Penino aportó en su declaración una carta que Vildoza le había mandado al padre de Hugo, que fue leída ante el tribunal. Además, relató la búsqueda y describió la relación que unía a las familias con la pareja.

El juicio se reanudará el viernes 6 de marzo.